China acumula reservas en previsión de un reforzamiento del bloqueo económico

mpr21                                                                                                                                                                                                        Redacción

 

Consciente de la dependencia de su economía frente a los mercados internacionales y, en consecuencia, frente a las presiones estadounidenses, China trata de fortalecer su autonomía estratégica y acumula materias primas, combustibles y recursos de manera masiva.

Las cifras hablan por sí solas: el año pasado las importaciones chinas de estos recursos aumentaron un 16 por cien, seguido de un nuevo aumento del 6 por cien desde enero de este año. Este exceso de compras no se corresponde en modo alguno con un aumento del consumo interno.

La escala de esta política de acumulación es impresionante. Los satélites han detectado una expansión significativa de la capacidad de almacenaje china, tanto de petróleo como de gas natural. Para 2030 el país debería poder acumular no menos de 85 millones de metros cúbicos de gas.

En el plano alimentario, China tampoco escatima. Según las proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, debería poseer el 51 por cien de la producción mundial de trigo al final de esta temporada. Esta vertiginosa acumulación preocupa por su posible impacto en la inflación mundial y sus implicaciones estratégicas a largo plazo.

La ola de compras de China se explica en gran medida por su extrema dependencia de las importaciones en sectores clave. Como una gigantesca fábrica desprovista de materias primas, el país debe obtener suministros masivos del exterior para abastecer su aparato productivo.

El caso del cobalto, esencial para la fabricación de teléfonos inteligentes, es emblemático: el 97 por cien de las necesidades chinas se cubren con importaciones. El sector energético no se queda atrás, ya que el 70 por cien del petróleo consumido procede del exterior.

Quizás sea en el sector alimentario donde la fragilidad china es más evidente. Más de un tercio de los alimentos que se consumen en el país son importados, con una dependencia casi total de determinados productos como el café, el aceite de palma y los lácteos. Esta situación coloca a China en una posición delicada ante posibles bloqueos, sanciones o interrupciones en las cadenas de suministro mundiales.

La acumulación de recursos forma parte del fortalecimiento del complejo militar-industrial chino. No se puede descartar la hipótesis de una preparación a largo plazo para una guerra, especialmente en torno a la cuestión taiwanesa.

China parece estar preparando sus piezas para enfrentar las numerosas tormentas que se avecinan.

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