Editorial de la Unión Palestina de América Latina – UPAL
Los medios israelíes informan hoy que el Comité de Seguridad Nacional de la Knéset ha votado a favor de un proyecto de ley para ejecutar a prisioneros palestinos. Esta decisión marca un punto de no retorno moral, jurídico y político. Israel, que por décadas se ha amparado en un discurso de “seguridad” para justificar sus crímenes, ahora institucionaliza la pena de muerte como herramienta de limpieza étnica.
La medida no surge del vacío: es la consecuencia lógica de un régimen que desde 1948 ha vivido del exterminio y la deshumanización del pueblo palestino. Desde las cárceles donde miles de hombres, mujeres y niños sufren torturas, hasta las ruinas humeantes de Gaza, el Estado sionista se ha permitido todo tipo de atrocidades amparado en la impunidad internacional.
Esta ley pretende dar apariencia de legalidad a lo que ya es una práctica cotidiana: el asesinato sistemático de palestinos bajo custodia, en sus hogares, en las calles o durante las incursiones militares. La Knéset, con esta votación, no legisla: firma su propia condena histórica, sellando el carácter genocida del sionismo moderno.
Frente a este horror, el silencio del llamado “Occidente democrático” solo confirma la complicidad global con el crimen. Organismos como la ONU, nacidos para proteger los derechos humanos, observan en silencio cómo uno de sus miembros legaliza la ejecución política y racial.
Desde la Unión Palestina de América Latina (UPAL) denunciamos esta barbarie y hacemos un llamado urgente a los pueblos libres del mundo a romper el cerco del miedo, del silencio y de la hipocresía.
El pueblo palestino no pide venganza, pide justicia; no reclama odio, sino libertad. Y esa libertad no podrá ser detenida ni por cárceles, ni por leyes de muerte.
UPAL – Unión Palestina de América Latina
Por la justicia, la dignidad y la liberación total de Palestina.
5 de noviembre de 2025