Fuente: https://frenteantiimperialista.org/blog/2020/03/20/el-coronavirus-y-los-efectos-secundarios/ Cristóbal León Campos 20 marzo, 2020
En el seno de los países golpeados por años de neoliberalismo la realidad es muy fuerte, el desmembramiento del sector salud como un derecho social, afecta los cuidados a la población en general, pues no se trata únicamente de que no se cuenta con la infraestructura adecuada por la falta de recursos destinados a la salud pública, sino que también la precarización en términos laborales agudiza el grado de afectación de la población, pues quienes hoy no gozan de derechos laborales o de trabajos fijos, se ven obligados a incumplir la cuarentena solicitada como medida preventiva, quien no trabaja un día en los sectores marginados ve golpeada su supervivencia por la pandemia mayor que ha sido a lo largo de los años el capitalismo, la exclusión y la explotación ubican a millones de seres humanos desde hace mucho, en condiciones de verdadero peligro para sus vidas y las del colectivo social. Al interior de los países gravemente afectados por la pandemia y obligados a parar, la falta de cumplimiento en las garantías necesarias para el trabajador y su salud van propiciando brotes de inconformidad como sucede en Italia y los llamados al paro y la huelga que comienzan a escucharse. Junto a esto, hay que recordar también, a los cientos de miles que perderán el trabajo sin ningún respaldo a su bienestar por empresas o gobiernos, pues los empleados temporales o por contrato de servicios, comercios e industrias obligados a la cuarentena serán desechados tras el impacto económico que tendrá la pandemia, y como siempre, serán los trabajadores y trabajadoras quienes a cuestas llevaran el peso de los efectos referidos, algo que la propia Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha reconocido y advertido.
Es también importante señalar casos aberrantes de aprovechamiento político, tal y como sucede en México, los grupos ultraconservadores y opositores al actual gobierno, emiten más desinformación que críticas, tergiversando los datos, llamando a la psicosis social, su intención es propagar un síntoma de inconformidad manipulando las emociones naturales de miedo que generan estas situaciones, los medios de comunicación y sus opinólogos al servicio del viejo régimen, están deseosos de que los daños sean grandes, sin importarles realmente el sufrimiento de la gente, rabiosos cuestionan toda acción gubernamental (que si bien es cierto, ha contribuido por momentos a ese sentir de confusión y miedo por no siempre emitir la información de manera que propicie tranquilidad y confianza) y desenmascaran su deseo de fracaso para el gobierno aunque esto se refleje en el pesar social, ciertamente esto no ocurre nada más en México ni con los pseudointelectuales de cuarta, eminencias de la reacción global y propagadores del sentir ultraconservador, como Mario Vargas Llosa, han aprovechado la palestra para salir a descalificar a gobiernos como el chino y lanzar sus acostumbradas alabanzas (simuladas o no) a la lógica maniquea del imperialismo, que dicho de paso, evidencia también su decadencia.
Lo cierto es que, en medio del temor, la desinformación y la manipulación abierta por grupos reaccionarios, las sociedades van reaccionando pasado el primer impacto, pues a las muestras de psicosis y paranoia que condujeron a compras de pánico, la solidaridad surge como el aliciente para garantizar la sobrevivencia humana, el ejemplo cubano es puntal en este contexto, pues no se trata únicamente de grupos conscientes: se trata de toda una nación comprometida con el mundo a pesar de sus propias carencias, agresiones sufridas y descalificaciones, la puesta en marcha del internacionalismo regresa como la bandera que ubica a la revolución en el primer plano en favor de los desposeídos del planeta. Tomemos de ese ejemplo conciencia y extendamos la solidaridad a cada rincón afectado del mundo.