Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2024/02/29/wkho-f29.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws David North 29/02/24
David North, presidente nacional del Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.) o SEP, por sus siglas en inglés, anunció hoy la selección de Joe Kishore y Jerry White como sus candidatos en las elecciones presidenciales de 2024. Visita el sitio web de la campaña: socialism2024.org. Como parte de su cobertura de las elecciones estadounidenses de 2024, el World Socialist Web Site está publicando como perspectiva de hoy el texto del anuncio hecho por North.
En nombre del Partido Socialista por la Igualdad (Socialist Equality Party; SEP), tengo el honor de anunciar que el SEP presentará candidatos en las elecciones presidenciales de 2024.
Joe Kishore, el secretario nacional del Partido Socialista por la Igualdad, será nuestro candidato a presidente.
Jerry White, editor laboral del World Socialist Web Site, ha sido seleccionado como candidato del SEP a vicepresidente.
Tanto Joe Kishore como Jerry White tienen una larga y distinguida trayectoria como luchadores por el socialismo y los intereses de la clase trabajadora.
Joe, de 44 años, ha estado activo en el movimiento socialista durante un cuarto de siglo. Ha sido secretario nacional del SEP desde 2008 y ha desempeñado un papel clave en el desarrollo de su programa político y la construcción del SEP. Representó al Partido Socialista por la Igualdad como su candidato presidencial en 2020.
Jerry, de 64 años, se unió a la Workers League (Liga Obrera), la predecesora del Partido Socialista por la Igualdad, hace 45 años. Durante todos estos años, remontándose a la histórica huelga de PATCO de 1981 como periodista revolucionario, ha cubierto e intervenido en innumerables luchas de la clase trabajadora. También representó al Partido Socialista por la Igualdad en elecciones nacionales anteriores, la más reciente como su candidato presidencial en 2016.
El Partido Socialista por la Igualdad interviene en estas elecciones para elevar la conciencia política de la clase trabajadora, para desarrollar su comprensión de que no es posible hallar una solución a los problemas del pueblo trabajador sin poner fin al sistema capitalista y reemplazarlo por el socialismo, y que esta gran tarea histórica solo puede lograrse mediante la adopción de una estrategia global que busque movilizar el poder de la clase obrera estadounidense e internacional en una lucha unificada contra el sistema capitalista mundial.
El programa del Partido Socialista por la Igualdad no es un plan utópico. Es una necesidad. La humanidad se enfrenta a una crisis existencial. El sistema capitalista se ha vuelto históricamente obsoleto. No solo es incapaz de mejorar las condiciones de vida de la gran mayoría de la población mundial. Está llevando a la humanidad a una catástrofe. La alternativa que enfrenta la humanidad es el socialismo o la barbarie capitalista.
¿Cuál es la realidad del capitalismo en 2024?
Desde 1945, el final de la Segunda Guerra Mundial, el peligro de una catastrófica Tercera Guerra Mundial no había sido tan grande. De hecho, el conflicto en marcha en Europa y Oriente Próximo, y los que se están extendiendo por toda la región del Sahel en África y el Transcáucaso en Asia central, son las primeras rondas de una guerra global en rápido desarrollo.
La guerra en Ucrania, que el Gobierno de Biden provocó deliberadamente hace dos años para debilitar Rusia y reforzar el control del imperialismo estadounidense y sus aliados de la OTAN sobre Eurasia, en preparación para un enfrentamiento futuro con China, amenaza con convertirse en un conflicto nuclear. Alemania está una vez más en pie de guerra. Las potencias de la OTAN han repetido que no las disuadirá el peligro de un conflicto nuclear. El uso deliberado de armas nucleares tácticas y estratégicas, que por décadas fue rechazado como sinónimo de locura, ahora se está “normalizando” como un componente legítimo de la estrategia geopolítica imperialista.
Mientras la guerra hace estragos en Ucrania, el régimen fascistoide israelí, con el pleno apoyo de la Casa Blanca y sus Gobiernos aliados en Europa, continúa su campaña asesina contra el pueblo de Gaza. El número de muertos se acerca a los 30.000. Se están lanzando indiscriminadamente bombas de dos mil libras, suministradas por el Gobierno de Biden, sobre una población indefensa. Incluso cuando cientos de mujeres y niños mueren cada día, la Administración de Biden se niega a exigir un alto el fuego. El genocidio se está “normalizando”.
La pandemia de COVID-19 ha iniciado su quinto año. Más de un millón de estadounidenses han muerto tras infectarse. A escala mundial, se estima que el exceso de mortalidad causado por la pandemia ya supera los 28 millones de personas. Millones y millones se están infectando varias veces e, incluso si se evita la muerte, sufren la miseria y el debilitamiento del COVID persistente. Todos los Gobiernos capitalistas han desmantelado las medidas más mínimas para prevenir su propagación.
Incluso se rechaza el uso de mascarillas y, en algunos casos, se amenaza con una sanción penal. El lema de las élites gobernantes, acuñado por el ex primer ministro británico Boris Johnson, es “Dejen que los cadáveres se apilen”. Dada la oposición a las medidas de salud pública conocidas y efectivas para detener la transmisión del virus, éste continúa propagándose y mutando, infectando a millones de personas cada día. Se están “normalizando” las muertes y discapacitaciones masivas.
La criminal indiferencia de los Gobiernos capitalistas hacia la vida de la población mundial se duplica en su actitud hacia la supervivencia del planeta. Ninguna cantidad de información que confirme las desastrosas consecuencias del calentamiento global obligará a la clase dominante a adoptar las políticas que los científicos consideran urgentes para evitar un suicidio planetario.
La esencia social reaccionaria del sistema capitalista es la subordinación absoluta de las necesidades de la sociedad humana al afán de obtener ganancias masivas y concentrar niveles asombrosos de riqueza en las cuentas bancarias de los oligarcas corporativo-financieros que gobiernan la sociedad.
El novelista francés Balzac, quien observó con ojo crítico el ascenso de la clase capitalista a principios del siglo XIX, señaló: “Detrás de cada gran fortuna hay un gran crimen”. Pero el brillante escritor jamás podía imaginar hasta qué punto su aforismo sería confirmado por las sumas astronómicas controladas por los oligarcas actuales. Las “grandes fortunas” a las que se refería Balzac eran de varios millones. Las de los oligarcas corporativo-financieros modernos se miden en decenas y cientos de miles de millones.
El indicador más básico del carácter progresista o reaccionario de una sociedad es si se está volviendo más igualitaria o desigual. Según este criterio, el carácter reaccionario de la sociedad capitalista estadounidense y mundial está fuera de debate. La desigualdad social ha alcanzado los niveles más altos en al menos un siglo.
El uno por ciento más rico de la población mundial posee ahora casi la mitad de la riqueza mundial, mientras que el 50 por ciento más pobre posee solo tres cuartos del uno por ciento. Ochenta y un milmillonarios tienen más riqueza que la mitad de la población mundial. El uno por ciento más rico se quedó con el 38 por ciento de la riqueza adicional acumulada desde mediados de los noventa, mientras que el 50 por ciento más pobre recibió solo el dos por ciento.
Estados Unidos tiene la mayor concentración de milmillonarios del mundo, cuya riqueza colectiva aumentó a 5,2 billones de dólares en 2023. Esta vasta concentración de riqueza y la correspondiente desigualdad social son totalmente incompatibles con la democracia.
Se habla mucho en los medios sobre el peligro que corre la democracia estadounidense. El presidente Biden declara trastabillándose que él es lo único que mantiene a raya una dictadura encabezada por Trump. Si es verdad, entonces la democracia estadounidense está ciertamente condenada.
Pero la lucha contra la dictadura y el fascismo solo puede tener éxito en la medida en que se comprendan sus causas.
Trump, oriundo de las malolientes alcantarillas de las inmobiliarias y los casinos de Nueva York y Nueva Jersey, solo personifica la criminalidad del capitalismo estadounidense.
La democracia no puede sobrevivir junto a una desigualdad social masiva. Los oligarcas capitalistas hoy recurren al autoritarismo y al fascismo como lo hicieron en Alemania en la década de 1930 para defender su riqueza contra la creciente marea de malestar social y la lucha de clases. No es un fenómeno meramente estadounidense. Está ocurriendo en todo el mundo. La ola de huelgas que arrasó Estados Unidos en 2023 fue parte de un movimiento internacional.
Este resurgimiento global continuará y se fortalecerá en 2024.
Ninguno de los dos principales partidos capitalistas –los demócratas y los republicanos– tiene nada que ofrecer a la clase trabajadora más que empobrecimiento, represión política y guerra. El intento de golpe de Estado del 6 de enero de 2021 no fue un episodio aislado. De hecho, tenía más el carácter de un ensayo general. La democracia estadounidense está en su última etapa. No puede sobrevivir bajo el capitalismo.
Por lo tanto, el programa del Partido Socialista por la Igualdad exige el fin de la dictadura corporativo-financiera, la propiedad pública y controlada democráticamente de los conglomerados financieros y corporativos y la disolución del vasto complejo militar-industrial.
El SEP abogará por una redistribución integral y de gran alcance de la riqueza de los superricos entre las masas de la población.
El SEP también combatirá el vicioso chauvinismo de los partidos capitalistas. Denunciaremos y expondremos el trato brutal a los inmigrantes de América Latina y defenderemos el derecho democrático fundamental de todos los trabajadores a vivir con dignidad dondequiera que elijan.
El Partido Socialista por la Igualdad explicará que la implementación de este programa requerirá la transferencia del poder político a la clase trabajadora.
Las elecciones en Estados Unidos son un acontecimiento mundial. Lo que sucede en Estados Unidos afecta todos los países del mundo. Dado el impacto global de las elecciones estadounidenses, todas las personas del mundo deberían tener derecho a votar en noviembre.
El Partido Socialista por la Igualdad está interviniendo en las elecciones presidenciales de 2024 porque la gravedad de la crisis actual exige el desarrollo de un movimiento socialista y consciente de clase de los trabajadores.
La crisis económica, política y social del sistema capitalista se intensificará a lo largo de 2024. A su vez, la resistencia global de la clase trabajadora se volverá más decidida y políticamente consciente. En este proceso, el SEP y sus copensadores en los partidos afiliados al Comité Internacional de la Cuarta Internacional desempeñarán un papel cada vez más decisivo.
El SEP no es una mera organización captadora de votos, que grita consignas demagógicas, dice perogrulladas y adapta su programa al mínimo común denominador. Eso se lo dejamos a los charlatanes políticos de las organizaciones pseudoizquierdistas que esperan lograr reformas menores e intrascendentes con el permiso de y en alianza con el Partido Demócrata. Además, el Partido Socialista por la Igualdad no divide a la población en diferentes identidades personales en conflicto, como etnia, raza, género y preferencia sexual, que se disputan una mayor tajada personal de la riqueza dentro del marco del capitalismo.
El programa del Partido Socialista por la Igualdad se basa en el reconocimiento de que el conflicto fundamental en la sociedad es aquel entre las clases sociales.
El SEP es un partido de historia. Su labor teórica, política y práctica se basa en la vasta experiencia de luchas revolucionarias que abarcan más de un siglo. Nuestras tradiciones están arraigadas en los principios y el programa internacionales del socialismo marxista, tal como lo ha defendido y desarrollado el movimiento trotskista, fundado en 1923, en oposición al estalinismo, la socialdemocracia, el nacionalismo reaccionario y las innumerables variedades de políticas de la clase media.
El Partido Socialista por la Igualdad reconoce la escala global de la crisis capitalista y las inmensas tareas que enfrenta un movimiento que busca cambiar el mundo. Pero nuestra confianza y optimismo no solo derivan de los extraordinarios avances de la ciencia y la tecnología que posibilitan plenamente la reorganización racional y progresista de la economía mundial en interés de la humanidad, sino también del hecho de que existe una fuerza social lo suficientemente poderosa como para llevar a cabo la transformación revolucionaria del mundo: la clase trabajadora estadounidense e internacional.
El SEP llevará a cabo su campaña a nivel internacional para explicar a los trabajadores la necesidad de una lucha mundial unificada contra el descenso a la barbarie bajo el capitalismo.
Pero su éxito, el éxito de nuestra campaña, depende de tu apoyo y participación en la campaña electoral del Partido Socialista por la Igualdad. Ayúdanos a colocar a Joe Kishore y Jerry White en la papeleta electoral en tantos estados como sea posible. Instamos a los trabajadores y a los jóvenes, a todos aquellos que reconocen que el capitalismo ha llegado a un callejón sin salida, a unirse a esta lucha. Involúcrate para la clase trabajadora. Contribuye económicamente y participa en nuestra campaña. Construye un comité de campaña del SEP en tu fábrica, lugar de trabajo, escuela y vecindario.
¡La lucha contra la pobreza, la represión y la Tercera Guerra Mundial es la lucha por el socialismo mundial!
(Artículo publicado originalmente en inglés el 27 de febrero de 2024)