¿De cómo y cuando deberíamos empezar?

El Sudamericano

Capitalismo de necrópolis, capitalismo necropolítico, necropolitano…

Quizás debiéramos preguntar y volver a pensar. Preguntar de nuevo para volver a contar la historia, porque los muertos solo cuentan cuando los vivos los cuentan en presente. Desde el comienzo.

«En el siglo XVI se gastaba tanto, en Potosí, en ropa europea para los opresores como en coca para los oprimidos. Cuatrocientos mercaderes españoles vivían, en el Cuzco, del tráfico de coca; en las minas de plata de Potosí entraban anualmente cien mil cestos, con un millón de kilos de hojas de coca. La Iglesia extraía impuestos a la droga. El inca Garcilaso de la Vega nos dice, en sus “comentarios reales”, que la mayor parte de la renta del obispo y de los canónigos y demás ministros de la iglesia del Cuzco provenía de los diezmos sobre la coca…»1

Capitalismo cocainómano… A los eco-economístas milenaristas les molesta tanto la historia como a Adan Smith, a Trump y al otro perverso senil, por eso la parafrasean sin cortejo ni cuidado; la desmienten, la niegan y disimulan con rituales escolásticos del siglo XVIII.

«Pero el hombre no es un ser abstracto, agazapado fuera del mundo. El hombre es su propio mundo, Estado y Sociedad…»2

Emisarios ilusionistas, rubios y rechonchos piratas gentiles, mercenarios humanitarios… No es nuevo, las palabras encubren lo que el orden criminal del mundo se niega a aceptar.

«Lo mismo que en la religión la propia actividad de la fantasía, cerebro y corazón humano actúan sobre el individuo independientemente de él, o sea, como una actividad extraña –divina o diabólica–, tampoco la actividad del trabajador es la suya. Pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo […] Lo bestial se convierte en lo humano, y lo humano en lo bestial»3

Ocho millones de vidas humanas perdidas para siempre en las entrañas de Sumaq Urqu, el cerro rico de Potosí. Entonces resulta que No. La explotación humana ni empezó ni terminará en los mares de la Nueva Atlántida. Al capital no le basta el mundo.

¿Desposesión?… ¡que urgente y elegante tema de debate para una procesión de rumiantes!

¿Cuando fue que sucedió que la privación absoluta de la voluntad de un individuo explotado hasta la muerte, enfermado de privaciones, arrinconado en una esquina del universo… todo eso resulta ajeno?

¿Desde cuando el capital y su política necesitan explicarse tan morbosamente? (o la palabra es mórbidamente) en los oscuros riñones del mundo?

Eufemísmos, oráculos y conflictos mitológicos… militarismo y propaganda de guerra, tres mil años de historia.

«Un pueblo solo pondrá por obra la teoría, en cuanto ésta represente la realización de sus necesidades […] ¿Se convertirán directamente en necesidades prácticas las necesidades en teoría? No basta con que el pensamiento apremie su realización; la realidad misma tiene que requerir el pensamiento.»

No, la Revolución nunca será Hidra, monstruo fétido imposiblemente humano, sino muchacha risueña, libre y valiente. Inmortal. Invencible Palas Atenea.

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NOTAS:

1. E. Galeano, Las Venas Abiertas de América Latina
2. K. Marx, Contribución a la Crítica de la filosofía del Derecho de Hegel
3. K. Marx, Manuscritos de 1844, Ier Manuscrito, “El trabajo Enajenado”, apart., XXIII

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