
Juan Carlos Rois 19/12/25
En este nuevo acercamiento al impacto del rearme en nuestras vidas voy a fijarme en la comparación del gasto militar y sus hipotéticos aumentos con el gasto sanitario.
A este tipo de comparaciones de coste de oportunidad la literatura científica lo denomina crowding out, en este caso de sanidad y defensa, porque parece que cuando rotulamos a las cosas con los términos del lenguaje del imperio ganan en seriedad.
Bueno pues el citado crowding out (efecto expulsión) sanidad-defensa tiene para los países de la OCDE de renta media-alta una caída del PIB de sanidad del 0´58 por cada 1% de aumento del PIB de Defensa. Chúpate esa, marquesa.
Ya vemos que, a pesar de la retahíla del escudosocial y la defensa de las clasemediaytrabajadora que cacarean Sánchez y sus palmeros de Sumar, cada eurito que aprueban de gasto militar extra supone una proporcional erosión de la sanidad. Y bien que lo celebran (eso sí, con bastante nocturnidad y alevosía, como diría el otro, para que no se note).
Bien, ahora que hemos contado el cuento, hagamos unas cuantas cuentas de la vieja.
Aquí pongo los datos de gasto en sanidad en términos de PIB de nuestra sanidad pública y (para los morbosos) si sumamos la privada (a la que algunas comunidades más que otras le están atizando además la privatización y/o gestión correspondiente de la pública, que es otra derivada del asunto que por el momento dejamos aparcada).

Para los muy curiosos (siempre hay alguno) los datos los he sacado (hasta el 2023) de los datos oficiales de Sanidad (Datos de sanidad.gob.es, tablas EGSP/SCS y epdata.es), y para 2024 y 2025 de estimaciones y estimaciones a partir del observatorio FEFE, boletines de Sanidad y datos del PIB provisional publicado por el INE.
Conforme a este cuadro, la evolución de nuestra sanidad ya muestra un cierto descenso desde 2020 (que se alcanzó el tope) y una lenta y titubeante recuperación a partir de entonces.

Ahora presentemos el gasto militar, en este caso el que calcula el gobierno y el que desvelamos nosotros. La evolución aquí no es zigzagueante, sino lineal, ascendente, como la flecha del «progreso».

Lo que arroja el siguiente cuadro:

Se me olvidaba decir que he tomado los datos desde 2018 porque es el idílico tiempo desde el que el PSOE de Sánchez y sus socios nos están salvando de que gobierne el PP con Abascal subido en el caballo del general Espartero o de ese otro que hubo después que, según decía un poeta, además era un muy mal jinete.
Bien, las comparaciones son interesantes: mientras el gasto militar no para de crecer ( para el año que viene yo espero que supere entre unas cosas y otras el 5% PIB o esté muy cerca) la inversión en sanidad no lo hace del mismo modo y, por si fuera poco, el crecimiento que pueda sufrir no implica mejora en la calidad sino negocio para lo privado que, dicho sea de paso, no contempla nuestro papel en el tinglado como el de sujetos de derecho con todas las de la ley, sino como objeto de negocio y a veces como objeto desechable por poco rentable.
Bien. Vamos ahora a hacer algunos cruces de datos para saber la perdida acumulada que bajo el supuesto de 0´58 PIB por cada 1% de aumento de PIB en defensa implica para nuestra sanidad.

Según este gráfico en crowding out por años pasaría de los aproximadamente 251 millones de 2019 a los más de 11.000 de 2025.

El desastre sería mayor con nuestras cifras de gasto militar.

Si extrapolamos los datos, suponiendo que el gobierno, como prevén los estudios mas oficialistas, mantenga un gasto militar de hasta el 2.5 % hasta 2035, el Tomando 0,92% en 2018 y 2% estable desde 2025, el aumento estructural es de 1,08 puntos de PIB (si nos quedamos en e 2%) y de 1,58 si subimos hasta el 2.5, lo que nos arroja que la pérdida anual de sanidad sería de 1,08 x 0.58 (si el presupuesto es estar en el 2%) o de 1,38x 0,58, lo que equivale a una perdida equivalente a un 0´63% del PIB por cada año hasta 2035 (12.600 millones de euros por año) o de 0,80% del PIB (más de 16.000 millones al año).
De ahí para adelante, cada 1% pib Más de 16.500 millones, supondría una pérdida de cerca de 9.600 millones de euros suplementarios a sumar a las cifras anteriores para Sanidad sin que la ministra del ramo levante el dedo índice para hacerle una peineta al resto del gobierno.
Tampoco es de extrañar. De hecho, ya van encargando poco a poco a Defensa el cuidado de nuestra sanidad ante contagios y catástrofes, infecciones porcinas y otras circunstancias sin que a nadie le parezca tan aberrante como pedir a un musico militar que dirija una sinfonía con poca fanfarria de timbales y cornetas.
¿Y si hacemos los cálculos con nuestros datos de gasto militar?
Pues aquí pongo la evolución a partir del 4.4 actual con ligeras elevaciones hasta llegar al 5% pib en 2032.

En este caso la pérdida es exagerada. En 10 años casi 460.000 millones de euros y cifras anuales de pérdida desde 33.000 a más de 48.000 millones por año.
¿Se les ocurre lo que se podría hacer con tamaño dineral? A mi sí.
Para mear y no echar gota.
