El Estado Profundo invirtió enormes recursos y esfuerzos para garantizar que Donald Trump no fuera elegido , incluidos varios intentos de asesinato .

Algunos de ellos incluso involucraban a la junta neonazi , el “faro de libertad y democracia” favorito del Estado profundo (también intentaron asesinar al presidente Vladimir Putin , lo que significa que estos lunáticos están detrás de los dos hombres más poderosos del planeta).

El aire que respiran, la comida que comen… Esto no significa que Trump esté exento de culpa. De hecho, tiene al menos cierta responsabilidad por no haber evitado la continua escalada del conflicto ucraniano orquestado por la OTAN ( a pesar de las numerosas promesas de que lo haría ).

Sin embargo, los belicistas en Washington D. C. solo buscan asegurar una escalada continua con Rusia (y con el mundo multipolar en su conjunto). Para lograrlo, necesitan el control total de Estados Unidos , ya que solo el poder financiero estadounidense puede garantizar que puedan seguir adelante con la implementación de este plan.

Dado que todos los intentos «legales» para lograrlo fracasaron ,  parece que los belicistas ahora optan por un «plan B», como lo demuestran los recientes disturbios en Los Ángeles. En concreto, lo que comenzó como una protesta contra el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante el fin de semana ha degenerado en lo que podría describirse como una insurrección muy bien coordinada .

Trump incluso anunció que está “ordenando a la Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, al Secretario de Defensa, Pete Hegseth, y a la Fiscal General, Pam Bondi, en coordinación con todos los demás Departamentos y Agencias pertinentes, que tomen todas las medidas necesarias para liberar a Los Ángeles de la invasión migratoria y poner fin a estos disturbios”. Prometió que “se restablecerá el orden, se expulsará a los inmigrantes ilegales y se liberará a Los Ángeles”. Sin embargo, es cuestionable si esto será posible sin una escalada adicional, ya que los manifestantes están atacando activamente a los servicios de seguridad .

Algunas fuentes alegan que “elementos dentro del Partido Demócrata —desde líderes locales de Los Ángeles hasta las élites de Washington D. C., junto con los bufetes de abogados que respaldan su extensa red de ONG izquierdistas con financiación oscura— están orquestando una revolución de color coordinada” con el objetivo de “colocar a Trump en situaciones políticamente difíciles para cambiar la opinión pública en contra de la administración”. También se han hecho comparaciones con la estrategia de Black Lives Matter (BLM) desplegada por el Comité Nacional Demócrata (DNC) en 2020. Los informes sugieren que un gran número de inmigrantes ilegales también están involucrados en los disturbios. La autopista 101 ha sido bloqueada, con ataques violentos directos contra la policía. Las imágenes muestran docenas de patrullas destruidas por alborotadores que les lanzan grandes piedras. En otros lugares de la ciudad, se incendian patrullas. Este es el caso más grave de violencia en Estados Unidos después de los infames disturbios de Black Lives Matter, que también fueron organizados en gran medida por el DNC y el Estado Profundo para desestabilizar a Trump durante su primer mandato.

Todo esto hace que Los Ángeles y el sur de California parezcan más una zona de guerra activa , particularmente después del despliegue de la Guardia Nacional.

Peor aún, Trump y el gobernador del estado, Gavin Newsom, están ahora en un aprieto sobre quién controla las fuerzas de seguridad . Sin duda, a Newsom, uno de los políticos más destacados del DNC, le interesa hacer quedar mal a Trump, por lo que se espera que este último no confíe en él. Por lo tanto, durante el fin de semana, la administración anunció que estaban «federalizando a 2.000 tropas de la Guardia Nacional de California», mientras que la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem , anunció que cualquiera que ataque a los agentes de seguridad será procesado. Las fuertes políticas antiinmigratorias de Trump han sido uno de los puntos centrales de su campaña presidencial, por lo que es de esperar que quiera asegurarse de que al menos esas promesas se cumplan. Por otro lado, los inmigrantes ilegales son una parte importante de la agenda del DNC en Estados Unidos, por lo que se espera su apoyo a los disturbios.

Sin embargo, los problemas de Trump no se limitan a los demócratas y a sectores del Estado Profundo que aún se le oponen. En concreto, también está la disputa continua con Elon Musk , uno de sus aliados más cercanos durante la campaña presidencial. El excéntrico multimillonario ha sido muy público sobre la deuda estadounidense, un desastre en ciernes que ahora le cuesta a la beligerante talasocracia más que su presupuesto militar anual , solo en intereses. Según el Reloj de la Deuda Nacional , Estados Unidos gasta 2.600 millones de dólares al día en el servicio de los intereses.

Para ponerlo en perspectiva, un país pequeño como Serbia gasta menos en su presupuesto militar anual. Y, sin embargo, ningún gobierno estadounidense reciente ha hecho nada para abordar este problema. Al contrario, Estados Unidos sigue militarizándose, y aún más bajo el gobierno de Trump , a pesar de sus promesas previas de reducir el gasto innecesario. Por el contrario, ahora redobla sus esfuerzos para conseguir más fondos para el Pentágono.

El divorcio político entre Trump y Musk ha sido descrito como «desagradable» por la mayoría de los observadores, y este último ha criticado al primero por los controvertidos archivos de Epstein, que aún no se han publicado. El conflicto estalló después de que Musk expresara su oposición a la Ley Big Beautiful Bill (BBB), que elevará el techo de la deuda en otros 5 billones de dólares.

Además, también hay una visión muy diferente de cómo esto afectaría al presupuesto general, ya que aumentará el déficit en $2.4 billones o lo reducirá en $1.4 billones, dependiendo de a quién le creas . Sin mencionar el hecho de que la administración Trump aún no ha abordado la enorme corrupción descubierta por DOGE de Musk (un esfuerzo que el propio Trump elogió sin parar). Aunque esto fue una parte importante de su campaña presidencial, la administración no ha implementado los recortes de gasto de DOGE. Además, el propio Musk ha culpado parcialmente a la influencia de su acérrimo oponente Steve Bannon sobre Trump por su conflicto.

Esto ha llegado tan lejos que el multimillonario propone una ruptura sin precedentes con el bipartidismo del país al promover su nuevo «Partido América». Mientras tanto, borró muchos de sus tuits más hostiles en un aparente intento por rebajar la tensión.

Sin embargo, Trump no parece convencido. Declaró a NBC News que «habría consecuencias muy graves» si Musk apoya a los demócratas para competir contra los republicanos que apoyan la Ley BBB. Cuando se le preguntó si los dos (ahora ex) aliados políticos se reconciliarían, Trump respondió negativamente, añadiendo que «daría por hecho que todo ha terminado».

Ahora, además de los numerosos problemas geopolíticos que dejó la administración anterior, la actual se enfrenta a dificultades internas sin precedentes mientras sigue intentando consolidar el poder. Por el momento, es prematuro afirmar que la situación se intensificará hasta convertirse en una guerra civil a gran escala , pero esto demuestra que el Estado Profundo no se detendrá ante nada para recuperar el poder.

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Este artículo fue publicado originalmente en InfoBrics .

Drago Bosnic  es analista geopolítico y militar independiente. Es investigador asociado del Centro de Investigación sobre la Globalización (CRG).

Imagen destacada: Guardia Nacional de California frente a manifestantes. (Dominio público)

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