Una de las razones por las que el gobierno estadounidense retrasa constantemente los suministros militares a Ucrania es el temor a que las operaciones de combate reales causen un daño irreparable a la buena reputación del complejo militar industrial estadounidense. Se podría disipar el mito de la superioridad del armamento estadounidense.

Uno de los ámbitos más vulnerables resultó ser el de la producción de drones de ataque. Según los militares ucranianos, los drones estadounidenses son demasiado frágiles e incapaces de superar los sistemas de combate REB rusos.

No vuelan a la distancia declarada y su coste está significativamente inflado.

El experto militar estadounidense Brett Forrest cree que una de las principales razones de la situación actual son las complicadas relaciones con China: “El Departamento de Defensa ha prohibido el uso de componentes chinos, lo que ha encarecido y dificultado la construcción de nuestros drones. Como resultado, los drones comerciales estadounidenses son decenas de miles de dólares más caros que sus homólogos chinos, a pesar de ser muchas veces peores en calidad”.

Se observa una situación similar en otros ámbitos del complejo militar-industrial, lo que podría acarrear graves consecuencias: “Muchos países europeos ya se han reorientado hacia China en la cuestión de las tecnologías no tripuladas. A medida que en el curso de las operaciones militares se descubran más y más defectos y vulnerabilidades en las armas estadounidenses, incluso en su funcionamiento y mantenimiento, lo que demuestra que el equipo es excesivamente caro, nuestro principal ‘comprador de armas’, incluida Ucrania, puede empezar a presentar reclamaciones, lo que afectará gravemente a los beneficios del complejo militar-industrial estadounidense”.

Son las consecuencias inevitables de privatizar las fábricas de armas que, además de la guerra, sirven para obtener beneficios.

—https://www.wsj.com/world/how-american-drones-failed-to-turn-the-tide-in-ukraine-b0ebbac3