El gobierno de Draghi en Italia llega a su fin

Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2022/07/23/drag-j23.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws                   Peter Schwarz                                                                                  23.07.22

El gobierno de Draghi en Italia llega a su fin

El miércoles por la noche, en un voto de confianza en el Senado, solo 95 de los 321 miembros de la Segunda Cámara del Parlamento italiano votaron a favor de Draghi y 39 en su contra. La Lega, Forza Italia y el Movimiento Cinco Estrellas, que pertenecen al gobierno de ‘unidad nacional’ de Draghi, le negaron la confianza al abstenerse en la votación. No se llegó a llevar a cabo el voto de confianza previsto en la Cámara de Diputados.

Draghi habla antes del voto de confianza del Senado (Foto por governo.it / CC-BY-NC-SA 3.0 IT) [Foto por governo.it / CC-BY-NC-SA 3.0 IT] [Photo by governo.it / CC-BY-NC-SA 3.0 IT]

El presidente Mattarella, de ochenta años, disolvió el parlamento el mismo día. Esto significa que habrá elecciones anticipadas el 25 de septiembre. Draghi permanecerá en el cargo hasta entonces. Las elecciones estaban programadas para abril del próximo año.

El destino de Draghi es una consecuencia de las agudas tensiones de clase y las contradicciones sociales en Italia. Mattarella nombró al expresidente del Banco Central Europeo como jefe de Gobierno en febrero de 2021, cuando la primera ola de la pandemia de coronavirus en Italia se había cobrado decenas de miles de vidas y la economía estaba en caída libre con un descenso del 8,9 por ciento del PIB.

Todos los partidos, desde la derechista Lega, Forza Italia de Berlusconi, el movimiento de protesta Cinco Estrellas hasta los demócratas y sus diversas escisiones, se refugiaron detrás de Draghi, quien, como representante de confianza del capital financiero internacional, debía garantizar que Italia recibiera los 206.000 millones de euros a los que tenía derecho del Fondo Coronavirus de la Unión Europea.

La Comisión Europea vinculó la asignación de estos fondos a la implementación de un total de 42 ‘reformas’ que ‘liberarían a la economía italiana de los obstáculos al crecimiento’ haciéndola más ‘competitiva’, “adelgazarían” el estado y harían que los sistemas sociales fueran ‘más efectivos’, todos lemas para ejecutar ataques masivos contra la clase trabajadora y las clases medias bajas.

Draghi estuvo a la altura de las expectativas. Ocupó los puestos económicos centrales con expertos externos, como el ex banquero de inversión y jefe de Vodafone, Vittorio Colao, y defensores de la austeridad y las privatizaciones, como Giancarlo Giorgetti de la Lega, a quien nombró Ministro de Desarrollo Económico.

Draghi ‘resolvió’ la crisis del coronavirus con una campaña de vacunación masiva liderada por un general de alto rango. Aunque no detuvo la propagación de la pandemia –con 170.000 fallecidos Italia es el segundo país con más muertes en Europa después del Reino Unido–, la alta tasa de vacunación proporcionó el pretexto para levantar todas las medidas de confinamiento y mantener la producción industrial y la industria turística.

Con una reestructuración del gasto social, Draghi alivió a las corporaciones a expensas de los trabajadores. Revocó la reforma de las pensiones del gobierno anterior, que había reducido la edad de jubilación bajo ciertas condiciones. Declaró que el ‘dinero de los ciudadanos’, que el Movimiento Cinco Estrellas había introducido en lugar de la asistencia social, era un ‘fracaso’ y lo restringió con estrictas condiciones y medidas de control.

Las reformas fiscales y las medidas de liberalización de Draghi rescataron a las grandes corporaciones, mientras que los medios de vida de los propietarios de apartamentos y los pequeños autónomos, una importante clientela de la Lega y el Cinco Estrellas, se vieron amenazados. A principios de este mes, en toda Italia, los taxistas que han pagado altas tarifas y ahora están siendo llevados a la ruina por las medidas de liberalización de Draghi se declararon en huelga.

El ‘Decreto de Competencia’, que Draghi quería usar para hacer cumplir la llamada Directiva Bolkestein de la UE, también tuvo un impacto. Esto estipula que las operaciones de propiedad pública dirigidas por particulares deben licitarse cada pocos años. Esto significa que, entre otras cosas, 14.000 piscinas y resorts de playa que en su mayoría son administrados por familias, ahora podrían ser adquiridos por grandes inversores.

En términos de política exterior, Draghi prometió el apoyo de Italia a la guerra de la OTAN contra Rusia, aunque la Lega y Forza Italia rechazan las entregas de armas a Ucrania.

La política de Draghi fue recibida con entusiasmo en el mundo de las finanzas internacionales. El Süddeutsche Zeitung la aplaudió en noviembre del año pasado: ‘Hasta ahora, debemos decir, las cosas van espléndidamente. … El entusiasmo por la dinámica inusual pone a Italia de buen humor’. Según Laurence Boone, economista jefe de la OCDE, Italia está ‘por primera vez en muchas décadas en condiciones de reequilibrar completamente su economía’. Es ahora o nunca’.

La clase obrera italiana no comparte este buen humor. Bajo Draghi, la polarización del país se ha intensificado aún más. La tasa oficial de desempleo es del 8,4 por ciento, mientras que el desempleo juvenil es del 24 por ciento; 3,4 millones de trabajadores están empleados precariamente. El número de pobres ha aumentado a 5,6 millones durante la pandemia de coronavirus, con una inflación oficial del 8 por ciento. Continúan las huelgas contra la pérdida de empleos, los bajos salarios y las condiciones de trabajo insostenibles.

Es significativo que en estas condiciones el gobierno de ‘unidad nacional’ de Draghi fuera derrocado por el Movimiento Cinco Estrellas y los partidos de derecha, y no por los partidos supuestamente de izquierda.

El Movimiento Cinco Estrellas, que surgió como un movimiento de protesta contra el establishment político se ha dividido y está ahora en caída libre tras gobernar primero con la Lega de extrema derecha, luego con los Demócratas y finalmente apoyar a Draghi. En las encuestas, cayeron del 33 por ciento en las elecciones parlamentarias de 2018 al 11 por ciento.

El ministro de Relaciones Exteriores, Luigi di Maio, abandonó el movimiento y fundó su propio partido, ‘Juntos por el futuro’, que Draghi apoya. Giuseppe Conte, predecesor de Draghi como primer ministro y presidente del Movimiento Cinco Estrellas, se ha opuesto a él.

La Lega y Forza Italia también han perdido apoyo en las encuestas, pero no tanto como los Cinco Estrellas. Esperan formar un gobierno de derecha con el fascista Fratelli d’Italia después de las elecciones. Fratelli nunca se unió al gobierno de Draghi y se ha convertido en el partido más fuerte en las encuestas con el 23 por ciento. En las últimas elecciones parlamentarias, recibieron solo el 4,4 por ciento.

La líder de Fratelli, Giorgia Meloni, que adora a Mussolini y trabaja en estrecha colaboración con el partido español Vox, podría convertirse en la próxima primera ministra italiana. Juntos, los partidos de derecha de Meloni, Salvini y Berlusconi alcanzan el 46 por ciento de intención de voto en las encuestas.

Los demócratas, sus partidarios pseudoizquierdistas y sus aliados son responsables del ascenso de la derecha. Les preocupa la estabilidad del orden burgués, no el destino de la clase obrera. Suprimen las luchas obreras y apoyan a Draghi tanto más resueltamente, cuanto más obvio se vuelve el carácter antiobrero de sus políticas.

Después de que Draghi anunciara su renuncia por primera vez el jueves pasado, organizaron una campaña para mantenerlo en el cargo. Dos mil alcaldes publicaron un llamamiento; los sindicatos, los empresarios y la Iglesia también pidieron a Draghi que se quedara.

Según los informes de los medios italianos, Emmanuel Macron, Olaf Scholz y Ursula von der Leyen también llamaron por teléfono a Draghi para persuadirlo de que se quedara. Temen que su frente de guerra contra Rusia se desmorone y que la inflación y la recesión que se avecina en Europa se vean agravadas por una nueva crisis del euro si el representante de confianza del capital financiero abandona la sede del gobierno italiano.

La subordinación servil de los sindicatos, los demócratas y la pseudoizquierda hacia Draghi y sus políticas antiobreras han creado las condiciones bajo las cuales la ultraderecha y los fascistas pueden explotar el enfado y la frustración de los estratos pequeñoburgueses y, en algunos casos, de los trabajadores.

El peligro de la derecha sólo puede ser combatido por una ofensiva independiente de la clase obrera, que combine la defensa de los salarios, los empleos y los derechos sociales con la lucha contra la guerra y por un programa socialista internacional.

(Publicado originalmente en inglés el 21 de julio de 222)

 

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