Fuente: https://www.telesurtv.net/opinion/Chile-Ano-2020-con-Proceso-constitucional-Tratados-de-libre-comercio-y-TPP11.-Las-trampas-juridicocomerciales-que-someteran-al-pueblo-a-los-negocios-del-mercado-internacional-y-a-un-modelo-de-vida-extractivista-20200102-0015.html?utm_source=planisys&utm_medium=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_campaign=NewsletterEspa%C3%B1ol&utm_content=39 Jaime David Farías Delva 2 enero 2020
Al parecer, la única intervención extranjera en Chile, es la estrategia del poder económico/empresarial chileno, coludidos con el poder comercial internacional.
Todos aquellos que comparten el poder con Sebastián Piñera; de un modo u otro, toda la clase política ya sea en el Congreso o en sus respectivos partidos, la clase empresarial, sus ministros y el famoso 1% mas rico, han entrado en algo así donde la “tragedia y el absurdo” son parte de un imaginario de poder, que es sostener que “lo más terrible de la crisis ya pasó», frase enarbolada por el Gobierno y todos sus cómplices que nadan en el marco jurídico Guzmaniano/Lagista chilensis.
Es realmente vergonzoso y preocupante, por decir lo menos, lo que el pueblo chileno está por enfrentar este 2020. Al parecer o se someten a los designios de la oligarquía político-empresarial o radicaliza su lucha, pues no es tan solo a la represión, al modelo económico y los absurdos de Piñera, que los chilenos están expuestos, sino que a un proceso constitucional, que desde ya, responde a las ataduras elaboradas por Jaime Guzmán y retocadas por Ricardo Lagos y hoy a las que generan los tratados de libre comercio. Y aquí, podemos referirnos a uno muy peligroso, que puede ponerse en práctica si el Senado lo permite, como lo es el TPP 11: Tratado transpacífico, que contempla un mercado formado por 11 países del área pacifico. Es a estos tratados de libre comercio del cual este es el más negativo para los intereses del pueblo chileno; en materia laboral, medio ambiental, y agrícola, entre otros. Más aún, si consideramos que estos negociados no se discuten con el pueblo, manteniendo así la estructura de desigualdad, por más que hablemos de nueva Constitución, es decir; nos venden el cuento de una nueva Carta Magna, que depende de acuerdos comerciales, que en realidad mantendrán el modelo económico neoliberal capitalista y patriarcal con mayor fuerza. En definitiva, aquí queda demostrado que la famosa hoja en blanco de una supuesta nueva constitución no es tal, pues Chile a nivel de contratos comerciales internacionales, estará sometido a exigencias contractuales y esto se extenderá a nivel constitucional, lo que es gravísimo para las demandas sociales que gatillaron esta rebelión por recuperar la dignidad de un pueblo pisoteado por más de 40 años. Sin olvidar, claro está, la historia de Chile, plagada de matanzas y represión en contra de aquellos que defendieron y lucharon por las reivindicaciones del pueblo.
Al parecer, la única intervención extranjera en Chile, es la estrategia del poder económico/empresarial chileno, coludidos con el poder comercial internacional, que busca hacer la vista gorda y que pasen colados, sin ser revisados los tratados internacionales de libre comercio, como es el caso del TPP11, los que deberían ser chequeados y verificados antes de cualquier preparación de un proceso constituyente…¿por qué?
Porque, “hay una intencionalidad política clara que es se modifique lo menos posible de la estructura y el modelo económico. El modelo económico chileno está sustentado legalmente y jurídicamente sobre la existencia de todos estos tratados que blinda el proceso de privatización, de apertura económica y de desregulación… Si mantienes los tratados como un punto que no se discute, en definitiva estás manteniendo la estructura de desigualdad de Chile. Si modificas la Constitución, pero no modificas los tratados mantienes ese modelo» sostuvo Luciana Ghiotto, economista y académica de la Universidad Nacional de San Martín de Buenos Aires (Diario U. Chile).
¿Estaremos ante lo que podríamos llamar una pérdida más de soberanía popular y territorial? La respuesta es: SÍ…. Aquí son los grandes grupos económicos nacionales y extranjeros, que junto al gobierno de turno definen que hacer y no hacer en esta materia, dejando nuevamente al pueblo como meros observadores y esclavos a los cuales se les requiere como mano de obra barata y solo para el votito, sin ninguna participación y ni un mínimo de decisión.
¿Qué es lo que podemos concluir de esto?: Que nuevamente son las transnacionales, el poder económico y empresarial, sus gobiernos y políticos, los que realmente cocinan los marcos jurídicos constitucionales que regulan un país, además de sus tratados de libre comercio (TPP11). A la luz de estos hechos, podemos especular y preguntarnos, ¿a qué nivel de pactos comerciales pueden estar involucradas las castas plutócratas y oligárquicas de este país?; que han llegado a defender lo indefendible con argumentos ridículos, que rayan en el desquiciamiento con tal de mantener en la oscuridad sus tratados comerciales y que podrían hacer tambalear la soberanía constituyente que tanto anhelan los chilenos.
Mientras el modelo no se toque, todo el show de la Constituyente será el método para calmar y contener la rebelión popular, para así hacer efectiva la frase de Piñera, “lo peor de la crisis ya ha pasado”, su idea busca hacer la pasada a un segundo plano de las demandas sociales de la gente, las que aún no han tenido respuesta entre tanta falacia mediático/informativa.
No mas AFPs, educación gratis, salud gratis, salarios realmente digno: $1.000.000, quedándose corto en la petición, pues la cantidad de dinero que ha robado la oligarquía/Plutócrata chilena, sin nombrar con detalles los desfalcos económicos efectuados por militares, carabineros y otras instituciones, y las ganancias de 1% intocables; alcanzarían a solventar gran cantidad de las peticiones de la gente que hoy se encuentra en las calles.
Chile está entre la “Tragedia y los absurdos de Piñera”, lo que nos vaticina para este año 2020, más violaciones a los derechos humanos, pues entre la burbuja de políticos y gobierno y la realidad del pueblo que pide a gritos y en rebeldía un cambio de paradigma, tenemos la trampa de la constituyente, que a la luz de los hechos, solo otorgaría más migajas y una gran espera de 30 años más, si el pueblo deja de luchar en contra de un modelo económico neoliberal, capitalista y patriarcal.
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