

Los Pantera Negra, un nombre que evoca fuerza y resistencia, surgieron en un momento de gran ebullición social. En 1966, en Oakland, California, Huey P. Newton y Bobby Seale dieron vida a una organización que buscaba la liberación de su gente. Su programa de diez puntos era un proyecto vital. Este decálogo, de lenguaje claro y directo, nos ofrece hoy ideas valiosas para entender y alimentar las luchas antirracistas en el Estado español. Es una fuente de inspiración.
El primer punto, «Queremos libertad. Queremos el poder para determinar el destino de nuestra comunidad Negra», habla de la autonomía. En el Estado español, las comunidades racializadas a menudo luchamos por ser dueñas de nuestro propio relato y futuro. Queremos decidir sobre nuestras vidas sin tutelas externas, manejando nuestros recursos y espacios. Vemos esto en iniciativas comunitarias como Conciencia Afro en Madrid, Ecuador Etxea en Bilbao, Sindicato de Manteros, y decenas y decenas de organizaciones a lo largo de todo el territorio, que crean sus propios espacios culturales o redes de apoyo mutuo, autogestionadas y con visión propia.
El trabajo digno era otra exigencia central: «Queremos pleno empleo para nuestra gente». La precariedad laboral afecta de manera desproporcionada a las personas racializadas en nuestro país. Un empleo estable y justo es fundamental para la dignidad y el desarrollo pleno de cualquier comunidad. Un ejemplo real lo encontramos en la sobrerrepresentación de mujeres racializadas en sectores como el cuidado o la limpieza, a menudo con contratos precarios y bajos sueldos. La organización también ha llegado a esta luchas, como el ya nombrado Sindicato de Manteros, o las Kellys.
También denunciaban el robo y la explotación: «Queremos que finalice el robo de los capitalistas a nuestra comunidad Negra». Esto conecta directamente con la explotación laboral y económica que muchas personas racializadas enfrentan aquí. Hablamos de salarios bajos, condiciones abusivas y la dificultad de acceder a oportunidades de crecimiento, sobre todo si eres un migrante irregular. Las duras condiciones en los campos agrícolas de Huelva, donde muchas temporeras racializadas viven situaciones de abuso, nos muestran con claridad esta realidad.
Viviendas dignas, «lugares de refugio para seres humanos», era otro punto clave, un tema que es primordial en la situación actual del Estado. En nuestras ciudades, la especulación y la gentrificación expulsan a las comunidades racializadas de los barrios. Acceder a una vivienda asequible y segura es un derecho humano básico que sigue siendo una barrera enorme para muchas familias. Es común escuchar relatos de dueños que se niegan a alquilar viviendas a personas por su origen o color de piel.

La educación era vital para ellos: «Queremos una educación que muestre la verdadera naturaleza de esta sociedad estadounidense en decadencia. Queremos una educación que nos enseñe nuestra verdadera historia y nuestro papel en la sociedad actual». Aquí, en el Estado español, la historia que se cuenta en las aulas a menudo invisibiliza las aportaciones de las personas racializadas. Necesitamos una educación crítica que aborde el colonialismo, la esclavitud y las migraciones desde una perspectiva honesta.. La ausencia de figuras afrodescendientes o gitanas en los libros de texto es un ejemplo claro de este olvido selectivo.
La exención del servicio militar para todos los hombres negros es el sexto punto. Este respondía a una realidad muy específica de la época en Estados Unidos, donde los hombres negros eran enviados a guerras que no consideraban suyas. Aunque la situación militar es distinta en este país, la idea de no ser forzadas a participar en sistemas que oprimen a nuestra gente sigue siendo un principio ético relevante y nos os invita a pensar en cómo las instituciones pueden buscar instrumentalizar a miembros de nuestras comunidades, algo a lo que nos debemos resistir.
La brutalidad policial y los asesinatos eran (y son) una realidad atroz: «Queremos el cese inmediato de la brutalidad policial y de los asesinatos de gente Negra». En el Estado español, las denuncias por perfil étnico, identificaciones arbitrarias y violencia policial contra personas racializadas son una realidad dolorosa. Organizaciones antirracistas denuncian cada año cientos de casos de abuso, como las «redadas racistas» en barrios con población racializada.Las muertes de migrantes a manos de la policía son, desgraciadamente, cada vez más frecuentes.
La libertad para los presos políticos era también fundamental: «Queremos libertad para todos los hombres Negros recluidos en las prisiones federales, estatales y locales». En nuestro contexto, esto nos lleva a pensar en las personas migrantes encerradas en los CIEs, centros de internamiento donde se detiene a personas por una falta administrativa. Sus condiciones y la falta de garantías procesales muestran una privación de libertad muy cercana a esta denuncia histórica.
El noveno punto demandaba juicios justos: «Queremos que toda la gente Negra llevada a juicio sea procesada por un jurado compuesto de sus iguales, o de gente que pertenezca a comunidades Negras, tal y como lo indica la Constitución de los Estados Unidos». Esto subraya la necesidad de un sistema judicial imparcial, algo que las personas racializadas a menudo no encuentran. La dificultad para que las denuncias por racismo lleguen a juicio o la percepción de sentencias más duras para personas racializadas son situaciones que reflejan este desequilibrio y que se pruducen aquí. Nos cansamos de denunciar delitos de odio que son sobreseídos por una justicia blanca y de clase alta, que nos ve como un problema.
Finalmente, el décimo punto lo resumía todo: «Queremos tierra, pan, vivienda, educación, ropa, justicia y paz». Esta es una declaración sencilla de los derechos humanos más básicos. Es un grito por una vida plena y digna para todas las personas. En un mundo donde estas necesidades fundamentales aún se niegan a millones, este punto nos recuerda que la lucha por el antirracismo es una lucha por una vida buena para todas, sin excepciones.
El programa de los Panteras Negras sigue siendo una brújula. Nos enseña que la liberación se construye con acciones concretas sobre necesidades básicas. Su legado nos impulsa a seguir luchando como organización y con la firme convicción de que la justicia es posible aquí y ahora, en el Estado español. Sus ideas son una inspiración para la acción consciente.
Afroféminas
