El escritor nigeriano Wole Soyinka, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1986 y primer africano en obtener ese galardón, no pudo ingresar a Estados Unidos este martes luego de que las autoridades revocaran su visa de no residente.

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El autor, de 91 años, sugirió que la medida podría estar relacionada con sus recientes declaraciones contra el presidente Donald Trump y su respaldo a causas como las del pueblo cubano y palestino, posturas que han generado fricciones con la política exterior de Washington.

Soyinka, una de las voces literarias más influyentes de África, ha dedicado su vida a denunciar la opresión y la corrupción, con obras que tratan temas como la libertad, la injusticia y los DD.HH. Su trayectoria combina poesía, teatro y ensayo, y lo ha convertido en un símbolo de resistencia intelectual.

En conversación con medios locales, el Nobel afirmó que el asunto trasciende lo personal: “No se trata de mí, no tengo ningún interés en regresar a Estados Unidos. Pero hay un principio en juego”.

Recordó además que en 2017 rompió públicamente su tarjeta de residencia estadounidense como gesto de rechazo a la política migratoria de Trump y aseguró que no tiene intención de solicitar una nueva visa.

Según la notificación oficial, la revocación se basó en “información adicional obtenida después de la emisión del visado”, aunque sin ofrecer más explicaciones. Soyinka, sin embargo, considera que la decisión puede deberse a sus críticas recientes, en las que comparó a Trump con Idi Amin (1928-2003), el dictador ugandés conocido por su brutalidad.

A lo largo de su carrera, el creador nigeriano ha defendido firmemente la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, y ha expresado su apoyo a Cuba y Palestina como ejemplos de resistencia frente a la dominación. Su compromiso con la libertad intelectual y la justicia social lo ha mantenido activo en el debate público, incluso a su avanzada edad.

Con más de nueve décadas de vida, Wole Soyinka es un referente moral y cultural que usa la palabra como arma contra la intolerancia. Su obra demuestra que la literatura es una herramienta esencial para cuestionar el poder y defender la dignidad humana.