Fuente: https://www.grupotortuga.com/Defensa-se-lo-lleva-crudo-Mas Juan Carlos Rois Viernes.7 de abril de 2023
En otras ocasiones nos hemos referido a ISDEFE, de su peculiar origen y evolución, de los personajes que lo pueblan y los negocios poco santos que realizan.
Llama la atención el mecanismo de encomiendas de gestión y encargos con los que las distintas administraciones públicas ajenas a Defensa dopan esta empresa presidida por la Secretaria de Estado de Defensa y propiedad del Ministerio de Defensa.
Fijándonos solamente en los negocios fuera de su teórico cometido que le han encargado distintos ministerios «civiles» entre enero y febrero de 2023, cuenta con encomiendas de seis ministerios distintos, con un negocio de 8,94 millones de euros.
Recordemos que ISDEFE son las siglas de Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España y nació, con el apoyo del ínclito exalcalde de Barcelona y luego ministro de Defensa, del hermano de Juan Luis Cebrián y otros de su cuadrilla de cuando la época del pelotazo, con el propósito de controlar los grandes programas de compra de armas del ejército español (eso sí, encareciéndolos en más de un 30% por unas supuestas exigencias de retornos industriales de la tecnología de estos para aprovecharlos a nuestra industria y que en realidad nunca se han llevado a cabo).
Pues bien, díganme qué tiene que ver con esto el encargo firmado el 13 de febrero con el Ministerio de Cultura y Deportes para que ISDEFE dé asistencia técnica a la gestión económico-financiera del Museo Reina Sofía, o qué tiene que ver con el encargo de 1 de febrero realizado por el Ministerio de Industria y Comercio para que ISDEFE ofrezca apoyo técnico para la ejecución de un proyecto de modernización de emplazamientos del patrimonio arqueológico de Egipto.
En total hablamos de 17 encargos desde el 1 de enero al 28 de febrero de 2023 igualmente pintorescos con los ministerios de Transporte y Agencia Urbana (para AENA), Industria y Comercio (el susodicho, otro con el FROB, y dos con la Secretaría de Estado de Comercio relacionados con la actividad comercial de la empresa Centunion SA en Kenya y Lenguluka SL en sus relaciones de exportación con el Ministerio de Agricultura), Trabajo y Economía Social (para la modernización de sus comunicaciones y tecnologías de información porque los pobrecitos no saben hacer su trabajo habitual), Justicia (para la asistencia en gestión de proyectos, que como es de suponer tampoco saben hacer los funcionarios de justicia y sí los militares), o asuntos económicos y transformación digital para otras dos perogrulladas.
No es moco de pavo, pero en el año 2022, con la pandemia por medio, se calzaron algo más de 200 millones de euros en encomiendas de gestión, entre otros los 40 millones del Ministerio de Sanidad para apoyo a la estrategia de salud y los 11,7 millones del MInisterio de Transición Ecológica para evaluar los programas FEDER, como si el Estado no contara con organismos civiles para hacer este tipo de gestiones y tuviera que echar mano a una empresa militar para que les saque las castañas del fuego.
Para la gente con más curiosidad, puede consultarse y descargarse el cuadro de encomiendas de ISDEFE en los últimos años aquí:
¿No está pidiendo a gritos todo esto una auditoría de las encomiendas de gestión de ISDEFE por parte del Tribunal de Cuentas? Lo digo porque en 2015 ya hubo un informe crítico del Tribunal de Cuentas con el uso de este mecanismo cuyas recomendaciones parecen chocar con el abusivo empleo de este subterfugio para dopar a ISDEFE y al ministerio de Defensa.
Fíjense qué cosas: nosotros pidiendo reducir presupuesto militar y trasvasarlo a necesidades sociales y en la realidad cruda y dura de nuestros políticos ocurre todo lo contrario: los ministerios civiles trasvasan dinero para dopar al militarismo.
Para más abundamiento, me consta que en diversas administraciones con las que ISDEFE se relaciona, el malestar es generalizado porque los funcionarios hacen el trabajo, ISDEFE incorpora unos dibujitos y dos o tres pajolerías, se aprovechan del esfuerzo y el mérito de los funcionarios de esas administraciones y se calzan el pastuzal del contrato.
Quejas que en otras ocasiones se producen porque los ministros sabios que tenemos, en ese gran empeño que tienen en que nadie se quede atrás, lo que hacen es duplicar proyectos que ya realizan, para encomendar el mismo trabajo que no necesitan, porque ya lo tienen, a ISDEFE y así poderle dar su óbolo al militarismo patrio, que el pobre está exhausto de los disgustos que le damos y el ridículo presupuesto del que disponen.
Puede que sea una percepción de los funcionarios, pero ya es coincidencia que la crítica se reproduzca en varios de los ministerios afectados por el isdefestazo.
En fin, que en este país, meter un militar hasta en la sopa sigue siendo la preferencia de nuestra casta política, siempre interesada en llevar esto como si se tratara de un cuartel de soldaditos obedientes y acríticos mientras cuatro listillos se lo llevan crudo.
Con la opacidad militar siempre es un suma y sigue.