Cómplice de la ocupación sionista, Washington envió un escuadrón de esos aparatos a Tel Aviv, temeroso de la respuesta de Irán tras el asesinato del líder palestino Ismael Haniyeh.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, se comunicó este jueves con su homólogo israelí, Yoav Gallant, para informarle del envío de un escuadrón de combate F-22 para apoyar al régimen sionista de Israel ante la respuesta de Irán, donde la ocupación sionista asesinó al líder palestino Ismael Haniyeh.

A través de la red social X, Austin escribió «Hoy he llamado a Gallant para informarle sobre los ajustes de postura de las fuerzas estadounidenses y reforzar mi apoyo a la defensa de Isarel. Los F-22 que han llegado a la región representan uno de los muchos esfuerzos para disuadir la agresión, defender a Israel y proteger a las fuerzas estadounidenses en la región».

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El aumento de la presencia militar estadounidense en el Medio Oriente se produce en medio de una nueva escalada de tensiones, luego de que Israel asesinara al líder del Buró Político del movimiento de resistencia islámica palestino, Hamás, Ismail Haniyeh, mientras se encontraba de visita oficial en Teherán, y horas después matara al comandante militar del movimiento de resistencia islámica libanés, Hizbullah, Fouad Shokr, en una zona civil de Beirut.

Según medios de prensa, también llegarán a Israel más unidades navales con capacidad de defensa contra misiles balísticos. Se cree que las capacidades tierra-aire pueden ser reforzadas.

Este es el mayor movimiento de fuerzas del Pentágono al Medio Oriente desde que la ocupación israelí inició su agresión criminal en Gaza 7 de octubre pasado. Washington y Londres también desplazaron fuerzas hacia allí en ocasión de la operación Promesa Verdadera, respuesta de Irán al ataque israelí a su consulado en Damasco (capital siria) a inicios de abril pasado, hecho en que fueron asesinados varios militares iraníes y civiles sirios.

En la jornada de este jueves el jefe del Pentágono también se comunicó con los mediadores del conflicto en Gaza (Egipto y Catar) para hablar de su supuesto “interés” de poner fin al genocidio israelí, lo que demuestra una vez más la hipocresía de Washington y su discurso de doble rasero.

Según algunos expertos, si el verdadero interés de Estados Unidos es poner fin a la guerra en Gaza, una sola acción, “dejar de enviar armas a Israel”, tendría un peso significativo.

Sin embargo, es todo lo contrario, la Casa Blanca por un lado habla de un alto al fuego y por el otro, ayuda a una de las partes a que continúe cometiendo crímenes, matando niños, bombardeando escuelas, campo de refugiados, ambulancias, mujeres embarazadas, y vulnerando los derechos de los prisioneros, entre otros tantos actos criminales cometido por Tel Aviv.