El plan de Trump para Gaza: una paz sin justicia

Editorial de la Unión Palestina de América Latina

UPAL                                                                                                                               30/09/25

Lo que se presenta como un “plan de paz”, impulsado por Donald Trump con el apoyo abierto de Occidente y la participación de algunos Estados árabes que no desean la guerra, compuesto por 21 puntos, no ofrece una solución real ni justa al conflicto, sino que consolida la ocupación israelí y posterga indefinidamente la creación de un Estado palestino independiente.

El objetivo declarado —un alto el fuego permanente en Gaza— no es más que un calmante frente a un bloqueo que dura ya 17 años, bombardeos continuos y crímenes documentados contra la población civil. En sus 21 puntos, el plan ignora lo esencial: no reconoce el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación ni menciona la creación de un Estado palestino independiente.


Lo que se propone es, en realidad, una entidad desmilitarizada, sin puerto ni aeropuerto, bajo una administración temporal encabezada por Tony Blair, bajo tutela compartida entre Naciones Unidas y Estados Unidos, con la exclusión total de Hamás. Gaza quedaría sometida a una soberanía ficticia, mientras que la Autoridad Palestina entraría en una fase posterior con competencias limitadas. Es decir, el objetivo es administrar la ocupación con un rostro “humanitario” sin abordar sus raíces.
Este sesgo descarado hacia Israel reproduce la ecuación desequilibrada de siempre: garantizar únicamente la seguridad de Israel, sin ninguna mención a la seguridad del pueblo palestino. Al mismo tiempo, el plan no contempla sanciones contra Israel por los asentamientos ilegales en Cisjordania ni por sus graves violaciones del derecho internacional.
Cabe recordar que Israel no se estableció sobre bases étnicas o históricas, como pretende, sino a través de una resolución de partición emitida por Naciones Unidas. Desde 1948, sin embargo, ha sobrepasado dicho marco, ampliando su ocupación a costa del pueblo palestino y de sus derechos nacionales.
Sin soberanía, sin justicia, sin retorno de los refugiados y sin sanciones contra la potencia ocupante, no habrá una paz verdadera. Lo que se busca es congelar la causa palestina, reducirla a un expediente humanitario internacional y prolongar un statu quo que solo beneficia a Israel.
La única salida justa y duradera es el fin de la ocupación, el levantamiento del bloqueo sobre Gaza, el desmantelamiento de los asentamientos ilegales y la construcción de un solo Estado democrático y laico en toda la Palestina histórica, donde musulmanes, cristianos y judíos vivan en igualdad de derechos.
Todo lo demás no es más que una ilusión destinada a enterrar la causa palestina bajo el eslogan de la “paz”.
Unión Palestina de América Latina – UPAL
30.09.25

 

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