Fuente: https://www.lamarea.com/2024/05/23/el-juez-estima-que-la-chica-que-perdio-un-ojo-por-una-bala-de-foam-de-los-mossos-debe-cargar-con-las-consecuencias-de-su-autopuesta-en-peligro/
El juez Joaquín Aguirre exculpa a los Mossos y asegura que la querellante se “autocolocó en situación de peligro”. Afirma que los manifestantes utilizaron una “extraordinaria violencia”, y que, si hubiera pasado en el País Vasco, antes de la tregua con ETA, “hubieran sido calificados de actos terroristas”.
El juez Joaquín Aguirre, del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, ha emitido un auto en el que exculpa a los Mossos de la pérdida de un ojo de una chica de 19 años a causa del disparo de una bala de foam que recibió mientras participaba en las protestas por la detención del rapero Pablo Hasél, el 16 de febrero de 2021 en Barcelona. Además, el magistrado asegura que la manifestante debe “cargar con las consecuencias de su autopuesta en peligro”.
En su escrito, firmado el pasado 10 de mayo, Aguirre afirma que “no existe actuación dolosa por parte del escopetero que fuera, ni tampoco actuación imprudente de ningún tipo, por lo que, sin entrar a dilucidar la autoría del disparo concreto, procede acordar el sobreseimiento provisional de las actuaciones en aplicación de los dispuesto en el artículo 641.1 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
“La querellante se autocoloca en situación de peligro”
Señala el juez que los manifestantes “iniciaron una emboscada atacando a los agentes de la policía antidisturbios que estaban protegiendo una comisaría en la calle Guadalajara, lanzando objetos contundentes, botellas y piedras”.
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En ese escenario de “extraordinaria violencia”, afirma, el jefe del Dispositivo de la Regió Policial Metropolitana de Barcelona autorizó el uso selectivo de proyectiles FOAM para asegurar la integridad física de los agentes”.
El magistrado culpa a la propia manifestante: “La querellante formaba parte de un grupo que estaría cometiendo un delito de desórdenes públicos y atentado a agente de la autoridad, de tal manera que se autocoloca en situación de peligro (…). Lo que en modo alguno es esperable es que las fuerzas policiales no reaccionen ante una agresión tan grave y violenta como la que estaban sufriendo, lo cual obliga a la querellante a cargar con las consecuencias de su autopuesta en peligro”.
Aguirre también afirma que, “en el caso de que estos hechos hubieran sucedido en el País Vasco antes de la tregua con ETA, hubieran sido calificados de actos terroristas (la llamada Kale Borroka)”.
Recurso a la Audiencia Provincial de Barcelona
Las acusaciones particular (Xavier Muñoz) y popular (Centre Irídia) han anunciado la presentación de los respectivos recursos de apelación a la Audiencia Provincial de Barcelona para que se siga el procedimiento contra dos escopeteros de la BRIMO de Mossos d’Esquadra y un sargento.
En unas declaraciones realizadas en la Ciudad de la Justicia (y recogidas en este comunicado), Sònia Olivella, coordinadora de litigio estratégico de Irídia, ha señalado que el hecho de “que un juzgado de instrucción considere que estos hechos no tienen que ir a juicio es contrario a los estándares internacionales sobre el deber de investigar y juzgar casos de maltrato policial. Más todavía cuando se trata de lesiones tan graves causadas por armas potencialmente letales”.
Tanto el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) como los instrumentos de Naciones Unidas, añaden, “han señalado que el uso de la fuerza a través de proyectiles de energía cinética puede constituir tortura u otros tratos inhumanos o degradantes, en casos en que la persona herida no suponga una amenaza inmediata de causar lesiones graves o muerto, o se apunte o dispare sobre el abdomen, como es el caso”.
El abogado particular, Xavier Muñoz, ha indicado que “la carencia de condiciones óptimas para disparar no justifica herir a nadie, al contrario, obliga a abstenerse de disparar según el protocolo, y mucho menos por encima de la cintura”.
“Estaba ejerciendo mi derecho a manifestarme y acabé mutilada”
El padre de la joven que perdió un ojo por el proyectil de los Mossos ha publicado un texto escrito por su hija, en el que, entre otras cosas, dice lo siguiente: “Solo estaba ejerciendo mi derecho a manifestarme y lo que conseguí fue acabar mutilada. La gracia es que para el juez que estaba llevando mi caso, mi mutilación es considerada justa porque yo me expuse a ella. ¿Eso quiere decir que no es seguro salir a la calle a manifestarse? si eres de izquierdas, si eres independentista, si vas en contra de lo que quieren que hagas acabarás mutilado; eso parece que nos da a entender el juez”.
Comenta también que ha tenido “que reaprender a comer sola, saliendo con gafas de sol a la calle para que nadie viera como me habían desfigurado la cara; empezó a darme asco mirarme al espejo y a coger complejo de que me mirasen a los ojos por si alguien pudiera darse cuenta de que ahora soy un monstruo”.
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