Antes de octubre de 2023 Hamada Shaqoura era un chef influencer en Gaza. Compartía su pasión por la comida en redes sociales, publicando reseñas de restaurantes palestinos y preparando recetas tradicionales. Su vida cambió completamente luego de las brutales invasiones por parte del Estado de Israel. Perdió todo lo que tenía en los bombardeos, pero desde entonces se dedicó a cocinar para las niñeces que enfrentan una grave inseguridad alimentaria. Hoy es un sobreviviente del genocidio, junto a una gran cantidad de niñas y niños para quienes cocinó durante meses y lentamente vuelve a sonreír frente a la cámara. Por Ramiro Giganti (ANRed).
Hamada mira a la cámara, su rostro es serio. Se lo ve cansado y es evidente el dolor interno. Toma elementos de cocina y los productos recibidos y empieza a trabajar. Convierte las donaciones escasas en platos elaborados. Se esfuerza pro lograr que lo chicos puedan tener algo sabroso y puedan, al menos por un rato, disfrutar. Pero también se esfuerza por combatir la inseguridad alimentaria. Prepara condimentos, peor muchas veces les agrega leche, como para garantizar algo de mas de propiedades alimenticias. A veces prepara postres dulces, según lo que recibe. En algunas pocas ocasiones utiliza carne o pollo, cuando tiene y mediante el ingenio y la alquimia gastronómica busca estirar la ración para que alcance, pero fueron muchas las veces donde desde su posteo llevó el reclamo porque hace mucho tiempo que no reciben carne, por los bloqueos a la ayuda humanitaria.
Los videos, pese a la seriedad de su rostro, siempre mostraban un final optimista al ver a las y los niños probando la comida y agradeciendo. Las sonrisas de las niñeces representan esa esperanza que Hamada nunca perdió. «Cada plato que preparo hoy es una forma de mostrar al mundo que nuestros niños merecen la misma oportunidad de crecer sanos y felices, como cualquier otro», comentó en una entrevista.
Su lucha no fue solo desde la cocina, también lo fue desde la comunicación: sus videos se volvieron virales y mostraron otro cara de lo que sucedía en Gaza.
«La gente sigue preguntándome qué haré una vez que anuncien un alto el fuego. No he dormido bien durante más de 16 meses. Todo lo que necesito es dormir tranquilo y sin miedo» , posteó la semana pasada en redes digitales, cuando el alto al fuego era inminente.
Tras el alto al fuego y finalmente poder dormir tranquilo, Hamada hizo un nuevo video cocinando para las niñeces gazatíes. El ambiente es otro, pese a ser el mismo lugar y las mismas ruinas. El video tiene música, y el chef de a poco va dejando esa mirada seria y empieza a dibujar levemente una sonrisa en su rostro.
Hamada, al igual que muchas niñas y niños para quienes estuvo cocinado en estos meses, es un sobreviviente del genocidio. Su sonrisa como la de las niñeces es la victoria de la humanidad sobre la brutalidad beligerante de quienes les invadieron. Todavía falta mucho para reconstruir, mucho dolor por afrontar y mucho por denunciar. Mientras tanto, estar vivos hoy es un motivo para sonreír y enfrentar lo que se viene.
El final del reciente video, además de contar con música muestra el mar y un horizonte para el pueblo de Gaza. Su sonrisa lo vuelve a mostrar como lo que pueblo de Gaza es: como humanos. Hamada combatió con lo que tuvo, cocinó para la niñez y sobrevivieron. Ganaron, sobrevivieron al genocidio. Las bestias perdieron.