¿Cuenta ya Netanyahu con el apoyo de Trump para anexionar Cisjordania?

German Gorraiz

13 de noviembre de 2024 Hora: 06:12

Foto: EFE/Archivo


El despido por Netanyahu del ministro de Defensa, Yoav Gallant, forzado por los partidos ultraortodoxos de la coalición del Gobierno de Netanyahu tras ordenar Gallant el reclutamiento de 10.000 hombres de esta comunidad religiosa en edad militar, habría creado una crisis soterrada en el seno del Ejército.

Colonos, ¿punta de lanza del Gran Israel?

Según el censo elaborado por el Ministerio de Interior israelí, cuando se suscribieron los Acuerdos de Oslo (1993), unos 250.000 colonos poblaban los territorios ocupados mientras que en la actualidad serían más de 700.000 colonos que extenderían sus tentáculos por Cisjordania (140 asentamientos entre los que descollarían Hebrón y en especial el valle del Jordán que domina la mitad fértil de río y sería una verdadera avanzadilla para controlar la frontera de Jordania), además de Jerusalén Este y los Altos del Golán, aunado con la prevista culminación del Muro de Cisjordania que incluiría aproximadamente el 10% del territorio de Cisjordania, incluida Jerusalén Este, donde unas 60.000 casas palestinas podrían ser demolidas al carecer de permisos oficiales.

Netanyahu ya reafirmó «el derecho del pueblo judío a construir en Jerusalén», (lo que se traduciría en la construcción de 1.000 nuevas viviendas en Jerusalén Este), pues según sus palabras «hasta los palestinos saben que esos lugares quedarán bajo la soberanía israelí bajo cualquier tipo de arreglo».

Desde que en 1967 el Partido Laborista impulsó los asentamientos, el Estado israelí se habría gastado la friolera cifra de 7.500 millones de euros y según denuncia Maayan Geva, de B´Tselem (Centro israelí de información sobre derechos humanos en los Territorios Ocupados), «dicha política ha consumido el presupuesto para educación, bienestar social e investigación no armamentística» y ha ayudado «a aumentar la pobreza, con casi un millón de personas por debajo del umbral mínimo, entre ellas, el 30% de la población infantil».

Así, tras la crisis económica del 2008, el crecimiento anual de su población sería de entre el 5 y el 10%, (dos veces más rápido que en el conjunto nacional), forzando a amplios sectores de la juventud laica y urbana israelí a la disyuntiva de engrosar la lista de colonos teledirigidos por los haredim o emigrar a Occidente para escapar de la distopía teocrática del futuro Estado de Israel.

Tras Gaza, ¿Cisjordania?

El despido por Netanyahu del ministro de Defensa, Yoav Gallant, aunado con el fracaso manifiesto de la ofensiva terrestre contra Hezbolá en el Líbano, la acuciante necesidad de incorporar otros 20.000 soldados debido a las incontables bajas sufridas contra Hezbolá y la negativa de los reservistas a incorporarse a filas, habría creado una crisis soterrada en el seno del Ejército que podría ser el caldo de cultivo ideal para la gestación de un golpe de mano contra Netanyahu.

Para evitarlo, Netanyahu ha elegido al hasta ahora ministro de Exteriores, Israel Katz, como sucesor de Gallant, quien ya el pasado agosto propuso «evacuar temporalmente Cisjordania con el fin de frustrar las infraestructuras terroristas adoptando todas las medidas necesarias, incluida el desplazamiento forzoso», de la población Palestina asentada en Cisjordania.

Tras ser elegido ministro de Defensa, Katz, se habría retomado dicho Plan azuzado por la ultraderecha israelí y el movimiento colono que intentan aprovechar la inercia en Gaza para avanzar en sus objetivos de ocupación de una Cisjordania que para ellos sería el «Área de Judea y Samaria» dentro del atavismo del Gran Israel.

En el 2023, Israel declaró más de 2.300 hectáreas en Cisjordania ocupada como «tierras estatales» y a finales de mayo, el Ejército israelí cedió importantes poderes legales en Cisjordania ocupada a funcionarios colonos dirigidos por Smotrich, cesión calificada por expertos legales como una anexión ‘de facto’.

La operación «Evacuación de Cisjordania» habría comenzado tras el cruento ataque de Hamas del 7 de octubre y cerca de 700 palestinos habrían ya fallecido debido a operaciones del Ejército de Israel y a los ataques de colonos israelíes en Cisjordania y en Jerusalén Este.

Dado que el 75% de los colonos son ultraortodoxos (más de 500.000), en los últimos años se habría desarrollado en los territorios ocupados de Palestina una peligrosa simbiosis entre los líderes políticos de los colonos y los rabinos que han predicado durante décadas su oposición a cualquier compromiso territorial con los palestinos y han tratado de dar una justificación religiosa a la ilegal ocupación israelí de los territorios palestinos.

Así, rabinos extremistas israelíes entrenarían a los colonos en escuelas ubicadas en los asentamientos construidos ilegalmente en Cisjordania y la ciudad de Al-Quds (Jerusalén) para que cometan actos terroristas contra los palestinos de la ocupada Cisjordania, según ha informado los servicios de seguridad general de Inteligencia judío (Shabak) en un informe publicado en la página Web “Israelí Central Issues”.

La existencia de dicho Plan de anexión de Cisjordania vendría corroborada por el ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, en una reciente reunión de su partido ultranacionalista, Sionismo Religioso, tras afirmar «que tanto Gaza como Cisjordania les serán arrebatados para siempre a los palestinos», al tiempo que indicó que «el 2025 es el año de la soberanía en Judea y Samaria”, no siendo descartable una nueva nakba hacia Jordania que significaría de facto la desaparición del Estado Palestino.

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