El fiscal de la Corte Penal Internacional dijo el lunes que está renovando una investigación en el Congo y centrándose en las acusaciones de crímenes cometidos en la provincia de Kivu del Norte, devastada por el conflicto, en el este de la nación centroafricana desde principios de 2022.

El este del Congo lleva mucho tiempo invadido por más de 120 grupos armados que buscan una parte del oro y otros recursos de la región, y algunos de ellos llevan a cabo matanzas en masa. El resultado es una de las mayores crisis humanitarias del mundo, con más de 7 millones de personas desplazadas, muchas de ellas fuera del alcance de la ayuda.

El grupo rebelde más activo ha sido el M23, que cobró importancia hace más de una década cuando sus combatientes tomaron Goma, la ciudad más grande del este del Congo, en la frontera con Ruanda. Su nombre deriva de un acuerdo de paz del 23 de marzo de 2009 que acusa al gobierno del Congo de no implementar.

En agosto, los enfrentamientos entre los rebeldes y las milicias pro gubernamentales mataron a 16 aldeanos en una violación del alto el fuego anunciado en agosto para ayudar a millones de desplazados.

La CPI abrió por primera vez una investigación en el Congo hace 20 años, tras años de conflicto armado. El año pasado, el gobierno congoleño le pidió que investigara los presuntos crímenes cometidos en Kivu del Norte por grupos armados que operan allí desde el 1 de enero de 2022.

En un comunicado, el fiscal Karim Khan afirmó que la reciente violencia en Kivu del Norte está “interconectada con patrones de violencia y hostilidades que han plagado la región” desde mediados de 2002. Como resultado, las acusaciones más recientes caen dentro de la investigación en curso.

Khan afirmó que su investigación en Kivu del Norte “no se limitará a partidos particulares o miembros de grupos específicos. Más bien, mi oficina examinará de manera integral, independiente e imparcial la responsabilidad de todos los actores” que presuntamente cometen delitos dentro de la jurisdicción del tribunal.

La CPI ya condenó a tres rebeldes por crímenes cometidos en la región oriental de Ituri, en el Congo, entre ellos un conocido señor de la guerra, Bosco Ntaganda, conocido como “Terminator”, que fue declarado culpable de delitos como asesinato, violación y esclavitud sexual. Sus condenas y su pena de 30 años fueron confirmadas por los jueces de apelación en 2021.

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