Elizabeth Naranjo 14 de julio de 2025
Dentro de la ONU, el Grupo da voz a los países en desarrollo y representa un contrapeso político sobre temas de desarme
Israel y Estados Unidos, tal como si fuera un juego de niños, arremetieron, recientemente, contra Irán y sus reservas nucleares, con la justificación de que el país persa podría fabricar armas atómicas, incluso cuando este ha declarado, reiteradamente y en todos los espacios, que su arsenal nuclear lo utiliza con fines pacíficos; por ejemplo, en la tecnología y en la ciencia.
La memoria histórica parece no funcionar o está siendo ignorada como consejera. Los fantasmas de Hiroshima y Nagasaki, y sus devastadoras consecuencias han sido olvidadas.
Ante las tensiones geopolíticas crecientes y la persistente amenaza de este tipo de conflictos, Cuba asumió recientemente un rol crucial, como Coordinador del Grupo 21 (G-21) en la Conferencia de Desarme de la ONU, en Ginebra.
Al respecto, el director general de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Juan Antonio Quintanilla Román, conversó con Granma.
–¿Qué significa, concretamente, que Cuba haya asumido la coordinación del G-21?
–La coordinación del g-21 es un puesto de carácter rotativo, el cual se asume según el orden alfabético del nombre de los países que lo conforman, al igual que la Presidencia de la Conferencia de Desarme.
«No obstante, el hecho de que Cuba ocupe esa responsabilidad siempre trae aparejadas grandes expectativas por parte de los miembros de la agrupación, quienes reconocen el histórico y activo papel de nuestro país en la esfera del desarme y la no proliferación».
Agregó que el g-21 constituye el más numeroso de los cuatro grupos de concertación en que se divide la Conferencia de Desarme, integrado por 33 países en desarrollo; o sea, más de la mitad del total de 65 Estados miembros que tiene actualmente ese órgano.
Explicó que, en la coyuntura actual, en la que la credibilidad de la maquinaria de desarme de las Naciones Unidas y los instrumentos que la sustentan se ven desafiados por constantes violaciones del Derecho Internacional, desempeñar este puesto reviste una especial responsabilidad.
«Nuestro país ha sido enfático, en que el mandato que le fuera conferido a la Conferencia de Desarme en la primera Sesión Especial de Desarme de la Asamblea General de las Naciones Unidas, realizada en 1978, para negociar instrumentos jurídicos en esa materia, debe ser cumplido a cabalidad. Esa es una deuda persistente de este Foro.
«Desafortunadamente la Conferencia ha vivido un estancamiento crónico que ha impedido avanzar hacia la negociación de instrumentos en esta esfera desde 1996; y ha llegado, incluso, a no alcanzar consenso en torno a una agenda que guíe los debates de este órgano en más de uno de sus periodos de sesiones.
«Esto es sintomático de la falta de voluntad política de un grupo de países; lo cual se ve reflejado también en otros muchos órganos», explicó Quintanilla Román.
–¿A qué se enfrenta el Grupo, y en especial Cuba, en su condición, en el contexto del conflicto entre Israel e Irán, y la posibilidad de que se internacionalice esa guerra?
–El multilateralismo, las Naciones Unidas y la Conferencia de Desarme confrontan hoy un escenario especialmente complejo, en el cual la existencia misma de la especie humana está en riesgo, a tenor de apetencias geopolíticas, la creciente beligerancia y la irracionalidad de la OTAN y de sus aliados.
«El hegemonismo se encuentra en una batalla constante por aplastar al humanismo, y en esa pugna son los países en desarrollo, los no poseedores de armas nucleares, los que cuentan con los equipamientos y gastos militares más reducidos, los que se encuentran en mayor riesgo.
«En el g-21 están muchos de esos países. Durante años este Grupo ha llamado, de manera reiterada, a evitar la proliferación nuclear, a respetar el derecho de los Estados a desarrollar y acceder a tecnologías nucleares con fines pacíficos.
«Cuba ha abogado por la negociación y la adopción en la Conferencia, con carácter prioritario, de un tratado sobre la prohibición de la carrera armamentista en el espacio ultraterrestre; otro sobre la prohibición de la producción de material fisible para armas y otros dispositivos nucleares, y un tercer instrumento que permita dar garantías de seguridad efectivas a los Estados no poseedores de armas nucleares, en el sentido de que nunca serán usadas contra ellos.
«Estas normas, de aprobarse, colocarían a los países en desarrollo, y al mundo, en una mejor posición, reforzarían el régimen jurídico en esta materia y serían la base para legar un planeta más seguro a las futuras generaciones».
El Director General de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional del Minrex agregó que los injustificados ataques de Israel contra Irán, y la posterior entrada de Estados Unidos en el conflicto, evidencian el doble rasero y la impunidad imperante en las relaciones internacionales en la actualidad.
«Al atacar instalaciones nucleares que están bajo el régimen de salvaguardias del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), EE. UU. e Israel violaron también el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP); lo cual tiene implicaciones incalculables, particularmente en el caso de Estados Unidos, dada su condición de país Depositario de ese instrumento.
«Una tercera guerra mundial tendría consecuencias inimaginables para la humanidad. En la coyuntura actual, y con los arsenales nucleares existentes, desaparecería en apenas segundos, al decir de algunos expertos. Los peligros de una conflagración nuclear, como se ha comprobado, están latentes, y la disuasión nuclear constituye la columna vertebral de las doctrinas de seguridad de varios países mayormente nucleados en la OTAN», explicó el funcionario.
–¿Es la primera vez que la Isla está a cargo de la conducción del G-21?
Desde 1984, en al menos siete oportunidades Cuba ha ostentado la coordinación del G-21. En 2022, nuestro país presidió la Conferencia de Desarme, «labor que tuve el honor de realizar, en mi condición, entonces, de Representante Permanente de Cuba en Ginebra», destacó.
Ese periodo «fue ampliamente reconocido no solo por los países afines, sino también por los demás grupos de concertación, por cuanto se logró avanzar y construir lenguajes de consenso», expresó Quintanilla Román.
-¿Cómo se diferencia el G-21 de otros de concertación similares a nivel internacional?
–El g-21 está esencialmente compuesto por los miembros del Movimiento de Países No Alineados que participan en la Conferencia de Desarme. Al ser la Conferencia de Desarme el único foro multilateral de la comunidad internacional con mandato para negociar acuerdos legalmente vinculantes sobre desarme y control de armamentos, el papel que desempeña el Grupo es cardinal, por cuanto representa las voces de los países en desarrollo y el contrapeso político en un foro en el cual las grandes potencias pretenden imponer sus agendas.
«No obstante, son notables los logros y la articulación de sus miembros en aras de defender y preservar los intereses del Sur, en temáticas tan diversas como la prevención de la carrera armamentista en el espacio ultraterrestre, el peligro intrínseco de los nuevos tipos de armas de destrucción en masa, y la necesidad de prevenir una guerra nuclear.
«En este contexto, para la Conferencia de Desarme y particularmente para los países del g-21, no se trata solo de librar batallas discursivas, sino de ir a las esencias en temas concretos en materia de desarme, construir consensos, y alertar tempranamente sobre las consecuencias del irracional incremento de los gastos militares a nivel mundial, y la creciente modernización de los arsenales nucleares», subrayó.
Fuente: Foto: Caricatura de Moro. Granma