Fuente: https://www.telesurtv.net/opinion/El-invierno-a-la-vuelta-de-la-esquina-pero-con-Covid-19.-Y-la-culpa-no-era-mia-sino-del-estado-opresor-20200507-0049.html?utm_source=planisys&utm_medium=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_campaign=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_content=39 Jaime David Santiago Farias Delva 7 mayo 2020
El invierno a la vuelta de la esquina, pero con Covid-19. “Y la culpa no era mía sino del estado opresor”
Las necesidades básicas de los vecinos en tiempos del Covid-19 o coronavirus, es el tema que entre mascarillas y guantes, está siendo manipulado por el gobierno a través de sus voceros y los medios de información, mostrando una imagen de preocupación social, que cae en la falacia populista de hacer creer a la mayoría de las personas, que es fundamental mover la economía, pues o nos “morimos por la pandemia” o de “hambre», como nos repite día a día, hora a hora, la autoridad y la prensa servil a un sistema, que solo busca disminuir nuestra capacidad de reacción y de salud como pueblo. El fin; crear traumas y miedos, un verdadero golpe de shock social, pero también una verdadera paradoja.
Se acerca el invierno y con ello la serie de enfermedades asociadas a la estación, y el gobierno llama a la normalidad, al retorno seguro, y luego nos sale con una batalla: “La batalla por Santiago”. ¿Pero qué es esto?: La ambigüedad criminal de la información, que es más bien la desinformación, deja al descubierto sus verdaderas intenciones, marcadas por el mercado del consumo, nos muestra su irresponsabilidad como Estado para con la gente, lo que genera en la sociedad, ciertos relajos y los expone a la muerte y al contagio. La mayoría del pueblo pobre y de bajos salarios, son meros números para la autoridad sanitaria y el gobierno, ellos gestionan las estadísticas, las que se contrastan con la necesidad de aquellos que necesitan salir para vivir del trabajo, sean estos: informales, formales, a honorarios y con contratos suspendidos y concretamente los despedidos.
El Invierno, las enfermedades del periodo, precariedad laboral y cesantía, eso es lo que se avisora a corto plazo en el denominado mercado del trabajo, pero por sobre todo, es el pueblo el que será más perjudicado, pues el 1% más rico de Chile, los súper ricos, los bancos, las AFP, las empresas con suculentas ganancias, etc etc, jamás se meterán la mano al bolsillo por aquellos que padecen la desigualdad inhumana de un sistema perverso, como es este modelo económico capitalista monopólico – financiero, que concentra ganancias millonarias en sus deferentes categorías o arcas monetarias.
La estación invernal está a la vuelta de la esquina y, ¿cual es el plan de emergencia del gobierno?; “acusar al pueblo del aumento de contagios de Covid-19, por su inconciencia e incapacidad de cumplir las medidas impuestas por la autoridad sanitaria”, lo que se parece más a una preparación del terreno, para lo que se viene en los meses de junio, julio y agosto. La estrategia de poner la culpa en el otro, será la utilizada por el gobierno, pero mejorada y estilizada por los medios de comunicación, cómplices directos del mal manejo de la información. “El quédate en tu casa “y el famoso “distanciamiento social “nunca fue, ni será posible, justamente por la idea de mantener la economía en movimiento, por sobre la vida de la gente, y aquí hay mucho paño que cortar, pues algunos dirán que el “fin justifica los medios”, pues las necesidades básica son requeridas por todo el pueblo y ahí, las autoridades y la prensa sacarán a relucir la famosa frase que enfatiza en: “ la inconsciencia de las personas y el relajo de estos, pues la “muchedumbre” no debería exponerse al covid-19, de la manera que lo hace en esas largas filas o gentíos en mercados y oficinas de diferentes trámites, pues deberían quedarse en sus casas porque así nos cuidamos todos”, una mentira, una falacia perversa e irresponsable de un sistema económico, que no da para más en medio de esta pandemia y que nunca solucionará las necesidades básicas del pueblo trabajador. Por el contrario, se le inyecta capital a las empresas y deja al pueblo a la deriva en un mar donde unos flotan alegremente y otros se ahogan sufriendo las consecuencias de la pobreza.
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