“Por la patria o por la mafia” era la consigna que tenía Fernando Villavicencio, el candidato presidencial de la Alianza Gente Buena – Construye, abatido a tiros por sicarios del narcotráfico ecuatoriano el pasado miércoles 9 de agosto en el norte de la ciudad de Quito. Su homicidio se desarrolló de forma muy semejante a los entonces aspirantes presidenciales de Colombia y México. En el primer país el candidato del Partido Liberal, Luis Carlos Galán, fue asesinado por sicarios del narcotráfico el 18 de agosto de 1989. El dirigente liberal se había propuesto combatir a los jefes del tráfico ilegal de drogas, denunciando el poder de Pablo Escobar, principal jefe del Cartel de Medellín. En el caso mexicano, de manera muy semejante al homicidio de Villavicencio, fue ultimado Luis Donaldo Colosio, en un atentado por un “solitario” ejecutor, que aconteció el 23 de marzo de 1994, en la ciudad fronteriza mexicana de Tijuana, Baja California. 

En el caso del candidato ecuatoriano que figuraba según diversas encuestas entre el tercer y quinto lugar, su magnicidio fue realizado a través de una operación de un comando de motociclistas que le dispararon cuando salía a la calle para abordar su automóvil, después de finalizar una reunión electoral dentro de su campaña. El aspirante presidencial tenía una larga actividad periodística y se había destacado por sus denuncias contra el poder del narcotráfico y contra las que consideraba las diversas mafias ecuatorianas enquistadas en la industria minera, del petróleo y en la política. De tal suerte que en su postura contestataria, denunciaba constantemente a los políticos de las derechas y de las izquierdas. Villavicencio en sus reuniones de campaña y entrevistas, afirmaba reiteradamente que “ganaba la mafia o ganaba la patria”. Era su divisa de combate electoral.

En el escenario ecuatoriano en medio de la crisis política y del crecimiento de la violencia criminal desatada en diversas ciudades, fue lo que llevó al presidente Guillermo Lasso el 17 de mayo de 2023 a decretar la llamada “muerte cruzada”. Esto es, convocar a elecciones anticipadas para la presidencia y la Asamblea Nacional. En ese contexto también como antecedente del asesinato de Villavicencio otro destacado político ecuatoriano, el alcalde de la ciudad costera de Manta, Agustín Intriago, también había sido asesinado el 23 de julio por sicarios del narcotráfico. Intriago fue un joven político de 38 años que apenas había sido reelecto para un segundo periodo el pasado 5 de febrero. Conviene recordar que Manta se ha convertido en uno de los principales espacios donde operan con mayor presencia los carteles mexicanos de la droga. Incluso el mismo candidato presidencial de Construye, había denunciado al Cártel de Sinaloa y sus nexos con sus pares ecuatorianos, como los “Choneros” y los “Queseros”. Principales organizaciones del narcotráfico y del crimen organizado ecuatoriano.

Otras críticas de Villavicencio se habían centrado en denunciar a jueces y a los llamados mafiosos de cuello blanco incrustados en la industria minera, petrolera y en los diversos rubros de la corrupción. En sus críticas, planes y promesas de campaña electoral, manifestaba que iba a generar un mapa ecuatoriano de los nuevos ricos. Con todas esas promesas sus enemigos ya lo tenían bien ubicado como una peligrosa amenaza a sus intereses y les convenía evidentemente que no llegará vivo a las votaciones del próximo domingo 20 de agosto.

Incluso con sus denuncias cuestionaba por igual a sus adversarios durante el gobierno del presidente Rafael Correa, el de Lenin Moreno y el del presidente Guillermo Lasso. A todos los encuadraba como parte de las mafias ecuatorianas. También incluía en sus denuncias a los ex jefes de la seguridad, aspirantes al legislativo de la nación andina. En sus acérrimas críticas incluía los nexos de los grupos de poder de Colombia y Ecuador. Situación que sin duda generaba diversos enemigos dispuestos algunos de ellos a eliminarlo en medio de la contienda electoral. Magnicidio que fue pensado perversamente para generar una mayor inestabilidad en el escenario político ecuatoriano. Momento en el que Luisa González, candidata del correísmo (Revolución Ciudadana), va liderando las encuestas que la llevaran muy seguramente a la victoria electoral el próximo 20 de agosto, si es que no acontece otro impredecible acontecimiento.