Fuente: https://www.globalresearch.ca/former-ambassador-assange-advocate-craig-murray-detained-under-uk-terror-laws/5836796                                                                                 Kit Klarenberg   Investigación global, 18 de octubre de 2023       La zona gris 17 de octubre de 2023

La detención del ex diplomático es sólo el último ejemplo de cómo se utilizan las leyes británicas contra el terrorismo para acosar e intimidar a los disidentes, mientras se entrometen descaradamente en sus asuntos privados.

En la mañana del 16 de octubre, la policía antiterrorista del aeropuerto de Glasgow detuvo al periodista, denunciante, activista de derechos humanos y ex diplomático británico Craig Murray a su regreso de Islandia. Después de interrogarlo intensamente sobre sus creencias políticas, los agentes confiscaron el teléfono y la computadora portátil de Murray. 

Murray, un orgulloso nacionalista escocés, voló de regreso a Glasgow después de varios días en Reykjavik, donde asistió a un evento popular de solidaridad con Palestina, y también se reunió con representantes de alto rango de la Campaña Assange, que crea conciencia sobre la difícil situación del fundador de WikiLeaks, Julian Assange . . Una vez que sus documentos de viaje fueron procesados ​​en el control de pasaportes, el oficial le informó que sería detenido para ser interrogado. Luego lo llevaron a una pequeña trastienda para que tres agentes antiterroristas británicos anónimos lo interrogaran.

Murray dijo a The Grayzone que la policía británica le advirtió que estaría cometiendo un delito penal y que sería procesado si se negaba a responder preguntas, respondía con mentiras, ocultaba información deliberadamente o se negaba a proporcionar contraseñas para sus dispositivos electrónicos. Después de que su teléfono y su computadora portátil fueron confiscados para su análisis, comenzó el interrogatorio.

«Primero, me interrogaron sobre la reunión privada de la campaña de Assange», dijo Murray a The Grayzone. “Se podría pensar que preguntarían quién estaba allí, pero no lo hicieron”, dijo, y agregó, “supongo que de alguna manera ya lo sabían”.

En cambio, “todas las preguntas eran financieras”, dice Murray. Según el ex embajador británico, los oficiales querían saber “si recibo dinero por mis contribuciones a la Campaña, si WikiLeaks me paga, no extraditen a Assange, ni siquiera a la familia de Julian”.

«La respuesta cada vez fue ‘no'», dice Murray, y explica: «Mis fuentes de ingresos y de dónde viene mi dinero eran de particular interés para los oficiales».

El popular blog personal del ex diplomático también fue de interés para los oficiales, quienes supuestamente exigieron que Murray les dijera si alguien más tenía acceso a él o podía publicar contenido en la plataforma, y ​​si alguien además de él era el autor de alguna de sus publicaciones.

Curiosamente, Murray dijo que no le preguntaron sobre ningún artículo publicado en su sitio web. Igualmente desconcertantes, comentó, fueron las preguntas sobre el evento de solidaridad con Palestina al que asistió.

Al parecer, los oficiales querían saber por qué Murray había asistido en primer lugar: “una pregunta extraña para alguien que asiste a una protesta”, dijo a The Grayzone. Sin embargo, dejó claro que había ido porque era amigo de uno de los oradores, un ex ministro del Interior islandés.

Según se informa, la policía también exigió detalles sobre el contenido de los discursos de varios oradores en el evento, información que Murray dice que no pudo ofrecer porque no habla islandés. Cuando se le preguntó si planeaba asistir a algún evento similar a favor de Palestina en Gran Bretaña, respondió que “probablemente”.

«La pregunta más extraña fue: ‘¿Cómo puedo juzgar si debo compartir una plataforma con alguien o no?'», dice Murray, y agrega: «Lo hago en función de quién organiza el evento».

En este caso particular, continuó Murray,

“Era [el] Comité de Solidaridad con Palestina, así que estaba seguro de que estaba en buenas manos”. Aún así, al ex embajador le pareció una línea de interrogatorio extraña.

“Mi abogado nunca antes había oído que se hiciera una pregunta así durante los interrogatorios”, dijo Murray, y agregó que “especulan que la policía tiene una fotografía de vigilancia mía cerca de alguien a quien consideran un ‘terrorista’”.

«No tengo idea de quién podría ser», admitió el franco defensor de los derechos humanos. Pero, como rápidamente observó: “Si asistes a una manifestación en la que están presentes 200.000 personas, ¡no puedes saber quiénes son todos!”.

Desde entonces, Murray ha consultado con abogados, quienes le informaron que, según la Sección 7 de la Ley contra el Terrorismo de 2000 (la legislación draconiana bajo la cual fue sometido al interrogatorio intensivo), tendría derecho legal a consultar a un abogado si el interrogatorio durara más de un hora.

‘Un mazo para romper una nuez’

Una vez pasada la hora del interrogatorio, los agentes lo despidieron, pero no le devolvieron su teléfono ni su computadora portátil.

«Estoy acostumbrado a la idea de que espías británicos y estadounidenses tengan mis computadoras», dijo Murray.

En un viaje a Alemania a finales de 2022, dos portátiles de Murray fueron robados en lugares distintos. La segunda computadora portátil resultó ser un reemplazo de la primera comprado localmente. Cree que los robos fueron «probablemente» llevados a cabo por «servicios de seguridad», interpretación reforzada por el hecho de que el primer ordenador portátil estaba guardado en una bolsa que contenía una gran suma de dinero en efectivo, junto con medicamentos vitales para el corazón. Los culpables inexplicablemente ignoraron lo primero y se embolsaron lo segundo.

Cuando los policías antiterroristas lo interrogaron sobre el contenido de su computadora portátil, Murray dice que reveló abiertamente que el dispositivo contenía copias de correos electrónicos privados filtrados de Stewart McDonald , un Partido Nacional Escocés de línea dura y conectado con el Estado profundo.

Pero «no me preocupa ningún contenido allí», explicó, por lo que «no es un problema que lo tengan».

«Les dije a los oficiales que me compadecía de cualquier pobre bastardo que tuviera que leer los correos electrónicos de McDonald’s», bromeó.

«Curiosamente», señala Murray, «uno de ellos se ofreció a responder que el contenido de los dispositivos digitales incautados se filtra electrónicamente, en lugar de que un individuo revise todo el contenido».

«Presumiblemente, los algoritmos ejecutados por búsquedas de palabras clave hacen el trabajo preliminar, y todo lo que arroja se estudia y se comparte con diferentes agencias», especula.

Los abogados de Murray ahora están investigando la detención, con un ojo puesto en si sus interrogadores le dijeron la verdad antes de que comenzara el interrogatorio.

Este abril , la policía antiterrorista británica detuvo al editor y activista político francés Ernest Moret , quien había encabezado grandes protestas en París contra las reformas neoliberales del presidente Emmanuel Macron. Moret fue detenido bajo los mismos poderes que Murray y luego arrestado cuando se negó a entregar las contraseñas de sus dispositivos electrónicos. Finalmente estuvo bajo custodia británica durante casi 24 horas.

En julio , un informe condenatorio del organismo de control de la legislación antiterrorista de Gran Bretaña concluyó que los agentes que detuvieron a Moret habían hecho amenazas «exageradas y autoritarias» cuando afirmaron que nunca más podría viajar al extranjero si no revelaba información, como lo había hecho. figurar como terrorista en las bases de datos de inteligencia internacionales. El informe también encontró que la policía lo interrogó ilegítimamente sobre conversaciones legalmente privilegiadas que tuvo con su abogado durante el interrogatorio.

El Anexo 7 es “poderoso” y “por lo tanto, debe aplicarse con el debido cuidado”, dijo el crítico, antes de comparar finalmente el uso de la legislación por parte de la policía para interrogar a Moret con “usar un mazo para romper una nuez”:

«Esta fue una investigación sobre el orden público para la cual nunca se pretendió utilizar los poderes antiterroristas», señala el informe, y concluye que «los derechos de libre expresión y protesta son demasiado importantes en una democracia para permitir que se investigue a individuos por posible terrorismo». simplemente porque pueden haber estado involucrados en protestas que se han vuelto violentas”.

Pero cuando se trata de llevar a cabo detenciones políticas, la legislación en cuestión no es la única en el arsenal de los oficiales británicos.

En el informe no figuraba ninguna referencia al Anexo 3, Sección 4 de la Ley de Fronteras y Antiterrorismo de Gran Bretaña de 2019, que se utilizó para autorizar la detención de este periodista en el aeropuerto de Luton en Londres en mayo. La disposición otorga a las autoridades amplios poderes para profundizar en los asuntos personales y profesionales de los disidentes. Según Murray, los policías antiterroristas británicos parecen haberse acercado a él utilizando “el mismo manual de estrategias” que emplearon conmigo.

Según la Ley de Fronteras y Antiterrorismo de 2019, que ha sido duramente criticada por la ONU, se puede decir que un individuo está al servicio de potencias extranjeras “hostiles” sin siquiera saberlo o tener la intención de hacerlo, o sin que las potencias en cuestión sepan que lo está haciendo. Este precepto orwelliano fue reforzado por la nueva Ley de Seguridad Nacional de Londres , aprobada en julio de 2023.

Cualquiera que haya agitado el estado de seguridad nacional británico y planee viajar al Reino Unido debe tener cuidado con lo que guarda en sus dispositivos. Como se jactó uno de los interrogadores de Ernest Moret , Gran Bretaña es “el único país donde las autoridades pueden descargar y conservar información de dispositivos privados” para siempre.

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Kit Klarenberg es un periodista de investigación que explora el papel de los servicios de inteligencia en la configuración de la política y las percepciones.

La imagen destacada es de The Grayzone.