Por Jawdat Manna, para Diálogos del Sur Global, desde Jerusalén

Las divergencias internas del Estado ocupante en los niveles de seguridad y político reducen la credibilidad de las declaraciones de los líderes militares sobre la inminencia de un ataque amplio contra el Líbano.

Parece que estas declaraciones, provenientes de Netanyahu, su jefe de estado mayor y otros oficiales militares, tienen como objetivo tranquilizar a los colonos en las áreas del norte, cercanas a la frontera libanesa, después de los llamados a retaliar los ataques de Hezbollah a posiciones militares y asentamientos durante un continuo intercambio de disparos entre las partes.

Lo que justifica la incapacidad del Estado ocupante para lanzar una amplia ofensiva contra el Líbano son las contradicciones y acusaciones mutuas entre los miembros del gabinete de guerra, formado después de la operación «Tormenta de Al-Aqsa» el pasado 7 de octubre. Las justificaciones pueden resumirse en diez puntos:

1. El caos momentáneo debido a la presión sobre el jefe de estado mayor, Halevy, para dejar su cargo, ya que los oficiales del Estado ocupante tienen derecho a exigir responsabilidades después del fracaso abrumador de la fuerza de disuasión y el fracaso de los logros militares tácticos en alcanzar dimensiones estratégicas durante la guerra continua en la Franja de Gaza y en Cisjordania.
2. Estas declaraciones coinciden con la expectativa de renuncia de Benny Gantz, miembro del gabinete de guerra, prevista para hoy, sábado, después de una serie de desacuerdos sobre el curso de la guerra y su uso para servir a los intereses personales de Netanyahu y su respuesta a dos ministros terroristas del Estado ocupante, Ben Gvir y Smotrich, que están en la lista de terrorismo internacional por entidades globales.
3. Las previsiones en torno a la posible emisión de una orden de arresto por parte de la Corte Penal Internacional contra el Primer Ministro del Estado ocupante, Benjamin Netanyahu, lo que desestabiliza a los formuladores de políticas militares, a pesar de que la mayoría de ellos afirma no importarles.
4. La inclusión del Estado ocupante en la lista negra de la ONU el viernes pasado, acusado de violar los derechos de los niños palestinos, matándolos, deteniéndolos y torturándolos, según informaron las organizaciones de las Naciones Unidas y de derechos humanos internacionales.
5. El intento de la administración Biden de apagar el incendio iniciado por Netanyahu en la Franja de Gaza, lo que resulta en acusaciones legítimas de cometer crímenes de guerra en Gaza y en Cisjordania, antes de las elecciones en Estados Unidos, y para superar la débil confianza entre el candidato del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos y los opositores a la guerra de exterminio en la Franja de Gaza.
6. El fracaso diplomático del Estado ocupante en dos aspectos: la normalización con países árabes y la incapacidad de impedir el reconocimiento internacional del Estado de Palestina, a pesar de los intentos fallidos del Estado ocupante de evitar que los países europeos lo reconocieran el mes pasado.
7. Anuncios en los medios de comunicación que convocan a mercenarios extranjeros a unirse al ejército de ocupación para cubrir el vacío en las capacidades del ejército, debido a la notable escasez de reclutas en las unidades militares involucradas en una guerra de resultados desastrosos en la Franja de Gaza.
8. No es posible expandir la guerra al Líbano mientras Biden anuncia un plan del Estado ocupante para detener la guerra en la Franja de Gaza, aunque aún no ha sido aprobado por ambas partes involucradas en el combate en Gaza.
9. Los temores legítimos de las capacidades militares de Hezbollah, que se han mostrado eficaces en la destrucción de objetivos militares y estratégicos en el norte de Palestina ocupada, afectando el curso de la guerra y la destrucción prevista de lugares estratégicos si el Estado ocupante lanza una ofensiva amplia en el Líbano, según advirtieron los Estados Unidos, para evitar eventos catastróficos en Cisjordania, incluida Jerusalén ocupada.
10. Los ejercicios aéreos rusos-sirios en áreas del desierto oriental no están desconectados de la tensión en el Medio Oriente debido a la continua guerra de exterminio en la Franja de Gaza, pareciendo una amenaza rusa de intervención si la guerra se expande en la región.

Entre las amenazas del Estado ocupante de lanzar una guerra total contra el Líbano y la falta de cohesión entre los tomadores de decisiones políticas y de seguridad en el gabinete de guerra, el frente norte seguirá siendo el factor decisivo en los resultados de la guerra en la Franja de Gaza.

Jawdat Manna, es periodista y director ejecutivo de Casa da Memória – Red de Museos de Jerusalén, reconocida como la institución más activa del mundo árabe que trabaja por Jerusalén por los Foros Intelectuales de Jerusalén.

Edición: Alexandre Rocha

Revista Diálogos do Sul Global

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