Fuente: https://contrainformacion.es/condenada-una-empresa-por-despedir-a-un-trabajador-al-enterarse-de-que-era-gitano/?utm_source=mailpoet&utm_medium=email&utm_campaign=boletin-contrainformacion_1 Javier F. Ferrero
Un recordatorio de que el antigitanismo aún persiste en nuestra sociedad moderna, supuestamente progresista
La Fundación Secretariado Gitano, que asesoró a Pedro, ha saludado el veredicto, argumentando que es un paso hacia la justicia. Selene de la Fuente García, representante de la fundación, enfatizó que este caso debe inspirar a más víctimas de discriminación racial o étnica a denunciar su situación. Aprovechó la oportunidad para promocionar un servicio de asistencia a las víctimas recién lanzado por el Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica (CEDRE), un organismo adscrito al Ministerio de Igualdad.
Un problema más profundo
Y así, en este caldo de cultivo de discriminación y prejuicios, es evidente que el problema es más profundo de lo que parece. No es suficiente celebrar una victoria en los tribunales; es esencial confrontar las actitudes que permiten la discriminación en primer lugar. En una sociedad supuestamente avanzada, es chocante que las personas sigan siendo juzgadas por su etnia en lugar de su competencia y habilidades laborales.
El caso de Pedro H.R. es un ejemplo doloroso de cómo los estereotipos raciales pueden arraigarse en la mente de las personas hasta tal punto que pueden tomar decisiones laborales basadas en prejuicios y no en méritos. El hecho de que este caso haya llegado a los tribunales resalta la prevalencia de tales actitudes en nuestra sociedad.