Fuente: https://frenteantiimperialista.org/covid-crisis-del-capitalismo-guerra-2-de-3-ramon-pedregal-casanova/
(Continuación de «Covid – Crisis del capitalismo – Guerra (1 de 3)«)
Hombres veo que de hombres / solo tienen, solo gastan / el parecer y el cigarro, / el pantalón y la barba. / En el corazón son liebres, gallinas en las entrañas, / galgos de rápido vientre, / que en épocas de paz ladran / y en épocas de cañones / desaparecen del mapa./ Estos hombres, estas liebres, / comisarios de la alarma, cuando escuchan a cien leguas / el estruendo de las balas, / con singular heroísmo / a la carrera se lanzan, / se les alborota el ano, / el pelo se les espanta. / Valientemente se esconden, / gallardamente se escapan / del campo de los peligros / estas fugitivas cacas, / que me duelen hace tiempo / en los cojones del alma. / …
Versos del poema Los cobardes. Autor, el gran poeta comunista, Miguel Hernández.
En la crisis capitalista de 2008 dejaron sin trabajo, según las cifras oficiales, a 3.129.000 trabajadores y trabajadoras. Las calles de los barrios populares tocaron fondo, las calles estaban muertas, miles de pequeños establecimientos tuvieron que bajar sus persianas o echar los cierres plegables. Hoy, 2022, el paro en España es el doble que la media de la eurozona, los problemas económicos de las familias las llevan a los desahucios, al frío, al hambre, a la falta de medicamentos. La perspectiva está cada día más oscura, detrás de la puerta de cada casa la atmósfera concentra la tensión. ¿Dónde se encuentra la salida? Las colas del hambre ya se han institucionalizado, el régimen ha empezado a repartir limosnas a las familias para callar las bocas como hacía en alguna parte del Estado español.
Al mismo tiempo, sus medios de difusión echan la culpa a Rusia, busca que la gente no se fije en el propósito del “gran reseteo” o “gran reinicio” del capitalismo: hacer callar, dividir, explotar más a la clase trabajadora, pagarla menos, y robar a otros países de igual manera para continuar teniendo el mundo en su mano. Sus colaboradores, los gobernantes, parlamentarios, leguleyos, trabajan permanentemente para que el pueblo continúe en silencio, hacer creer que el mundo que nos obligan a llevar a cuestas, el del avaricioso capitalista, es la forma natural. ¿Qué va a pasar?
La previsión económica para el 2023 es la peor, el gran capital metido en guerra para apoderarse de los bienes naturales de otros va a arruinar a millones y millones de familias, los estudios económicos provenientes de los mismísimos órganos oficiales declaran que el paro llegará al 20%, y las colas del hambre se verán multiplicadas. El gran capital pone en marcha las primeras fases del plan de control militar sobre la población trabajadora: si al comienzo usaron como ariete la Covid para arrasar con el terror de una enfermedad incontrolada, después han establecido el control social y han llamado a la persecución de quien desobedezca las órdenes, no las leyes, aquí no emplearon ni leyes, difundieron órdenes de un equipo político – militar, y todo el arco parlamentario y la inmensa mayoría de las organizaciones políticas y sociales las aplicaron amenazantes y sin dudar. Se imponía un sistema de control social que eliminaba la más mínima duda, y perseguía, censuraba y castigaba la información de ámbitos científicos que ponían el contraste y preguntaban, como establece la búsqueda del conocimiento.
La respuesta civil al estrenado sistema de control fue mínima y tardía, y la poca respuesta que se dio quedaba bajo toneladas y toneladas de “noticias basura”, a pesar de que el efecto de la crisis económica dejaba un escenario de tragedia por el desempleo y sus efectos físicos, psíquicos, familiares, habitacionales, … situando, en las estadísticas de mortalidad, al suicidio como la causa de muerte más alta en el Estado español, y, sus “noticieros basura” trabajaban para confundir y distraer. Recuerdo lo que me dijo en su día un gran maestro: una sociedad que se siente y quiere ser responsable de su propio destino, busca el conocimiento. Una sociedad que se aburre busca entretenimiento. Los instrumentos de control social que sirven al poder del gran capital, al régimen, al gobierno, consiguieron entretener, perder el ánimo, consiguieron la división social por desconfianza, y la marginación y condena de quienes buscaban respuestas a la corrupción de la OMS, la corrupción del gobierno de la UE y, cómo no, la corrupción de EEUU: las ocultaciones de contratos de las multinacionales con los gobiernos, un ejemplo es el robo – enriquecimiento de la Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión europea, comprando miles de millones de inyectables a la farmacéutica Pfizer, en la que su marido tiene el mayor peso. Si la compra se repaertiese nos tocarían 18.000 inyecciones por habitante.
El conocimiento – descubrimiento al público de semejante estafa, llevó a la denuncia de parlamentarios europeos avergonzados, y se puso en marcha una investigación y, con las pruebas, pidieron la condena en los tribunales de los implicados en semejante robo. El resultado está por llegar, aunque las primeras declaraciones al respecto buscan la ocultación del caso bajo la burocracia que en casos como éste se pone en marcha. Aquí les dejo varias noticias sobre el asunto que les recomiendo las lean, reflexionen, las divulgan y las conserven:
http://geoestrategia.es/index.php/noticias/historico-de-noticias/39172-2022-11-03-18-29-52
https://odysee.com/@akashacomunidad:0/Mirar-a-los-ojos-231022:0
Todo ello apenas encontró una pequeña resistencia. Las organizaciones sociales y políticas que hacían discursos y hablaban contra la crisis capitalista, el imperialismo y el fascismo, sorprendentemente se arrugaron, asimilaron y repitieron la propaganda de las multinacionales farmacéuticas, se allanaron a las declaraciones de lo más reaccionario de la OMS, financiada y gobernada en su mayor parte por la larga mano de Bill Gates. Todo ese aparato acabó con los principios de información social, prevención médica con la información al paciente, defensa. Enterraron la lucha por una medicina antimonopolista, y censuraron toda duda razonable, todo contraste científico, toda aportación al necesario debate social. El punto de inflexión en la sociedad española se alcanzó cuando desde el gobierno se aclaró el 20 de abril de 2019 que desde ese día la dirección de todo lo relacionado con la pandemia pasaba de manos de la comisión de sanidad encargada, al mandato político – militar. El silencio y el miedo se impuso con la voz de Pedro Sánchez, y todo nivel gobernante se llevó los valores médicos y sociales en las comunidades, empezando por las familiares y laborales, los muertos, miles y miles, ahondaron más el ataque a quienes hacían preguntas. Numerosas personas empleadas en centros de investigación y en centros médicos perdieron su empleo, y los restantes se vieron sobrepasados, entre otras cosas, por los constantes recortes a los hospitales y a los presupuestos desde los gobiernos como el de Madrid. La prevención, la atención y la solidaridad fueron comprimidas para hacer de ellas unicamente el camino de negocio de las controladoras del mercado multinacional farmacéutico. Los valores de humanidad quedaron muy por debajo del miedo, del distanciamiento social, de la acusación oscurantista a los iguales, de la más dura sordera para el mínimo contraste que exige la ciencia y la información. Se condicionó la vida entera de las personas a la entrega, sin rechistar, a lo que le llamaban, llaman, vacunas, aunque los mismos responsables admiten (lean los artículos y escuchen el último vídeo) que los responsables de las multinacionales, los que hacían, hacen el negocio del siglo, no habían testado el efecto que podrían tener, o que tendrían, sus inyectables, poniéndolos a la población en general sin informar de ello al paciente ni considerar ninguna circunstancia médica, y por eso hacían firmar a los gobiernos que las multinacionales no se hacían responsables, ni civil ni penalmente de las consecuencias.
La Covid estremeció al mundo, pero tan solo en las sociedades con gobiernos populares y de medicina preventiva, como Cuba, Nicaragua, Venezuela, el tratamiento fue esencialmente de acercamiento social. En el caso de Cuba se surtió de una vacuna propia, desarrollada y producida en los laboratorios cubanos, y eso la salvó. Ningún gobierno de los que se dicen “civilizados” quiso ni siquiera ayudarle con mascarillas. Cuba, Nicaragua y Venezuela emprendieron una búsqueda permanente casa por casa de cualquier persona con síntomas de Covid para tratarla, y así mantienen los índices más bajos del mundo en todo tipo de afectados, aunque el daño económico también hoy se siente endurecido por los bloqueos del imperio.
(Continua en 3 de 3)