

El corto Color Carne, creado con herramientas de inteligencia artificial como Dzine y ChatGPT,es mucho más que una pieza animada. Es una declaración sobre la necesidad de las personas negras de controlar nuestra propia representación.
Cuando no lo hacemos, ya sabemos lo que ocurre. El blackface es quizás el ejemplo más brutal y evidente: una práctica que convirtió nuestra imagen en una caricatura, en una máscara grotesca, en una burla que aún hoy resuena en la cultura popular. Esa distorsión no surge de la nada, sino de una larga historia en la que nuestra representación fue decidida por otros, sin dignidad, sin verdad, sin respeto.
En cambio, Color Carne propone otra narrativa. Aquí la protagonista negra no aparece subordinada ni relegada. Su voz es la que articula la incomodidad, el malestar, la que denuncia con calma y firmeza. Y frente a ella no está la figura habitual de la “salvadora blanca”, tan presente en la vieja ficción racializada. Está simplemente una amiga, que escucha, acompaña, comparte la experiencia.
La amistad entre las dos jóvenes que protagonizan el corto se presenta como un vínculo igualitario. No hay rivalidad ni jerarquías. Y esa es precisamente la apuesta política: mostrar en la ficción lo que muchas veces se nos niega en la realidad. Porque, como hemos repetido en el pensamiento afrofuturista, la representación no es un lujo estético, es un ejercicio de poder. Imaginar mundos distintos, dignos, posibles, es también una forma de transformarlos.
La ficción, en este sentido, se convierte en una herramienta profundamente útil para comprender la realidad. Si aprendemos a ver a personas negras en relatos donde hay respeto, igualdad y humanidad, también será más fácil reconocer esa dignidad en la vida cotidiana.
Hasta hace muy poco, producir un corto de estas características hubiera requerido grandes presupuestos y acceso a recursos técnicos imposibles. Hoy, la inteligencia artificial abre una puerta: nos permite experimentar, crear y visibilizar desde nosotras mismas, con nuestras voces y nuestras imágenes, lo que queremos contar.
Color Carne es un ejemplo de ese camino: la dignidad en el centro, la amistad sin jerarquías, y la certeza de que controlar nuestra representación es el verdadero afrofuturista. Si quieres apoyar económicamente para que iniciativas como esta continúen, puedes escribirnos a: afrofeminas@gmail.com
