El concepto de Estado en Lenin

Fuente: frenteantiimperialista.org/blog/2020/04/23/el-concepto-de-estado-en-lenin/                                                                                               Cristóbal León Campos                                                                                                   23 abril, 2020

 Vladimir Ilich Uliánov conocido como Lenin, revolucionario y teórico político ruso, fundador del Estado que se convertiría en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y presidente del primer gobierno comunista establecido tras el triunfo de la Revolución Rusa de 1917. Nació en Simbirsk el 22 de abril de 1870, desde joven estudió las obras clásicas del pensamiento revolucionario europeo, especialmente El Capital de Carlos Marx y los textos básicos del marxismo como el Manifiesto del Partido Comunista. No tardo en adherirse a la causa del comunismo y vincularse a las luchas revolucionarias contra la explotación y opresión capitalista.

En 1891 terminó sus estudios de derecho en la Universidad de San Petersburgo. Plasmó su concepción del auténtico gobierno socialista en el ensayo El Estado y la revolución,[1] considerado una de las sus aportaciones más importante a la teoría marxista, en el que abogó por la necesidad de la “dictadura del proletariado” como elemento de superación del Estado burgués basado en la dominación de una clase sobre otra. Falleció víctima de apoplejías el 21 de enero de 1924 en la localidad de Gorki (hoy Nizni Nóvgorod). Ahora que Lenin cumple ciento cincuenta años de nacimiento, presentamos algunas notas sobre su concepto de Estado, como un homenaje y un ejercicio analíticos siempre necesario, sin lugar a dudas, Lenin es el líder revolucionario más importante de Europa y el mundo del siglo XX.

II

En el pensamiento marxista de Lenin la existencia del Estado se vinculada a las clases sociales, que surgen con la aparición de la propiedad privada y con la desigualdad económica. Federico Engels [2] junto a Marx, principal influencia de Lenin sobre el surgimiento del Estado, explica que hubo un periodo en el que no existía el Estado, en el que las sociedades se mantenían por la costumbre (vínculos generales, la disciplina y la distribución del trabajo), las tradiciones, a través del prestigio y respeto que gozaban los viejos de la tribu o las mujeres, que con frecuencia, no sólo gozaban de los mismos derechos que los hombres, sino ocupaban una posición más alta; una época en la que no existía una categoría especial de personas para gobernar.

A través de la historia es posible observar que el Estado, como aparato especial de coerción de los hombres, surgió en el lugar y en la época en que apareció la división de la sociedad en clases, cuando la organización de los hombres se dio en grupos, entre los cuales unos podían apropiarse del trabajo de otros, donde los hombres se explotaban entre sí.[3]

El surgimiento del Estado es producto de las irreconciliables contradicciones de clase. Se forma en el momento en que estas contradicciones no pueden ser ajustadas. El Estado es un órgano de dominación de clase, de opresión de una clase por otra, legaliza y afirma esta opresión.[4] El tipo de Estado es definido por la clase a la que sirve, el Estado corresponde a una formación económica-social. En la historia encontramos tres tipos de Estados basados en la explotación: el esclavista, el feudal y el burgués.[5] Este último fue el que ocupó gran parte de los escritos de Marx.

Por ser un órgano que beneficia a la minoría sólo puede mantener el sistema que les favorece mediante la coerción, la fuerza. Esta fuerza se emplea a través de destacamentos especiales de hombres armados que disponen de cárceles y otros elementos. El Estado es un aparato destacado de la sociedad formado por un grupo de personas que se ocupan únicamente, o principalmente de gobernar, estos se elevan sobre la sociedad y se les da el nombre de gobernantes, de representantes del Estado. Este aparato, este grupo de hombres que gobierna a los demás, se apodera siempre de cierta máquina de coerción, de una fuerza pública.[6] Pero además del empleo de la fuerza, el Estado utiliza el impuesto y las deudas para mantener bajo control a los trabajadores asalariados.

III

El marxismo plantea la creación de una sociedad sin Estado y por tanto sin diferencias de clases. La construcción de esta nueva sociedad comunista sólo es posible si se destruye el Estado burgués y se crea el Estado proletario por medio de la acción revolucionaria. El Estado proletario únicamente servirá como un medio transitorio hacia el comunismo: “La sustitución del Estado burgués por el Estado proletario es imposible sin una revolución violenta. La supresión del Estado proletario, es decir, la supresión de todo Estado, nada más es posible por medio de un proceso de extinción” [7]

Cuando el proletariado toma el control del Estado (recordemos que el Estado es una organización con fuerza que reprime a una clase) reprime a la clase explotadora; a la burguesía. El proletariado necesita al Estado para reprimir la resistencia -contrarrevolución- que presenten los explotadores. Pero también para la organización de la nueva sociedad que beneficie a la mayoría de la población y no a una minoría como sucede en el Estado burgués. Desde el momento en el que la mayoría del pueblo reprime la resistencia burguesa deja de ser necesario un ejército organizado y por tanto el Estado comienza a extinguirse.

IV

En la sociedad burguesa, el Estado centraliza su poder en dos instituciones principales: la burocracia y el ejército permanente. Lenin al igual que Marx y Engels concibe a la burocracia y al ejército permanente como “parásitos” en el cuerpo de una sociedad burguesa. Sin embargo, idea -a diferencia de Marx- que el paso del capitalismo al comunismo es imposible sin el retorno al democratismo “primitivo”. Este democratismo “primitivo” basado en el capitalismo y en la cultura capitalista que ha creado la producción de fábricas e industrias. Sobre esta base, la mayoría de las funciones del antiguo poder estatal se simplifican tanto que se pueden resumir a operaciones sencillas de registro, contabilidad y control, estas funciones que son accesibles a todos los que saben leer y escribir, pueden ser ejecutadas por “el salario corriente de un obrero” quitándoles toda sombra de privilegio y jerarquía.[8] Estas medidas de reorganización del Estado sólo adquieren importancia si van conectadas con la “expropiación de expropiadores”, con la transformación de la propiedad privada capitalista sobre los medios de producción en propiedad social.

Lenin, basado en el análisis histórico que realiza Marx, sugiere la formación de la comuna para la sustitución del parlamentarismo a través de instituciones autorreguladas. Sin olvidar que sin instituciones representativas no puede concebirse la democracia proletaria, pero sin el parlamento si es posible concebirla.[9] La salida del parlamentarismo no está en la abolición de las instituciones representativas y de elegibilidad, sino en transformar las instituciones representativas de lugares de locuacidad en corporaciones de “trabajo” [10] De lo que se trata es de dar otro sentido a estas nuevas instituciones, suprimiendo el parlamentarismo, la burocracia, el centralismo militar y político. Estas medidas buscan el desmantelamiento del Estado, y, la devolución a la sociedad de todo lo que él les ha usurpado.

La administración burocrática específica de los funcionarios del Estado puede y debe sustituirse de forma rápida por simples funciones de “inspectores y contables”, funciones accesibles al nivel de desarrollo de los habitantes de las ciudades y que pueden ser desempeñadas por cualquier obrero. Propone Lenin que se organice la producción por ellos mismos, tomando como resultado la extinción gradual de la burocracia, la creación de un orden en que las funciones de inspección y de contabilidad cada vez más simples se realizaran por todos siguiendo un turno que se convertirá en costumbre, desapareciendo así, como funciones especiales de un grupo limitado de la sociedad. Pero el tránsito del capitalismo al comunismo no será posible si la nación no se une para la destrucción del poder del Estado burgués, si no se toma conciencia de trabajar por el bien común en vez del bien individual, si no se conciben como necesarios estos cambios y se pone de manifiesto todo el empeño en realizarlos.

V

Si bien el Estado proletario pensado por Lenin es centralista, porque en él recae la tarea de organizar libremente la resistencia contra los capitalistas y la transformación de la propiedad privada en propiedad social. También contempla, basado en Engels -retomado por Lenin-, el respeto en todo momento a la autonomía local, pues es necesario recordar que las comunas y las regiones defienden voluntariamente la unidad del Estado, luego entonces, podemos reconocer que el burocratismo se ha eliminado y la toma de decisiones ya no es realidad desde arriba.[11]

Por otra parte, Lenin estaba consciente de que el Estado proletario no podría otorgar muchos beneficios gratuitos al pueblo, como sería la vivienda por lo menos durante el período de transición: “El arrendamiento de las viviendas propiedad de todo el pueblo, a distintas familias supone el cobro del alquiler, un cierto control y una determinada regulación del reparto de las viviendas”.[12]

Para esto es necesario una forma de Estado, pero no un aparato militar y burocrático especial con funcionarios que disfruten de una situación privilegiada. La posibilidad de asignar gratuitamente viviendas se halla en la extinción total del Estado. En el camino hacia la destrucción del Estado es necesario convertir las funciones de la administración pública en operaciones de control y registro tan sencillas que sean accesibles a la inmensa mayoría de la población y después a toda.

Los burócratas -por su condición de clase- son los más fieles servidores de la burguesía, inevitablemente se pondrían de lado a ella, no serían capaces de ejercer las órdenes del Estado proletario. De ahí la necesidad de destruirlo.[13] Lenin pretendía asegurar la participación popular en las actividades públicas y en el control popular sobre los funcionarios que se necesitaran, quería eliminar la burocracia de la vida política y económica.

Eugene Kamenka indica tres fallas que Lenin identificó en el burocratismo; la primera es la decisión autoritaria emanada desde arriba por la jefatura; la segunda es la elaboración de planes sin ninguna clase de prueba o evaluación de los efectos; y, por último, la ineficiencia y el papeleo imputándoles el burocratismo.[14]

Al igual que la burocracia y el ejército, el sufragio universal también es un instrumento de la dominación burguesa. Solamente sirve para legitimar a la clase dominante mediante el engaño, plantea ser el único medio por el cual se manifiesta la voluntad de los trabajadores y garantiza su puesta en práctica.[15] Las instituciones democráticas de la burguesía sólo lo son en el papel, pues no dan posibilidad a los trabajadores de ejercer los derechos que proclaman. Para Lenin, Democracia burguesa “es el estado que reconoce la subordinación de la minoría a la mayoría, es decir, una organización llamada a ejercer la violencia sistemática de una clase contra otra, de una parte de la población contra otra”.[16]

VI

La democracia en el capitalismo es sólo para una minoría poseedora de los bienes. Llena de restricciones que excluyen a la mayoría de la población de la participación política y por tanto de la democracia en general, de igualdad, de libertad, de espíritu popular; mientras los obreros y todos los trabajadores tienen hambre, están sin ropa, arruinados, y torturados por la esclavitud asalariada capitalista.[17]

No hay país capitalista que pueda decir que en él existe la democracia en general; en ellos únicamente existe la democracia burguesa. Lo que es necesario no es la dictadura en general, sino la dictadura de la clase oprimida, del proletariado sobre los opresores y los explotadores, sobre la burguesía, con el fin de vencer la resistencia que los explotadores oponen en la lucha por su dominación.[18]

Lenin rechaza toda acusación hecha por sus críticos -socialdemócraticos y anarquistas- al tacharlo de utópico debido a las malas interpretaciones que han realizado de la teoría marxista, cuando ésta traza la creación de una nueva sociedad sin Estado y sin clases, en la cual no existirán la burocracia, el ejército militar y la democracia se habrá realizado. Las críticas hechas a la concepción marxista del Estado se basan en la incomprensión de que entre el capitalismo y el comunismo hay una etapa de transición, los críticos no han logrado concebir esto, continúan pensando que entre capitalismo y comunismo no hay un paso fácil de dar.

Marx, Engels y posteriormente Lenin hacen incansable hincapié en el tránsito entre estas dos sociedades. Desde luego que no se puede hablar de la abolición repentina de la burocracia, esto es una utopía -dice Lenin-. Pero destruir el Estado burgués y su máquina burocrática y comenzar a construir un nuevo Estado que reduzca gradualmente la burocracia no es utópico. Para la consumación de la sociedad comunista tiene que haber un periodo de transición en el cual se borren todos los rasgos del Estado capitalista que pudieran persistir durante “la dictadura del proletariado”. La historia enseña -dice Lenin- que ninguna clase oprimida ha logrado dominar sin un período de dictadura, sin tomar el poder político y aplastar -violentamente- la resistencia desesperada y criminal que caracteriza a los explotadores.[19]

Sólo durante la dictadura del proletariado se puede salvar a la humanidad de la mentira, de la falsedad, de la hipocresía de la democracia burguesa, de esa democracia para ricos, únicamente durante ella se establecerá la democracia para los pobres, con el objetivo de hacer de los beneficios de la democracia patrimonio efectivo de los obreros y los campesinos pobres.[20]

VII

La sociedad comunista cuando se haya roto la resistencia de los capitalistas, cuando hayan desaparecido las clases, desaparecerá el Estado y podrá hablarse de libertad. Entonces se podrá hablar de democracia verdadera y completa, que no implique ninguna restricción; en tal momento se comenzará a extinguir la democracia por la razón de que los hombres serán libres plenamente, sin restricciones, sin explotación, sin esclavitud. Se habrán habituado a respetar las reglas de convivencia sin coerción, sin la necesidad del aparato opresor llamado Estado.[21]

Lenin retoma el modelo presentado por Marx al dividir en inferior y superior las fases de la sociedad comunista. En la primera fase -conocida como socialismo- se observa una sociedad que lleva muchos rasgos capitalistas, en la cual los medios de producción ya no son propiedad privada sino de la sociedad. Cada miembro de la sociedad realiza su parte del trabajo socialmente necesario por el cual recibe de los almacenes sociales artículos de consumo en cantidad proporcional al trabajo que realizó. Lenin está consciente de que esta distribución conserva rasgos burgueses.[22] La primera fase del comunismo no proporciona justicia ni igualdad por conservar las diferencias de riqueza, aunque se haya abolido la explotación del hombre por el hombre al dejar de existir la propiedad privada.

En la fase superior de la sociedad comunista la base económica de la extinción del Estado responde a un elevado grado de comunismo, cuando desaparece la división del trabajo entre los intelectuales y los trabajadores manuales, dejando de esta forma de existir una fuente de la desigualdad social. El Estado podrá extinguirse por completo cuando la sociedad ponga en práctica la regla: “de cada cual, según su capacidad, a cada cual según sus necesidades”.[23] Cuando los hombres tengan la conciencia de trabajar voluntariamente y según su capacidad estén habituados a las normas de convivencia, no habrá necesidad de regular la distribución de los productos, cada hombre tomará lo que necesite de forma libre.

VIII

El marxismo de Lenin se desarrolló al igual que el pensamiento de Marx en una época de agitación y revolución. Aunque los dos pensadores no compartieron las mismas condiciones históricas debido al desarrollo que presentaba el capitalismo durante la Revolución de Octubre. Lenin refleja en su pensamiento la formulación de ideas prácticas debido al momento histórico en que se desarrolla. Retoma los principales postulados de Marx y Engels, busca su aplicación en Rusia, aunque él mismo reconoce las dificultades que representa, principalmente por la falta de algunas de las condiciones objetivas que Marx nominara como indispensables para el desarrollo del comunismo.

El pensamiento revolucionario de Lenin presenta aportaciones innegables al estudio y compresión de las relaciones sociales dentro del capitalismo y su tránsito al comunismo. Retoma las ideas de Marx y las enriquece con todos los acontecimientos posteriores. Presenta la síntesis de la teoría y la práctica de la clase obrera combatiente y de la construcción y destrucción de la misma. Lenin contribuye a la compresión y al análisis del concepto de Estado, partiendo de su posición filosófica y la construcción histórica que realiza en Rusia, así como en la edificación de la URSS, donde pretende ejecutar los principales puntos de sus postulados. Después de la caída del bloque socialista se ha pretendido quitarle el carácter científico a los postulados marxistas tachándolos de “utópicos” en sentido negativo, pero esta apreciación reduce el aporte teórico que ha representado el pensamiento de Marx y Engels junto a las posteriores las contribuciones de Lenin y muchos más pensadores revolucionarios, con el único objetivo de imponer la visión “posmoderna” que presupone el fin de las utopías y de la historia, y con ello, el fin de las luchas emancipadoras, asegurando de esta forma la pervivencia del sistema capitalista.

Es importante dejar en claro la importancia de conocer los postulados filosóficos marxistas en los tiempos en que vivimos, donde la imagen de desarrollo y progreso que presenta el capitalismo -en su fase neoliberal- ha fracasado, pues es evidente el incremento de la pobreza, marginación, desigualdad y explotación en países como los de América Latina. Es urgente revalorizar a Marx, Engels, Lenin y al marxismo en general, para poder concretar la construcción de una sociedad más justa, más igualitaria y más humana que tanto hace falta en los días “posmodernos” que vivimos y que sin duda aún es posible y urgente de realizar.


NOTAS:

  1. Lenin escribió el libro El Estado y la revoluciónLa doctrina marxista del Estado y las tareas del proletariado en la revolución en agosto y septiembre de 1917, durante el periodo que permaneció en la clandestinidad por ser perseguido por el Gobierno Provisional burgués. 
  2. Engels, Federico. El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Editorial Progreso. Moscú URSS. 1970. 
  3. Lenin V.I. Acerca del Estado. Ediciones en lenguas extranjeras. Moscú URSS. S/F. p.52. 
  4. Lenin V.I. El Estado y la revolución. La doctrina marxista y el Estado y las tareas del proletariado en la revolución. Editorial Progreso. Moscú URSS. S/F. p. 7. 
  5. Kousinen, Otto V. Manual de marxismo-leninismo. Grijalbo. México. 1962. p. 162. 
  6. Lenin V.I. Acerca del Estado. p. 55 
  7. Lenin V.I. El Estado y la revolución, p. 21. 
  8. Ibidem. pp. 41-42. 
  9. Ibid. p. 44. 
  10. Ibid. 45. 
  11. Ibid. p. 69. 
  12. Ibid. p. 55. 
  13. Kamenka, Eugene. La burocracia trayectoria de un concepto. FCE. México. 1981. p. 140. 
  14. Ibidem. p. 157. 
  15. Lenin V.I. El estado y la revolución. p.14. 
  16. Ibid. p. 78. 
  17. Lenin V.I. Sobre la democracia y la dictadura. Ediciones en lenguas extranjeras. Moscú URSS. S/F. p. 12. 
  18. Ibidem. p. 21. 
  19. Lenin V.I. Tesis e informe sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado4 de marzo. Ediciones en lenguas extranjeras. Moscú URSS. S/F. p. 21. 
  20. Lenin V.I. Sobre la democracia y la dictadura. pp. 12-13. 
  21. Lenin V.I. El estado y la revolución. p.84. 
  22. Ibid. pp. 87-88. 
  23. Ibid. p. 91. 

 

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