Lunes 30 de diciembre de 2024, p. 20
Al menos tres de los guardias de prisiones de Nueva York implicados en la salvaje paliza mortal a Robert Brooks mientras estaba esposado fueron acusados de participar en agresiones similares a presos, informó The New York Times.
Dos de los funcionarios de prisiones y un sargento acusados de la muerte de Brooks, recluso del centro penitenciario de Marcy, fueron nombrados en demandas federales por haber dejado a un hombre desfigurado y a otro en silla de ruedas.
En febrero de 2020, Adam Bauer estaba a un año de salir en libertad cuando los funcionarios de prisiones lo golpearon en un baño de la prisión de Marcy y luego lo acusaron de atacarlos, indica una demanda en curso. Nicholas Anzalone, uno de los oficiales acusados en la agresión a Brooks, se unió a otros agentes de la fuerza pública en el ataque a Bauer, se lee en el acta de hechos.
Bauer declaró que estaba saliendo de un retrete y a punto de encender un cigarrillo cuando un guardia lo paró y le preguntó qué hacía. Después de responder, el agente le ordenó que se pusiera contra la pared para cachearlo. Tras unas palmadas, el uniformado empezó a darle puñetazos en la cabeza hasta que cayó al suelo y luego lo pateó. Dos sargentos se unieron a Anzalone, incluido un sargento que golpeó un portapapeles contra la cabeza de Bauer con tanta fuerza que el cierre metálico le hizo un agujero en el cuero cabelludo.
Los guardias lo llevaron a la enfermería, donde lo obligaron a tumbarse boca abajo en el suelo mientras Anzalone le pateaba los pies.
Mienten a médicos
Los oficiales dijeron a una enfermera: el preso se autolesionó
. Lo llevaron a un hospital y allí dijeron que fue atacado por otro preso.
Cuando Bauer fue devuelto a la prisión, fue recluido en régimen de aislamiento por cargos disciplinarios falsos durante 60 días, hasta que un funcionario revocó la decisión.
Ese mismo año, otros dos guardias ahora implicados en la paliza a Brooks –Glenn Trombly y Anthony Farina– participaron en una agresión al preso William Álvarez, según consta en otra demanda.
Antes de que Trombly fuera trasladado a la prisión de Marcy, Nueva York, trabajó en el centro penitenciario de Green Haven, en Storm-ville, donde tres presos lo acusaron de haberlos golpeado, Ernest Iverson, Rendell Robinson, quien sufrió una conmoción cerebral y una fractura de nariz y Equarn White, quien señaló a Trombly y a otros agentes de atacarlo y tras la agresión necesitó usar silla de ruedas.