El Booker Prize ya se escribe con nombre de mujer negra…

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El Booker Prize ya se escribe con nombre de mujer negra …¿y en 2020 africana?

Bernardine Evaristo, anglonigeriana, hizo historia el año pasado al alzarse con el Premio Booker siendo la primera mujer negra en la historia de este premio que lo consigue, aunque haya sido compartido con otra escritora: Margaret Atwood (Los testamentos). Hablamos de un premio que se falla desde 1969. Puede ser una anécdota, pero no lo es.

El Booker, es el equivalente al Goncourt francés y uno de los más importantes del mundo anglosajón. Está abierto a escritores de cualquier nacionalidad, con la condición de que escriban en inglés y su obra esté publicada en el Reino Unido o Irlanda. Aunque esto último no ha sido siempre así. En diversas ocasiones ha sido un premio criticado por su excesivo elitismo, orientándose más hacia la “alta literatura” que hacia lo que los lectores buscan de verdad para leer.

Si damos un repaso a candidatos y ganadores, podemos observar que el escritor más reconocido ha sido JM Coetzee, siendo Ben Okri el único escritor negro africano que lo ha conseguido y Nadine Gordimer la única mujer africana. Todo esto tiene un enfoque mayor si pensamos que durante muchos años, hasta casi la década de los 90, los escritores negros no interesaban a las editoriales británicas (¿?), imaginemos los africanos… Traigamos esta situación a la que ocurre en nuestro ámbito geográfico, ¿nos hemos planteado en algún momento esta cuestión?. Y lo dramático de todo esto es que hay abundante calidad, como muestra esta lista, y que nos trae a la cabeza otros tantos títulos que no aparecen:

GANADORES:

  • 1971-Lo ganó Nadine Gordimer con su novela El conservacionista
  • 1983-Fue a manos de Coetzee con Vida y época de Michael K
  • 1991-La carretera hambrienta de Ben Okri se llevó el premio, con la única nominación que ha tenido este escritor
  • 1999-Coetzee lo obtiene por segunda vez con Desgracia. Además ha tenido 4 nominaciones más por Elizabeth Costello. por Hombre lento, por Verano y por Los día de Jesús en la escuela.
  • 2015-El jamaicano Marlon James por Breve historia de siete asesinatos.

CANDIDATOS:

  • Han figurado como candidatos a recibir el premio: Doris Lessing, André Brink y Deborah Levy (cada uno en 3 ocasiones). Damon Galgut, Esi Edugyan y Chigozie Obioma (en 2 ocasiones). Willian Boyd (1 por Sin respiro), Chinua Achebe (1) Abdulrazak Gurnah (1 por Paraíso) Ahda Soueif (1 por El mapa del amor). Achmat Dangor (1- Fruta amarga), Chimamanda Ngozi Adichie (1 por La flor púrpura), Hisham Matar (1 por Solo en el mundo), Patrick MacGuinnes (1), No Violet Bulawayo (1 por Necesitamos nombres nuevos), Laila Lalami (1), Oyinka Braithwaite (1 por Mi hermana, asesina en serie).

Este año 2020, el cambio global que se ha producido tras el #Me Too y #Black Lives Matter puede haber propiciado que de 13 finalistas 9 son mujeres y más de la mitad son negras. Entre ellas están nominadas Tsitsi Dangarembga por la tercera parte de la trilogía que inició con Condiciones nerviosas (una de esas novelas que hacen hito y la única que ha sido traducida a castellano), en esta ocasión con This Mournable Body, Maaza Mengiste por The Shadow King (de orígenes etíopes).

Qué se supone que es ser mujer y negra

Evaristo (Londres, 1959), hija de padre nigeriano y madre británica, es autora de 8 libros de ficción. Es también profesora de escritura creativa. Además, es la fundadora del Premio de poesía  africana Brunel que ha distinguido a creadores como: Warsan Shire. Inua Ellams o Liyou Libsekal.  Galardonada con el Booker 2019 por Niña, mujer, otras, ha conseguido un hito con un premio que parece haberse reconciliado con los lectores. Y lo que más quiero resaltar es que lo ha logrado con un gran libro, uno de esos que perdurará.

Creció dentro de un sistema educativo muy blanco. Entonces no le enseñaban historia africana, no sabía ni que existiera. No es fortuito que Amma, una de las 12 mujeres que pueblan la novela coral galardonada Niña, mujer, otras estrene en el teatro “La última amazona de Dahomey”. En primer lugar, porque nos habla de esas mujeres poderosas que a la propia escritora se le habían hurtado de su conocimiento. En segundo lugar, porque indica que estas mujeres son luchadoras, sobrevivientes. Aunque ella deja claro desde un principio que no le interesan las víctimas. Y se nota.

La escritora ha afirmado, para diversos medios tras la concesión del Booker, que la realidad es que la mayoría de escritores blancos utilizan personajes blancos en sus tramas y no hay ningún tipo de etiquetaje por ello. Sin embargo, si una mujer negra escribe con personajes negros, aún más si son mujeres negras, en seguida se busca la clasificación, porque se considera que no está dentro de lo que consideramos como “predeterminado”. Y eso es precisamente lo que hace Evaristo quien pone a las mujeres negras (12 para ser exactos) en el centro de la acción de Niña, mujer, otras. Y se lo agradecemos, no solo porque nos sumerge en un ámbito diferente, el de la experiencia vital de las mujeres negras británicas y nos dispensa del aburrimiento de leer siempre sobre lo mismo, porque si algo logra la autora es proporcionarnos horas de auténtico aire fresco que se cuela por las ventanas de nuestros ojos al ritmo de su proverbial manera de escribir, que fluye sin costuras. Su estilo puntúa de otra manera, es poético a veces, siempre tierno e ingenioso. Parece como si la mano de la escritora estuviera pendiente de cada letra para contar con profundidad pero sin herir, para no tener pelos en la lengua pero también para comprender.

“ya pero yo soy negra, Cours, y eso me hace estar más oprimida que cualquiera que no lo sea, salvo por Waris, que es la más oprimida de todas (aunque no se lo digas)

en cinco categorías: negra, musulmana, mujer, pobre, hijabeada (…)

Courtney respondió que Roxane Gay advierte contra la idea de jugar a las “olimpiadas de los privilegios” y escribió en Mala feminista que el privilegio es relativo y circunstancial” (p. 78)

La experiencia negra contada sin complejos, desde los vértices de una escritora inconformista, que no se casa con nadie, lo más alejado a lo convencional o unidireccional. Este libro sorprendente ha elegido para fraguarse una escritura denominada por su creadora “Fusion Fiction”, aquella que le ha permitido escribir sin censuras. Evaristo, quien afirma que su principal misión es escribir sobre la diáspora africana, ha conseguido una obra inteligente, que atraviesa la memoria y las experiencias de 12 mujeres negras en Reino Unido que abarcan un amplio espectro íntimo, generacional y social. Rabiosamente actual, parece que se enfada cuando la llaman “oportunista”, Evaristo mete el bisturí hasta el fondo de cuestiones como la identidad (uno de los grandes temas de nuestra era), la sexualidad, las relaciones tóxicas, la raza, la educación o el feminismo. Habrá personajes que os conmuevan y cuestionen más, pero ninguno sobra. 

“… en cualquier caso, ni su condición de negro ni la de gay son resultado de decisiones políticas conscientes, la primera está determinada genéticamente, la segunda física y psicológicamente predispuesta y así pueden quedarse, no como preocupaciones intelectuales o activistas sino más bien como meras notas al pie” (p. 448)

En Niña, mujer, otras no caben reducciones. Analiza el racismo interiorizado, la esclavitud mental. Le interesa la revisión del pasado para poder avanzar como raza humana. El sentido del humor de la escritora quita hierro a la ceremonia de las confusiones que ha surgido en los últimos años en torno a la cuestión sexual. Lo mismo ocurre a la hora de escribir sobre identidad, feminismo o privilegio blanco. Evaristo salta sobre los esterotipos y nos propone otros planteamientos para tratar de la desigualdad y de establecer un diálogo más amplio que se salga de los estrechos márgenes del habitual reduccionismo.

Tantas y tantas cosas pasan en las casi 500 páginas que hemos sorbido sin pestañear, saltando de la historia de una mujer a la de otra, sufriendo sus abusos sexuales, viviendo sus amores y sus relaciones tóxicas y malos tratos, sus lealtades y sus traiciones, su generosidad y su ingratitud, su amistad, sus dudas sobre sus propias existencias llegadas a la madurez… y todo ello desde una lectura luminosa que huye como la peste de la mirada única.

“lo que mejor cuadra conmigo es el concepto de ágenero, haber nacido mujer no es el problema, el problema son las expectactivas de la sociedad” (p. 353)

Niña, Mujer, Otras (Girl, Woman, Other, 2019) de Bernardine Evaristo (AdN Alianza de Novelas, 2020) Trad. Julia Osuna Aguilar

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