União Palestina da América Latina – UPAL                                  amyra.fwb@terra.com.br                                                                                         21/08/25

El intento de la resistencia palestina de capturar a varios soldados del ocupante, que terminó con tres de ellos gravemente heridos, demuestra que la iniciativa en el campo de batalla sigue en manos de los resistentes a pesar de la descomunal maquinaria militar sionista. Aunque la captura no se concretó, el simple hecho de haber llegado a ese nivel de confrontación envía un mensaje contundente: la resistencia conserva capacidad, organización y voluntad de seguir golpeando donde más duele al invasor.

Este hecho deja claro que el ejército israelí no es invulnerable. Sus soldados, acostumbrados a ejercer violencia y destrucción contra civiles indefensos en Gaza, pueden encontrarse de pronto expuestos y vulnerables ante un pueblo decidido a defender su tierra. Que tres soldados resultaran heridos de gravedad basta para alterar cálculos internos y provocar en la prensa israelí un debate abierto sobre la peligrosidad de esta nueva etapa.
La discusión que surge en Israel sobre la necesidad de un alto al fuego permanente no responde a un súbito deseo de paz, sino a un reconocimiento práctico: prolongar la ofensiva empieza a generar costos inasumibles. La resistencia, incluso bajo bloqueo, hambre y ruinas, demuestra que cada día de agresión tendrá un precio.
Lo ocurrido confirma que la resistencia palestina no es un accidente ni un fenómeno pasajero, sino la expresión legítima de un pueblo que lucha por su dignidad y existencia. El mensaje es nítido: la ocupación no podrá continuar sin pagar un alto costo, y el sionismo que soñaba con imponer la sumisión absoluta se enfrenta hoy a la firmeza de quienes no se doblegan.
La lección de este episodio es clara: la verdadera fuerza no reside en la superioridad bélica, sino en la determinación de un pueblo que se niega a desaparecer. Israel puede seguir sembrando destrucción, pero la resistencia seguirá recordándole que su poder tiene límites, y que la justicia, más temprano que tarde, se impondrá.
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