Colombia / Martha Lía Grajales: “Está en juego un nuevo contrato social”

Fuente: https://www.investigaction.net/es/america-latina-en-resistencia-cumbre-sin-americas/

Colombia / Martha Lía Grajales: “Está en juego un nuevo contrato social”

Gustavo Petro, candidato del Pacto Histórico, lleva ventaja en las encuestas para las elecciones presidenciales en Colombia, cuya primera vuelta es el próximo 29 de mayo, y podría convertirse en el primer presidente de izquierda de la nación suramericana. En esta entrevista, Martha Lía Grajales, activista de derechos humanos e integrante del Pacto Histórico en Venezuela, explica lo que está en juego y los retos por delante.

Se acercan unas elecciones cruciales en Colombia. Si tuvieras que resumir “qué está en juego” en esta contienda ¿qué dirías?

En estas elecciones lo que está en juego es el modelo, un nuevo contrato social tal como está propuesto en el programa de gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez.

Creo que precisamente eso es lo que generó una polarización política tan marcada y el despertar del interés de los sectores que históricamente han estado excluidos o eliminados de la contienda política en Colombia. En el modelo propuesto por el llamado ‘Pacto Histórico’ se pone como eje central la verdadera implementación de los acuerdos de paz y transformar el modelo colombiano. Esto se contrapone al modelo de la muerte, la guerra, el extractivismo que es lo que representa el uribismo y sus candidatos de turno.

Hay una masividad, una efervescencia, en las zonas rurales, menos visibles, y creo que eso es una expresión de lo que implican estas elecciones. Por supuesto me parece muy importante resaltar que el antecedente del paro social que se llevó a cabo en el 2020-2021 fue un escenario que posibilitó y alimento este proceso de politización y participación masiva de los marginados.

Durante la campaña hemos visto amenazas contra Petro y una injerencia abierta por parte de las Fuerzas Armadas en su contra. ¿Es posible que impidan su triunfo o que asuma el poder?

Lamentablemente los antecedentes en la historia política de Colombia evidencian que esto es un riesgo real. En los 80 e inicios de los 90 varios candidatos presidenciales de la izquierda o el liberalismo progresista fueron asesinados porque representaban una opción distinta al poder hegemónico de las castas.

Pero, además de esto, la violencia es una realidad que no ha dado ningún tipo de respiro. Apenas van 5 meses del año e INDEPAZ ya contabiliza 70 líderes y 18 excombatientes asesinados, y 17 masacres. Es decir, las amenazas son reales. Por eso, hay riesgos de que Petro o Francia puedan sufrir algún atentado.

Por otro lado, tenemos a los militares que han confrontado de forma directa e indirecta a Petro y han expresado su descontento ante su eventual presidencia. Además, los militares, y ha quedado aún más en evidencia por los testimonios que han compartido ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), tienen relaciones con grupos paramilitares y narcotraficantes que han dado lugar a los 6400 asesinados en los conocidos falsos positivos pero también en el control de rutas, territorios, etc.

Obviamente estos grupos están descontentos con Petro y representa un riesgo muy importante de cara al acatamiento de los resultados en las elecciones. Además, ahorita estamos viendo los efectos del paro armado como consecuencia de la extradición de Otoniel del Clan del Golfo, que logró paralizar a 11 de los 32 departamentos del país, digamos, fue una expresión impresionante del control territorial y el ejercicio del miedo que poseen estos grupos y cada vez más cerca de centros urbanos.

Pero pese a todo este escenario tan truculento, existe algo distinto a los 80 o 90, y es que hay élites que se oponen a las políticas de Uribe. No acompañan a Petro en su propuesta de gobierno, pero se han convertido en enemigos políticos de lo que representa Uribe y sus candidatos de turno, lo que podría ayudar a que una candidatura como la de Petro pueda lograr su objetivo.

En las elecciones recientes de Perú y Chile hemos visto como el mandato popular no se traduce automáticamente en gobernabilidad. En el caso de Petro, asumiendo que sale victorioso ¿cuáles podrían ser algunas de sus prioridades?

Creo que habría que dividirlas en prioridades a corto, mediano y largo plazo. A corto, consolidar una base social fuerte, sólida, que le permita un margen de maniobra ante las grandes disputas que vendrán contra los verdaderos poderes fácticos tras el poder político formal. A la par, deben implementar propuestas de impacto inmediato para mejorar las condiciones de vida y de participación política de los sectores más excluidos.

Creo que uno de sus retos más importantes es también establecer alianzas con sectorese que le garanticen gobernabilidad política y económica sin que implique una traición a su programa de gobierno. Es algo bastante complicado, pero Petro es un político con mucha experiencia, que sabe manejarse en la realpolitik.

Ahora, a mediano y largo plazo, debe lograr que el Estado se fortalezca y garantice el control territorial y democrático de la violencia porque en este momento se ha hecho evidente que el uso de la fuerza no está en manos del Estado sino de muchos grupos armados, cada vez más desideologizados, al servicio de lógicas y tramas del narcotráfico y el crimen organizado.

Igualmente hay que mantener la unidad, porque el Pacto Histórico articula a diferentes y variopintas fuerzas políticas que se necesitan para garantizar una alternativa al sistema hegemónico.

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