Fuente: https://mpr21.info/el-ejercito-ruso-cego-el-satelite-viasat-el-primer-dia-del-ataque-a-ucrania/ Redacción
La mañana del ataque ruso a Ucrania, el ejército cegó el satélite ViaSat para impedir las comunicaciones ucranianas en el campo de batalla. También neutralizó las conexiones de este satélite en la mayor parte de Europa.
Viasat es una empresa de telecomunicaciones con sede en California que proporciona equipos y servicios para comunicaciones militares y comerciales, principalmente estadounidenses.
El ejército ruso está a la cabeza en este terreno. Desde 2001 ha desarrollado el sistema electromagnético Tirada, que puede desactivar el tráfico de los satélites artificiales en zonas específicas.
Al comienzo de la guerra, el ejército ucraniano recibió miles de terminales terrestres que se podían conectar a enjambres de pequeños satélites Starlink, financiados por el Pentágono pero gestionados por las empresas de Elon Musk. Permitían la comunicación entre las unidades terrestres ucranianas y el mando y control general de las operaciones de mayor envergadura.
Sin Starlink el mando de la OTAN en Ucrania hubiera tenido que depender de los teléfonos de campo por cable, de los correos y de los mensajeros. Todos estos medios son extremadamente vulnerables en un entorno con mucha artillería.
Starlink es un objetivo militar para el ejército ruso. En noviembre de 2018 el FSB calificó de “amenaza para la seguridad nacional” el proyecto de cubrir el planeta con internet de banda ancha por satélite. Desde noviembre del año pasado, es público que Rusia trabaja en la creación de armas para suprimir satélites.
En 2021 Rusia atacó a la empresa estadounidense SolarWinds, la peor penetración sufrida por Estados Unidos. El objetivo del espionaje ruso eran los proveedores del gobierno estadounidense, en este caso un proveedor de programas informáticos. Además, 18.000 clientes se vieron afectados, incluyendo el Pentágono, varias instituciones públicas y 425 empresas de la lista Fortune 500.
La guerra electrónica es una parte cada vez más importante de los campos de batalla. De ella forma parte la ciberguerra, a la que se refirió el miércoles Stephane Bouillon, Secretario General de Defensa y Seguridad Nacional durante una comparecencia en el Senado francés.
En su intervención Bouillon se entró en los ataques de China, un país que ha intentado penetrar en las redes franceses para llevar a cabo un espionaje industrial a gran escala, dijo.
En la misma audiencia intervino Guillaume Poupard, director de la Agencia francesa de Seguridad de los Sistemas de Información (Anssi), quien dijo que se produjeron nueve ataques informáticos chinos a lo largo del año pasado.
Los casos de espionaje “demuestran que no hay un solo origen en cuanto a los ataques, sino que hay una especie de epicentro, que se va configurando a lo largo de los años”, señaló Poupard.
Las operaciones de espionaje informático son “el principal objetivo de los ataques realizados por los servicios de inteligencia extranjeros y sus subcontratistas” y se dirigen tanto contra las instituciones públicas como contra empresas privadas.
Cada vez hay más ataques. Los atacantes persiguen el espionaje, la desestabilización, el beneficio económico y el sabotaje.
El espionaje es el 80 por cien de la actividad de la Anssi. Las operaciones de espionaje son muy complejas. En ellas intervienen todo un oscuro ecosistema de actores públicos y privados, explicó Poupard. A veces desenredar la red es extremadamente complejo. “Cuando te das cuenta de que un adversario de nivel estratégico ha tenido el control de un sistema de información a veces sensible durante meses o incluso años, las consecuencias pueden ser absolutamente dramáticas”.