La inesperada muerte del expresidente chileno generó que varias figuras políticas resalten su papel como «hombre de la democracia» ¿Ese es el legado que dejó?

El martes por la tarde se conoció la noticia de un trágico accidente aéreo en el que perdió la vida el expresidente de Chile, Sebastián Piñera.

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El hecho generó que los más importantes líderes de la región , desde el presidente argentino Javier Milei o el brasileño Lula pasando por la expresidente Cristina Kirchner, se pronunciaran ante el suceso y en muchos casos reivindicaron a Piñera como un hombre “profundamente democrático”.

El presidente chileno, Gabriel Boric, o la expresidente Michelle Bachelet hablaron del “compromiso con nuestro país y con la democracia”. Piñera ,que fue dos veces presidente, reconocido empresario y economista del sector financiero, dirigente del derechista Renovación Nacional y acérrimo neoliberal, pasa a dejar un legado como “hombre de la democracia” por sobre todo.

Lo que vimos poco en los medios fue otro hecho. Cuando se conoció la noticia en varios barrios populares de Chile no hubo lágrimas, hubo reclamos y hasta protestas.

¿Por qué?

Porque Sebastián Piñera fue protagonista en la historia reciente de Chile, como el presidente que ordenó reprimir el estallido social que comenzó cuando los estudiantes secundarios saltaban los molinetes en protesta por el aumento del transporte, allá por Octubre del 2019 y bajo el grito de “no son 30 pesos son 30 años” mostró el descontento popular con el modelo neoliberal chileno.

Esa represión dejó 445 personas sufrieron heridas oculares permanentes, tomando desde el 18 de octubre al 18 de febrero según informó el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH). Un 66 por ciento (269 casos) fueron causadas por armas de fuego.

Uno de los casos más recordados fue el 8 de noviembre cuando a Gustavo Gatica, de 21 años, estudiante de Psicología, le dispararon perdigones en ambos ojos. Después de varios días se confirmó el peor pronóstico: quedó completamente ciego. Él en un momento dijo “regalé mis ojos para que la gente despierte”.

El “hombre de la democracia” hizo todo lo posible para evitar que la movilización popular se transformara en un cambio profundo que pusiera fin al modelo económico chileno heredado de la sangrienta dictadura de Augusto Pinochet.

Podríamos hablar de cómo en 1982 se dio a la fuga debido a que durante los años 1979 y 1980 fue el gerente general del banco de Talca, el cual se encontraba en cesación de pagos con una deuda de US$38 millones de la época y afectaba al Banco Central chileno.

O su papel en una estafa financiera que en el año 2014 se reveló en el caso Penta, a veces también denominado “Pentagate”, un coordinado y efectivo fraude al Fisco de Chile por parte de Empresas Penta.

Toda la pompa oficial con la que se despide a Sebastián Piñera contrasta con el reclamo que sigue vivo en Chile para poner fin a la impunidad por la represión durante el estallido social.