El sionismo no combate solo a Hamás, combate a todo el pueblo palestino

Editorial de la Unión Palestina de América Latina –

UPAL

Durante más de siete décadas, el aparato propagandístico israelí ha intentado reducir la causa palestina a una lucha contra una sola organización: Hamás. Con ese argumento, buscan justificar el genocidio de todo un pueblo y presentar su guerra como una “campaña antiterrorista”. Sin embargo, la verdad es muy distinta: el sionismo no combate a Hamás, combate a Palestina, a su pueblo, a su historia, a su identidad y a su derecho a existir.


Desde 1948, el proyecto sionista se ha sostenido sobre el despojo, la limpieza étnica y la negación del otro. No importa si el palestino es cristiano o musulmán, si vive en Gaza, en Jerusalén o en la diáspora; para el sionismo, todo palestino es un obstáculo para su proyecto colonial. Esa es la raíz de la violencia que hoy vemos: no un conflicto religioso ni político, sino una ocupación militar prolongada que busca borrar a un pueblo entero de su tierra.
Reducir nuestra causa a una confrontación con Hamás es una estrategia calculada para dividir y confundir a la opinión pública internacional. Es el intento de despojar a la resistencia palestina de su legitimidad histórica y moral, presentando a las víctimas como agresores. Pero el mundo empieza a despertar: el niño asesinado en Rafah, la mujer desplazada en Khan Younis, el joven encarcelado en Nablus o el refugiado que sueña con regresar a Haifa no son “terroristas”; son los rostros de una nación que se niega a morir.
Nuestra lucha no comenzó en 1987 ni en 2007. Comenzó hace 77 años, cuando los primeros colonos armados expulsaron a familias enteras y declararon el nacimiento de un “Estado” sobre las ruinas de Palestina. Desde entonces, hemos resistido con la palabra, con la memoria, con la educación y, cuando no queda otra opción, con la defensa armada. Cada generación ha levantado su bandera, cada mártir ha sembrado una semilla de libertad.
El sionismo teme algo más poderoso que las armas: la unidad y la conciencia del pueblo palestino. Teme que el mundo entienda que la causa palestina no es un asunto de religión ni de política interna, sino una causa de justicia universal, de libertad y dignidad humanas.
Por eso intentan aislar a Hamás, criminalizar a toda forma de resistencia y silenciar la voz del pueblo que clama por justicia.
Pero Palestina no se rinde. Gaza, con todo su dolor, sigue siendo el corazón que late por toda la nación. Cisjordania resiste con firmeza. Jerusalén sigue en pie. Y en cada exiliado hay un país que no olvida.
La verdad no puede ser bombardeada.
La ocupación caerá, y la bandera palestina volverá a ondear libre sobre su tierra ancestral.
Unión Palestina de América Latina (UPAL)
13 de octubre de 2025

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