Fuente: https://frenteantiimperialista.org/la-bandera-de-la-cartera-el-lince/
Para terminar con esta trilogía sobre cómo China está respondiendo a la provocación de la abuela Pelosi, un dato económico porque la guerra no solo son los tiros, es más, los tiros hoy por hoy son casi lo de menos.
Resulta que cuando terminan las maniobras militares chinas sobre Taiwán, el miedo ya se está sintiendo en ciertas empresas… estadounidenses.
Copio y resumo: «Las empresas estadounidenses con operaciones en Taiwán están en pánico por el impacto de una posible agresión militar china hacia la isla autónoma. (…) Las empresas Fortune 500 y las pequeñas y medianas empresas están buscando el consejo de expertos en seguridad corporativa para desarrollar planes de contingencia para proteger al personal y los activos si estalla un conflicto en el Estrecho de Taiwán. La pesadilla corporativa: que una guerra podría resultar en la pérdida o incautación de activos en Taiwán. (…) Esa ansiedad refleja preocupaciones de que la posible acción militar china contra Taiwán, impulsada por el aumento de la intimidación militar vinculada a la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ya representa una amenaza para la viabilidad económica a largo plazo de la isla. (…) Siete compañías Fortune 500 están comenzando a trabajar para trasladar personas, infraestructuras y activos fuera de la isla. (…) Hay algunas empresas que se están tomando esto muy en serio porque no quieren que suceda lo que acaba de pasar en Rusia, donde perdieron miles de millones de dólares en activos, tanto financieros como tangibles, por lo que ya están buscando dispersar a la gente y activos a otros países”.
Fortune 500 es la lista de las 500 principales empresas estadounidenses según su nivel de ventas. Aquí están Wallmart, Amazon, Apple y similares. Aunque no se nombra a esas siete, ni si están en el número 1 o en el 500, son el primer efecto tangible de la respuesta a la provocación que ya se está sintiendo. ¿Dónde se van a ir? Misterio, aunque la lógica dice que, por este orden, a Corea del Sur, Filipinas y Japón. ¿Por qué dan este paso? Pues porque el Pentágono acaba de decir que China no tiene previsto ir más allá de lo que ha ido, militarmente hablando, hasta dentro de dos años (sic). Y estas empresas no quieren quedarse con el culo al aire como les ha pasado en Rusia. Así que bien por la abuela. Como dije, eres la mejor. Es la bandera de la cartera, una demostración más de que el capital solo tiene un interés.
Lo primero que ha logrado China es, y lo vamos a ver a partir de ahora, romper la cadena de islas con las que EEUU quería «contener la expansión china». Lo segundo, y como consecuencia de lo otro, practicar abiertamente una operación de reunificación militar. Lo tercero, resultado de lo anterior, Occidente (EEUU y sus vasallos) se tienen que acostumbrar a lo inevitable.
Con ello, China ha creado una nueva situación sobre el terreno, una situación donde EEUU no sabe ahora mismo a qué atenerse sobre la reunificación y lo que dice el Pentágono es buena muestra de ello. Viendo todo en perspectiva, estamos casi, casi, en la misma situación que antecedió a la crisis de Ucrania, cuando los rusos no se ponían al teléfono cuando llamaba EEUU.
EEUU quiso romper el statu quo respecto a Taiwán y quien ha terminado roto ha sido él. Las consecuencias apenas las estamos comenzando a ver y la retirada de empresas es el primer elemento. Hasta ahora, la estrategia de China era su paciencia y su naturaleza defensiva. Eso ya es historia. Porque aunque acaba de publicar un libro blanco sobre la reunificación con la isla en el que se insiste en la solución pacífica y en «un país, dos sistemas» no descarta la opción militar, aunque se considera un caso extremo y solo si EEUU sigue enredando. Es una advertencia directa, para que nadie se llame a engaño.
El orden es importante en esto de «un país, dos sistemas». Primero, un solo país, que es la condición previa; luego, dos sistemas. Esto se hace justo antes del XX Congreso del PCCh que tendrá lugar en octubre. Entonces veremos en qué se concreta la fuchou, la venganza respecto a EEUU. Lo que estamos viendo ahora son solo esbozos.
Otro de los elementos que indica quién tiene la fuerza en estos momentos, es que el 3 de agosto el Senado de EEUU tenía previsto estudiar una ley denominada «Ley política de Taiwán» haciéndola coincidir con el viaje de la abuela. Ahora está retirada «temporalmente», lo que indica que lo seguirá estando al menos hasta la celebración de las elecciones intermedias de finales de este año.
En esa ley se declara a Taiwán como «aliado principal fuera de la OTAN», se afirma que se venderán armas ofensivas y apoya expandir el papel taiwanés en las organizaciones internacionales. China lo sabía, y ahora lo ha dicho. Por eso, entre otras cosas, ha actuado como lo ha hecho.Y marca una nueva era, sin la menor duda. Con la excepción de las organizaciones internacionales, esta ley es casi un calco de la que EEUU aprobó no hace mucho sobre Ucrania, en abril, y denominada «Ley de Préstamo y Arrendamiento de Defensa de la Democracia de Ucrania», con los resultados que estamos viendo y la implicación directa de EEUU contra Rusia. Esta ley es, de hecho, una declaración de guerra contra Rusia y la que se proponía sobre Taiwán era, de hecho, lo mismo al convertir a la isla en algo casi independiente de China.
Así que la respuesta china se coloca solo un escalón por debajo de la de Rusia. La plutocracia occidental, ciega, sorda y loca, sigue a lo suyo pero los empresarios son quienes están dando la voz de alarma: no quieren que se repita el desastre, para ellos, de las sanciones impuestas a Rusia, que están destrozando a Occidente.
A esto hay que añadir otros dos datos económicos, uno de China y otro de Rusia. Los dos permiten un conocimiento más cabal de lo que está pasando.
En China el reforzamiento de la política comercial deja por los suelos al Occidente colectivo: en el mes de julio el superávit comercial fue de 101.000 millones de dólares. En lo que va de año, está ya en los 482.000 millones. No parece que la exhibición de fuerza con Taiwán vaya a influir en los datos de agosto.
Lo mismo está pasando con Rusia. El superávit comercial en lo que va de año está en los 166.000 millones de dólares, que es 3’3 veces más que el del año pasado en estos meses. Ni que decir tiene que la crisis de Ucrania, y las sanciones, no están haciendo mella alguna, al contrario que en EEUU y sus vasallos.
Así que nada, a seguir por ahí. Y nosotros, haciendo lo de siempre: ocultando la cabeza como el avestruz. ¿En todos los países? No, al menos hay uno donde se está planteando una iniciativa que debería extenderse.
(Publicado en el blog del autor, el 11 de agosto de 2022)