Peter SymondsMientras el ejército israelí continuaba sus operaciones asesinas por octavo día en la Cisjordania ocupada, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, presagiaba ayer una gran escalada que infligiría muerte y destrucción al nivel que se está presenciando en Gaza.
Hablando después de reunirse con oficiales de alto rango, Gallant describió los actuales ataques militares contra Jenin, Tulkarem y el campo de refugiados de Far’a, cerca de Tubas, como ‘cortar el césped’ de los militantes de Hamas y la Yihad Islámica. Aunque supuestamente para destruir las ‘redes terroristas’, las operaciones han matado a hombres, mujeres y niños, viejos y jóvenes, con el objetivo de aterrorizar a la población.
Sin embargo, en una señal inequívoca de que se está preparando para una invasión a gran escala de Cisjordania, Gallant declaró que, eventualmente, el ejército necesitará “arrancar las raíces”. La única forma en que el régimen sionista puede destruir las raíces sociales de la oposición armada a su ocupación y represión es mediante un tipo de operación genocida como la que ha tenido lugar en Gaza.
Gallant agregó que ‘el aumento del terror en Judea y Samaria es un tema en el que debemos centrarnos en todo momento’. La referencia a Cisjordania por sus nombres bíblicos —Judea y Samaria— no hace más que subrayar que el territorio palestino ocupado ya se considera parte de un gran Israel.
La actual operación en Cisjordania, conocida internamente por el ejército israelí como ‘campamentos de verano’, está lejos de ser una incursión limitada. Gallant declaró que las ‘organizaciones terroristas’ tenían que ser ‘aniquiladas’, y añadió: ‘Todos esos terroristas deben ser eliminados, [o] si se rinden, arrestarlos. No hay otra opción, usar todos los efectivos, a todos los que se necesiten, con todas sus fuerzas’.
Gallant también reveló que había ordenado a los militares llevar a cabo ataques aéreos ‘donde sea necesario’, supuestamente para ‘evitar poner en peligro a los soldados’. En realidad, los ataques aéreos indiscriminados israelíes harán llover la muerte y la destrucción en Cisjordania, al igual que en Gaza, donde el número de muertos, según las autoridades sanitarias, es ahora de al menos 40.000 hombres, mujeres y niños.
Una actualización de la situación publicada ayer por la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (siglas en inglés, OCHA) declaró que las fuerzas israelíes habían estado utilizando ‘tácticas letales y bélicas en todo el norte de Cisjordania, profundizando las necesidades humanitarias de la población y aumentando la preocupación por el uso excesivo de la fuerza’.
La OCHA informó de que el ejército israelí había matado a 30 palestinos en Cisjordania entre el 27 de agosto y el 2 de septiembre, entre ellos siete niños, la cifra semanal de muertes más alta desde noviembre de 2023. Diez de las muertes fueron el resultado de ataques aéreos, que aumentaron drásticamente en agosto. De las 95 muertes palestinas por ataques aéreos en Cisjordania en 2024, entre el 41 y el 44 por ciento tuvieron lugar el mes pasado.
En la ciudad de Yenín y en el campo de refugiados de Yenín, el informe catalogó las muertes diarias causadas por los ataques aéreos y las operaciones terrestres israelíes, incluidos niños y ancianos. Durante la semana que abarca el informe, el ejército israelí atacó a trabajadores de la salud y a quienes intentaban comprar o distribuir alimentos. El lunes, las tropas mataron a un palestino detenido cuyo cuerpo, al ser liberado, mostraba signos reveladores de tortura. El martes, las fuerzas de seguridad israelíes negaron el acceso a una misión de evaluación a Yenín organizada por la OCHA.
Mientras el ejército israelí se ha centrado en Yenín, sus ataques se han extendido por toda Cisjordania, en los gobernados de Tubas, Tulkarm y Hebrón. Si bien algunas muertes fueron resultado de enfrentamientos entre tropas israelíes y militantes palestinos, otras, incluidas las de niños, han ocurrido en ataques o simplemente porque fueron abatidos por las tropas israelíes.
El lunes en Tulkarem, por ejemplo, las fuerzas israelíes dispararon y mataron a un niño de 14 años e hirieron a seis palestinos, incluida una niña de 12 años. El niño fue asesinado cuando él y su padre, creyendo que las tropas israelíes se habían ido, abrieron la puerta de su casa. Durante una operación en el campo de refugiados de Tulkarem, un ataque aéreo hirió a tres personas, entre ellas una paramédica.
Según el informe de la OCHA, 652 palestinos han sido asesinados en Cisjordania desde el 7 de octubre del año pasado hasta el 2 de septiembre. Durante el mismo período, la OCHA ha registrado alrededor de 1.300 ataques perpetrados por colonos israelíes armados, de los cuales más de 120 causaron muertos y heridos palestinos, y 1.050 daños a propiedades palestinas. Durante la semana hasta el 2 de septiembre, se produjeron otros 16 ataques de colonos que causaron 11 heridos entre palestinos.
La demolición de viviendas y negocios palestinos también continúa a buen ritmo. Durante la semana hasta el 2 de septiembre, las autoridades israelíes demolieron, destruyeron o forzaron la demolición de 26 estructuras de propiedad palestina, 23 en Tulkarem y las tres restantes en Jerusalén Este. Una demolición en la zona de Al Bustan, en Jerusalén Este, donde una familia de cuatro miembros fue desplazada, formaba parte de un plan para construir y ampliar un proyecto de asentamiento israelí con espacios públicos predominantemente para turistas e israelíes.
Desde el 7 de octubre, las autoridades israelíes han demolido o confiscado 1.478 estructuras palestinas en Cisjordania, desplazando a más de 3.477 palestinos, incluidos unos 1.485 niños. ‘Las demoliciones posteriores al 7 de octubre incluyen más de 500 estructuras habitadas, más de 300 estructuras agrícolas, más de 100 estructuras de agua, saneamiento e higiene, y 200 estructuras relacionadas con medios de vida’, señala el informe.
Las operaciones militares israelíes continuaron en los últimos dos días. Según informó la agencia de noticias WAFA, el asalto militar israelí en Yenín se encuentra en su octavo día, y en el tercero en la ciudad y campo de refugiados de Tulkarem, donde se ha infligido una ‘destrucción generalizada’. Su corresponsal dijo que enormes excavadoras blindadas israelíes destrozaron las calles y callejones asfaltados del campamento y arrasaron propiedades públicas y privadas.
‘Las maquinarias pesadas bloquearon los callejones del campamento con montículos de tierra, lo que hizo imposible que los residentes los transitaran, incluso a pie, y agravó su sufrimiento’, informó la agencia.
‘Esto se produjo cuando las fuerzas de ocupación volaron varias casas en el campamento, incendiándolas, destruyéndolas y desplazando a los ocupantes.
“Las fuerzas de ocupación continúan desplegando más vehículos militares y bulldozers en el campamento y la ciudad, mientras patrullan las calles, interceptan vehículos y ambulancias, los inspeccionan e interrogan a los pasajeros. Los soldados armados impidieron la distribución de ayuda humanitaria por parte de los equipos de la Media Luna Roja”.
Los corresponsales de Al Jazeera informaron de una incursión israelí en curso en el campo de refugiados de Jalazone, al norte de Ramala, en la que decenas de palestinos han sido detenidos e interrogados en centros comunitarios locales. Al menos 20 palestinos fueron detenidos en Beit Surik. Otras incursiones tuvieron lugar en Qalqilya, Naplusa, centrándose en los campamentos de refugiados de Balata y Askar, así como en la ciudad de Al-Khader, al sur de Belén, y en el campo de refugiados de Al-Azza, al norte de la ciudad.
CNN informó que las tropas israelíes dispararon contra periodistas palestinos durante una incursión en la ciudad cisjordana de Kafr Dan. Mohammed Mansour, periodista de la agencia de noticias palestina WAFA, resultó herido cuando el automóvil que conducía fue alcanzado por los disparos. Los cuatro periodistas que viajaban en el vehículo llevaban chalecos antibalas con etiquetas de ‘prensa’, y el coche estaba marcado como ‘prensa’ en el capó.
El genocidio israelí en Gaza continúa sin cesar, y las autoridades sanitarias informaron ayer de otras 42 muertes palestinas en las 24 horas anteriores, lo que eleva las muertes desde el 7 de octubre del año pasado al menos a 40.861 palestinos y otros 94.398 heridos. Si tal barbarie se lleva adelante en Cisjordania, hogar de casi 3 millones de habitantes, el número de muertos será aún mayor.
(Publicado originalmente en inglés el 4 de setiembre de 2024)
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