El dinero acompaña al fusil: los bancos franceses también se van de África

mpr21

 

La seudopolítica moderna se alinea entre quienes, como Milei, son partidarios de adelgazar el Estado para mejorar el (“libre”) mercado, mientras que otros, los “progres”, quieren lo contrario. Es un dilema falso y, a medida que la etapa imperialista del capitalismo se profundiza, la unión de ambos es cada vez más estrecha.

Si el ejército francés abandona sus antiguas colonias, los bancos hacen lo mismo. En abril Société Générale vendió sus negocios en Marruecos, agrupados en Société Générale Marocaine de Banques y sus filiales, así como La Marocaine Vie, una compañía de seguros. El comprador fue el grupo Saham, con sede en Casablanca.

La venta sigue a otras anteriores, como su participación en más de la mitad de la Union Internationale de Banques, con sede en Túnez. El banco justifica su salida por un plan estratégico aprobado en septiembre del año pasado.

Las ventas se producen en un momento en el que muchos otros bancos franceses están tomando medidas similares para retirarse del mercado financiero africano.

A principios de mayo, BNP Paribas, el banco más grande de la zona del euro, anunció que ya no ofrecería servicios de banca corporativa y de inversión en Sudáfrica, como parte de sus esfuerzos por consolidar sus negocios en los mercados europeos y asiáticos y centrarse en sus principales mercados. El banco francés también vendió sus filiales en Burkina Faso, Mali, Guinea, Senegal, Túnez y Costa de Marfil.

Lo mismo ocurrió con Crédit Agricole. En abril de 2022 el banco vendió su participación de casi el 80 por cien en su filial Crédit du Maroc a la empresa marroquí Groupe Holmarcom. El banco encargó a una consultora financiera la búsqueda de compradores potenciales para sus empresas en Túnez, Camerún y Ghana.

Cuando el ejército se marcha, el riesgo bancario aumenta. Los bancos que operan en el África occidental francófona y en el Sahel, donde los bancos franceses tienden a tener la mayor presencia, están ahora expuestos a un riesgo mayor.

Los “expertos” lo explican al revés: a quien afecta la salida de los imperialistas franceses del Sahel no es a los bancos, sino a las economías de Burkina Faso, Malí y Níger, dijo en febrero, Fitch Ratings. El abandono de la Cedeao podría conducir a aranceles más altos, lo que a su vez provocaría una mayor inflación, así como la interrupción de las cadenas de suministro y los flujos de capital. “Esto podría generar más préstamos morosos y una mayor presión sobre los balances de los bancos que operan en la región”.

Sin nosotros, los africanos no son nada, piensan en las grandes metropolis, como si los imperialistas fueran repartiendo prosperidad por el mundo.

Es al revés. Los africanos se empiezan a hacer cargo de su propio dinero. Algunos grupos bancarios con ambiciones panafricanas, como Coris Bank International o Vista Bank han adquirido filiales de bancos franceses. En diciembre del año pasado Standard Chartered vendió sus actividades de banca personal en Costa de Marfil al Coris Bank, con sede en Uagadougu. El banco también ha llegado a acuerdos para hacerse cargo de todas las actividades de Société Générale en Chad y Mauritania.

El capital financiero internacional siempre ha tenido dificultades para establecerse en África porque tienden a aplicar criterios y reglas operativas occidentales, sin comprender el mercado local. Conocer las necesidades de sus clientes, que requieren una identificación legal, un domicilio y una prueba de ingresos, plantea barreras importantes para muchos africanos porque una gran parte de la población no tiene nada de eso. No puede acreditar una identidad y trabaja en empleos informales.

Los informes financieros abundan en el aumento de costes que está experimentado el mercado financiero africano, cuya consecuencia es la reducción de los beneficios. Para impedir las fugas de capitales y el lavado de dinero negro, los países africanos han multiplicado los controles (públicos) de los bancos (privados), lo que supone una carga financiera. Es más barato mirar para otro lado.

 

El dinero acompaña al fusil: los bancos franceses también se van de África

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *