Fuente: https://mpr21.info/el-capital-financiero-internacional-cambia-la-politica-economica-de-turquia/ mpr21
Tras su victoria electoral, Erdogan ha nombrado para el cargo de ministro de Economía a Mehmet Simsek, a un lacayo de UBS, Merrill Lynch y el Deutsche Bank. Es uno de los suyos.
Otra sicaria de Goldman Sachs, Hafize Gaye Erkan, dirigirá el Banco Central. Se convierte así en la primera mujer de su país en ocupar ese cargo, aunque tiene poco que ver con Turquía porque toda su carrera la ha desarrollado en Wall Street.
Ambos simbolizan un giro económico del gobierno turco, impuesto por el capital financiero internacional. Turquía ha heredado una situación económica desastrosa. Atraviesa una grave crisis económica, arrastrada por la elevada inflación, el déficit público y una caída histórica de su divisa, la lira.
En contra de la política económica convencional, Erdogan bajó los tipos de interés en los últimos años y la inflación se ha disparado. Alcanzó el 80 por cien el año pasado y se estabilizó en el 44 por cien el mes pasado.
En el periodo previo a las elecciones, Erdogan trató de mitigar los efectos de la inflación subiendo repetidamente el salario mínimo, aumentando los sueldos de los funcionarios y permitiendo a millones de turcos cobrar anticipadamente las pensiones del Estado.
Las políticas fiscales expansivas han provocado la caída la lira. Para frenar su caída, Erdogan vendió sus reservas que, a principios de mayo, cayeron en 7.600 millones de dólares.
La lira se mantiene a flote gracias a Rusia, a Qatar y otros países del Golfo. El gigante petrolero saudí Aramco está negociando contratos de construcción con empresas turcas por valor de 50.000 millones de dólares una cantidad astronómica.
Pero la economía no son sólo números. En el barrio de Kasimpasa, en Estambul, cada día hay más gente haciendo cola ante las “halk ekmek”, las panaderías a bajo precio, subvencionadas por el ayuntamiento.
Las colas del pan son la cara visible del hambre, a la que se deben sumar el paro, los suicidios…