El gran pensador de la revolución africana Amílcar Cabral habría cumplido cien años

Diagne Roland Fodé

Es una importante figura de la revolución africana que habría cumplido 100 años el 12 de septiembre, pero su vida terminó en 1973 debido a su asesinato a manos del colonialismo portugués. Amílcar Cabral dejó su huella en la historia del continente africano. Diagne Fodé Roland le rinde homenaje y destaca que el legado de este gran pensador sigue siendo relevante en la actualidad.

Indignado por la opresión colonial fascista portuguesa, especialmente luego de las sucesivas hambrunas que causaron 50.000 muertos entre 1941 y 1948 en Cabo Verde, Amílcar Cabral decide formarse en agronomía con el objetivo de ayudar a los campesinos y estudia ingeniería agrícola hasta 1952 en Lisboa, capital de Portugal.

Allí conoce a estudiantes activistas por la liberación de las colonias africanas del imperialismo portugués. Con estas personas activistas de la lucha independentista del África lusoparlante occidental y austral, como Agostinho Neto (MPLA), Eduardo Mondlane del FRELIMO, etc., crean clandestinamente el Centro de Estudios Africanos para promover la cultura de los pueblos negros colonizados y colaboran ​​con el Partido Comunista Portugués (PCP) (también clandestino). Estos futuros líderes se forman en comunismo científico y deciden fundar los movimientos de liberación anticoloniales de sus respectivos países.

Cabral decide renunciar al puesto de investigador en la Estación Agronómica de Lisboa (Portugal) para trabajar como ingeniero de segunda categoría en Guinea, donde es responsable del censo agrícola que le permite identificar las nacionalidades y clases sociales que componen Guinea.

En 1954 crea una organización política nacionalista en Bissau con el pretexto de promover de actividades culturales y deportivas. Esta asociación es prohibida por los colonialistas portugueses y Cabral es expulsado de su propio país para instalarse en Angola, donde coordina tareas para empresas agrícolas.

Estas investigaciones y estudios del campesinado bajo el colonialismo le permiten aplicar el materialismo dialéctico e histórico, y desarrollar su propio análisis de la sociedad colonial adaptando el comunismo científico a las realidades africanas.

En 1956, tras ser autorizado para regresar una vez al año a Guinea Bissau, funda clandestinamente el PAIGC (Partido Africano para la Independencia de Guinea y de las Islas de Cabo Verde) del que es nombrado secretario general.

Tras la masacre colonial fascista durante la huelga de los portuarios en 1959, el PAIGC opta en 1963 por el combate armado y lucha contra el ejército portugués en varios frentes en los países vecinos, Guinea Conakry y Casamance, provincia de Senegal.

El PAIGC rápidamente controla el 50% del territorio en 1966 y el 70% a partir de 1968, y crea una organización político-administrativa en las regiones liberadas, cuyas características explica Cabral de la siguiente manera: “La dinámica de la lucha requiere la práctica de la democracia, la crítica y la autocrítica, una mayor participación de la población en la gestión de sus vidas, alfabetización, la creación de escuelas y servicios de salud, la formación de dirigentes de origen campesino y obrero, y muchos otros logros que implican una verdadera marcha forzada de la sociedad por el camino del progreso cultural. Esto demuestra que la lucha por la liberación no es solo un hecho cultural, sino también un factor cultural”.

Cabral desarrolla un análisis detallado de las realidades nacionales y las contradicciones de la sociedad guineana y caboverdiana para determinar los grupos nacionales y sociales más capaces de comprometerse en la lucha contra el colonialismo.

En 1961 fue representante de los movimientos de liberación de los países colonizados por el Portugal fascista durante la Tercera Conferencia de los Pueblos Africanos que tuvo lugar en El Cairo. Partiendo de la fórmula leninista del «análisis concreto de cada situación concreta», expuso que la lucha debe «fortalecer los medios de acción […], desarrollar formas eficaces y crear otras, sobre la base del conocimiento de la realidad concreta de África y de cada país africano, y del contenido universal de las experiencias adquiridas en otros entornos y por otros pueblos”.

Cabral nos enseña que hay que estudiar las nacionalidades y las clases sociales partiendo del hecho de que “la gente no lucha por ideales o por aquello que no le interesa directamente; la gente lucha por cosas concretas, por mejores condiciones de vida en paz y por el futuro de sus hijos. Libertad, fraternidad e igualdad son palabras vacías si no significan una mejora real en la vida de las personas que luchan”.

Cabral combina la lucha ideológica y político-militar con la lucha diplomática para lograr el reconocimiento de la batalla por la liberación anticolonial a escala internacional. En 1972 la ONU reconoce al PAIGC como “verdadero y legítimo representante de los pueblos de Guinea y Cabo Verde”.

Cabral es también el “embajador-portavoz” de los movimientos de liberación nacional de las colonias portuguesas en diversos foros africanos e internacionales. Es el líder indiscutible, especialmente en la conferencia Tricontinental donde toma la palabra el 6 de enero de 1966 en Cuba para presentar su teoría revolucionaria de la emancipación nacional y social africana: “No luchamos simplemente para poner una bandera en nuestro país y tener una himno, sino para que nunca más sean explotados nuestros pueblos, no solo por los imperialistas, no solo por los europeos, no solo por personas de piel blanca, porque no confundimos la explotación o los factores de explotación con el color de piel de los hombres; no queremos que haya más explotación en nuestro país, ni siquiera por parte de los negros”.

Reconociendo tanto el papel internacionalista de Cuba como el papel panafricano de la Argelia independiente por su solidaridad activa con todos los movimientos de liberación en África, declara: «Los cristianos van al Vaticano, los musulmanes a La Meca y los revolucionarios a Argel».

Lamentablemente, Amílcar Cabral es asesinado el 20 de enero de 1973 en Conakry por el colonialismo portugués que utiliza agentes infiltrados en la rama militar del PAIGC para cometer este crimen, lo que impide al verdadero padre de la independencia vivir el nacimiento del Estado de Guinea-Bissau y Cabo Verde proclamado el 10 de septiembre de 1974.

Héroe y mártir de la primera fase de la liberación africana, Cabral debe servir de inspiración para la actual generación de luchadores de la segunda fase de la emancipación nacional, panafricana y social de los pueblos de África.

Fuente: Rebelion.

África. El gran pensador de la revolución africana Amílcar Cabral habría cumplido cien años

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *