El STF bloquea llegada de amigo de Bolsonaro a la Policía Federal

Fuente: La Jornada/Reuters, Afp, Ap y Europa Press                                Jueves 30 de abril de 2020, p. 23

Se agrava crisis política en Brasil

El presidente acusa a gobernadores de las muertes por Covid-19

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▲ Abrazo entre el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el titular del Supremo Tribunal Federal, José Antonio Dias Toffoli, ayer en la ceremonia de toma de protesta del nuevo ministro de Justicia, en el Palacio Planalto.Foto Ap

Sao Paulo. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se vio obligado a retirar ayer la designación de Alexandre Ramagem, amigo suyo y de sus hijos, al frente de la Policía Federal, después de que el Supremo Tribunal Federal (STF) bloqueó la decisión que, según sus opositores, permitiría una influencia inapropiada del presidente sobre el cuerpo de seguridad.

El juez del STF Alexandre Moraes indicó que la Policía Federal no es la agencia de inteligencia de la presidencia, en un fallo conocido después de que la máxima instancia judicial autorizó investigar las denuncias de Sergio Moro, ex ministro de Justicia, quien acusó al presidente de interferencia.

Ramagem ingresó en la policía federal en 2005 y desde julio pasado dirige la agencia de inteligencia brasileña ABIN, pero tiene menos años de experiencia que cualquier oficial que haya encabezado la Policía Federal.

Luego de que Bolsonaro fue apuñalado en 2018, en plena campaña por la presidencia, Ramagen fue el encargado de su seguridad, posición desde la cual se hizo amigo no sólo del mandatario, sino de sus hijos, sobre quienes pesan acusaciones de participar en esquemas de malversación de fondos.

La destitución de Mauricio Valeixo al frente de la Policía Federal, provocó la renuncia de Moro, el popular ministro de Justicia, quien denunció interferencia política y acusó a Bolsonaro de buscar su propio beneficio con el nombramiento de Ramagem.

Tras las acusaciones del ex juez Moro, quien sin pruebas encarceló por corrupción al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el máximo tribunal autorizó el lunes pasado una pesquisa para ver si Bolsonaro cometió el delito de interferencia.

La crisis política se incrementó en medio de la pandemia del Covid-19, enfermedad a la cual el presidente define como gripecita. Bolsonaro ha rechazado las recomendaciones del distanciamiento social y se ha enfrentado a gobernadores y alcaldes que han decretado cuarentenas.

Bolsonaro responsabilizó ayer a las autoridades regionales de las muertes por Covid-19 en el país, al afirmar que todas las decisiones sobre el tema corresponden sólo a ellos. Brasil ya rebasó 5 mil decesos por la neumonía viral, con lo que su tasa de mortalidad supera la de China, donde se originó la pandemia.

El Supremo Tribunal Federal falló que quienes deciden esas cuestiones son los gobernadores y alcaldes, así que pregúntenle a ellos. Mi opinión no vale, sostuvo el mandatario en rueda de prensa.

Bolsonaro aludió así a la decisión tomada a principios de abril por el STF, que resolvió que el gobierno federal no puede anteponerse a las decisiones de los municipios y los estados en cuestiones como medidas de aislamiento, cuarentena y reaperturas, según el portal de noticias G1.

El gobernante neofascista atacó especialmente a las autoridades de Sao Paulo, la entidad más afectada por la pandemia. Pregunten a Joao Doria (gobernador) y a Bruno Covas (alcalde de la capital del estado) por qué adoptaron medidas tan restrictivas que eliminaron un millón de empleos y aún así continúa muriendo gente; que respondan ellos, no me carguen a mí esa cuenta, afirmó.

El mandatario recalcó haber pedido al Ministerio de Sanidad que adopte medidas para volver rápido y con responsabilidad a la normalidad, y sostuvo que los países que aplicaron aislamiento horizontal (con restricciones para toda la población) son los que reportan más muertos.

Muchos brasileños se agolpaban ayer en la puerta de los bancos para tratar de obtener el subsidio que el gobierno está repartiendo a los más vulnerables, en medio de la parálisis económica provocada por la crisis sanitaria. Sin respeto a la distancia mínima recomendada de un metro para evitar la propagación del virus, las filas se repetían en otros barrios de Río de Janeiro, como Copacabana e Ipanema.

El auxilio consiste en tres partidas mensuales de 600 reales (112 dólares) para desempleados, microempresarios o trabajadores informales. En el caso de jefas de familia, el apoyo puede llegar a mil 200 reales (224 dólares).

La Caixa Económica Federal, banco público que distribuye este beneficio, lleva adelante una campaña para que las personas se registren en línea o en aplicaciones de telefonía celular, pero aun así muchos prefieren acudir al banco.

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