Fuente: https://elsudamericano.wordpress.com/2020/07/02/chile-jornada-nacional-de-protesa-2-y-3-de-julio/
rganización revolucionaria Trabajadoras y Trabajadores al Poder | Revista Azimut
DECLARACIÓN PÚBLICA
Frente a la catástrofe en que nos encontramos: ¡El régimen es responsable!
¡Frente Único, Programa de Emergencia, Huelga General!
¡Es momento de golpear duramente a los capitalistas!
1.- El desarrollo mundial de la crisis capitalista en la actualidad se encuentra en un punto de inflexión. Una verdadera nueva ola de rebeliones y levantamientos populares sacude al mundo. Esta situación se expresa desde fines abril, por medio de los levantamientos en Medio Oriente (Líbano e Irak), el nuevo ascenso de las protestas en Hong Kong desde fines de mayo y la gran agudización de las luchas de masas en África y América Latina producto de la catástrofe social precipitada por los regímenes capitalistas en dichas regiones, con su corolario de desastre político, económico y sanitario que empuja a los pueblos a la acción frente al hambre y las carencias más elementales. Esta nueva ola se expresa con todas sus fuerzas por medio del ascenso de la heroica rebelión popular en Estados Unidos, epicentro del sistema imperialista mundial, y sus repercusiones directas de masivas protestas contra el racismo y la represión policial en Europa Occidental, México, Brasil, Australia, Francia, Reino Unido, Nigeria, Australia, Senegal y Palestina.
Ante la catástrofe y la barbarie precipitadas por el desarrollo de la crisis capitalista mundial y la expansión sin freno de la pandemia (a la vez efecto y catalizador de la propia crisis), la conciencia de las masas trabajadoras y oprimidas del mundo comienza a jugar el papel de factor de primer orden de la situación política mundial. La protesta popular se alza como un camino concreto frente a la bancarrota mundial de las relaciones capitalistas y la ofensiva reaccionaria y criminal impulsada por las clases dominantes en la actual coyuntura. Su desafío principal consiste en mostrar un horizonte superador de la actual crisis, ligado indisolublemente a la superación de un capitalismo en decadencia por medio de la acción y las luchas concretas. ¡Hay que aplastar a los capitalistas! ¡Las vidas de millones de proletarias y proletarios alrededor del mundo se encuentran bajo amenaza! ¡Ha llegado la hora de la acción!
2.- Al igual que en el resto del planeta, el desarrollo de la crisis en nuestro país ha profundizado hondamente las contradicciones entre la burguesía y la clase trabajadora. A más de cuatro meses del arribo de la pandemia del covid-19 en Chile, el balance es desolador para las condiciones de vida de millones de habitantes de nuestro pueblo. Motivado por la presión de la crisis mundial, el gobierno ha velado conscientemente desde el minuto uno por resguardar los intereses del capital, en desmedro de las condiciones más elementales de vida de las masas. Esto se manifiesta a través de los colosales planes de rescate al capital, el aseguramiento de condiciones de superexplotación por medio de iniciativas como la cínicamente denominada “ley de protección del empleo”, los despidos masivos, el resguardo obediente de los intereses de las grandes empresas que lucran con la salud, el blindaje a las AFP, el fortalecimiento de la represión y la declaración de toque de queda y estado de excepción.
La implementación de todo este plan de ofensiva contra la clase trabajadora ha chocado sin embargo con la con las condiciones sociales concretas y el desarrollo de la conciencia que significó el ascenso de la Rebelión en octubre pasado. Creemos que la proliferación de las ollas comunes, asambleas, comités de emergencia, sindicatos de cesantes y todo el espectro de organismos populares que se han activado y levantado durante las últimas semanas constituyen el germen de una respuesta popular organizada, independiente y profundamente clara respecto a las necesidades fundamentales que enfrenta nuestro pueblo en esta situación crítica. Desde mayo pasado, los primeros atisbos de protesta popular en la actual coyuntura se hicieron sentir con fuerza. Hoy en día la tendencia ya se verifica con mucha mayor claridad, expresándose en las poblaciones, hospitales, territorios y centros laborales. ¡El pueblo prepara sus invencibles fuerzas, con conciencia clara de la excepcional dureza de los combates que se avecinan!.
3.- Producto de que, como caracterizábamos anteriormente, el gobierno vela consecuentemente por sus intereses de clase, el tratamiento sanitario de la pandemia ha sido tan deplorable que apenas iniciando el invierno ya nos encontramos en los primeros lugares de todos los ránking mundiales de expansión del virus. La “estrategia sanitaria” del gobierno ha consistido, en última instancia, en tratar de evitar a toda costa la quiebra de los grandes grupos económicos de nuestro país apelando a las más aberrantes ilusiones desde el punto de vista científico (nueva normalidad, retorno seguro, inmunidad de “rebaño”, cuarentenas “parciales”). Lo anterior sumado a una campaña comunicacional que ha apuntado desde el principio al ocultamiento de cifras, datos e informaciones relevantes que hubieran sido tremendamente útiles en un comienzo para desarrollar una estrategia real y adecuada para el enfrentamiento de la pandemia, si el objetivo hubiera sido, claro está, proteger a la población y detener el avance del virus. Esto pudo haberse conseguido mediante el aislamiento efectivo de los primeros casos (en su mayoría, habitantes de los sectores acomodados llegados desde el extranjero, lo que facilitaba enormemente su identificación y rastreo), el testeo masivo y las medidas adecuadas de prevención y cuidado, en suma, apostar a destruir la curva de contagios más que a su ilusorio “aplanamiento”.
Sin embargo, la realidad fue otra. Presionada por su propia naturaleza, es decir, la voluntad de preservar la ganancia capitalista a toda costa, la burguesía chilena se sube al carro de quienes más méritos han hecho para crear las condiciones propicias para el aumento explosivo de contagios y perjudicar directamente las vidas de trabajadores y trabajadoras (en este lamentable carro, el asesino Piñera comparte asiento con Trump y Bolsonaro). Los recientes anuncios de endurecimiento de las cuarentenas y controles en las calles representan una medida extrema y desesperada, cuya efectividad demuestra ser nula frente a una catástrofe que pudo evitarse si se hubiese querido actuar a tiempo.
¡Éste es el marco sobre el cual se desarrolla el denominado “acuerdo nacional” de los partidos del régimen!, espurio acuerdo cuyo objetivo final descansa en la pretensión de que sean las y los trabajadores quienes paguen los costos de la crisis actual.
4.- Pero la catástrofe se ha desatado y sus contradicciones están a la vista de los trabajadores y trabajadoras: La imposibilidad de quedarse en casa frente a la necesidad material de salir cada día a laborar para resolver el sustento de sus familias; un sistema de salud pública anémico, que evidencia todas sus falencias y precariedades denunciadas durante años por funcionarios y funcionarias, versus la realidad de las grandes clínicas, hospitales de las FF.AA. y centros privados; el hambre, el frío, la cesantía y el hacinamiento, versus los millonarios rescates (mediante capitalización directa) a bancos y grandes empresas a costa trabajadores y trabajadoras; las pensiones de miseria y la desvalorización de los fondos de pensiones invertidos en el exterior producto de la crisis financiera, versus las gigantescas ganancias de las AFP durante el último año; la represión y la brutalidad contra las ollas comunes en los barrios populares, versus el relajo, las fiestas y la permisividad en las comunas ricas; el odioso encierro de miles de luchadores y luchadoras chilenos y mapuche en las cárceles del capital, cuyas vidas corren doble riesgo por encontrarse en condiciones de escandaloso hacinamiento e insalubridad, versus la impunidad de los asesinos del pueblo; el invaluable dolor de tener que despedir a miles de seres queridos, cuyas muertes pudieron evitarse, en medio de medidas estrictas (pero necesarias) de carácter sanitario, versus los funerales masivos, con música en vivo y sin medidas de aislamiento social, tanto de los narcos como de la familia Piñera… ¡Ha llegado la hora de decir basta!
Los reformistas de siempre nos dirán que la salida pasa por una serie de proyectos de ley que actualmente se discuten en el congreso: impuesto a los “súper ricos”, ingreso de emergencia, suspensión de cobros del CAE y no corte de servicios básicos, retiro de los fondos de las AFP, postnatal extendido de emergencia, etc. Sin embargo, lo que estos reformistas no nos dicen, es que todas estas iniciativas son irrealizables en la presente coyuntura en el marco del actual régimen político (que se encuentra tensionado hasta sus límites), y están todas irremediablemente destinadas a ser declaradas “inconstitucionales” en las actuales condiciones. Piñera ha sido suficientemente claro: en un contexto de crisis mundial, el gran capital no está para “concesiones” parlamentarias, por muy mínimas que éstas puedan ser. ¡Cada conquista deberá ser arrancada mediante la lucha directa de miles en las calles! ¡Debemos plantearnos la organización en perspectivas de la Huelga Política de Masas en las actuales condiciones! No faltarán quienes, cabeza agacha, dirán que debemos resignarnos y esperar a crear una nueva constitución, por medio del itinerario diseñado por el régimen… ¡Para dos años más!. ¡Como si el hambre, la salud, la vida de millones pudieran esperar dos años frente a la que a todas luces se nos muestra como una de las peores crisis de la historia del capitalismo! Frente a la inmoralidad de los capitalistas y la pusilanimidad de los reformistas, el pueblo se prepara para batallas decisivas.
5.- Por todo lo anterior, como Trabajadores y Trabajadoras al Poder adherimos al llamado a Protesta Nacional para los días 2 y 3 de Julio. Porque la experiencia concreta de las últimas semanas ha demostrado que sólo la lucha y la organización independiente en los territorios, poblaciones, hospitales y centros de trabajo es el camino correcto para enfrentar el actual escenario de emergencia. Manifestamos nuestra voluntad de ser parte activa de dichas jornadas, y reiteramos nuestro llamado a fortalecer la protestar popular de todas las formas posibles, desde luego tomando las medidas de seguridad y resguardo para cuidarnos como pueblo y clase trabajadora. La “unidad nacional” del régimen nos muestra con claridad su determinación de hacernos pagar los costos de la crisis a como dé lugar, inclusive, al precio de nuestra salud y nuestras vidas.
Frente a la unidad de los de arriba, la unidad de todos/as los/as trabajadores/as, explotados/as y oprimidos/as se vuelve un asunto de vida o muerte. Es necesario en las actuales condiciones impulsar con todas nuestras fuerzas la construcción de un gran Frente Único de Emergencia de organizaciones populares, organismos de base, sindicatos y centrales sindicales, ollas comunes, comités de emergencia, comités de cesantes, asambleas populares, asambleas de mujeres, etc. En suma, toda la amplia gama de organismos de lucha popular agrupados en un sólo gran Frente común que tenga la capacidad de articular todas las luchas parciales y que apunte a la pelea por un Programa de Emergencia, es decir, soluciones de carácter radical que en líneas gruesas se propongan la resolución de la actual crisis política, sanitaria y económica en un sentido favorable para el pueblo y la clase trabajadora, y cuyos ejes centrales deben considerar los siguientes puntos:
- Por Trabajo Asegurado, con el cese de actividades no esenciales con 100% de sueldo. Una renta base que permita a informales, cesantes, jubilados/as vivir con dignidad. Prohibición de despidos y mantención de todos los derechos laborales. Derogación inmediata de toda la legislación patronal dictada producto de la crisis. En caso de actividades esenciales, aseguramiento de condiciones necesarias, insumos de protección personal e higiene y reducción de jornada sobre la base de contrataciones masivas.
- Por Salud Asegurada por medio de un sistema de salud único sobre la base de la expropiación y control estatal de toda la infraestructura, los recursos, insumos y capital de las grandes empresas de la salud, como clínicas, Isapres, laboratorios e industria farmacéutica. Este sistema único debe ser dirigido por representantes de los comités de emergencia de los trabajadores, trabajadoras y usuarios de la salud. Control estatal de las empresas medianas y pequeñas relacionadas al rubro sanitario, para colocar sus recursos al servicio del combate contra la pandemia.
- Por la Expropiación del gran capital, las AFP, las industrias estratégicas y los recursos naturales, para hacer frente a las necesidades que existen y que surgirán en el futuro ante catástrofe actual. Este financiamiento es crucial para la compra de insumos, la construcción de hospitales, la bonificación a quienes producto de la situación crítica se ven impedidos de trabajar y para asegurar pensiones dignas bajo un sistema solidario, en un escenario de profundización de la crisis mundial, inminente depresión económica y desvalorización de los fondos de pensiones.
- Por la Expropiación de la banca y el comercio exterior. Banca única nacional, bajo control estatal. Sólo bajo esta modalidad podrá asegurarse la continuidad de la cadena de pagos, y con ello, evitar el cese de actividades productivas, la quiebra masiva de empresas (desempleo) y la continuidad en el pago de remuneraciones a trabajadores y trabajadoras. La centralización de todas las operaciones financieras y el comercio exterior en manos del Estado permitirá tener el control de estas actividades estratégicas en función de afrontar el difícil escenario económico que se avecina.
- Por la creación de Comités de Emergencia en empresas, centros de trabajo y territorios, en función de realizar un efectivo control obrero, popular y territorial respecto al cumplimiento e implementación de estas medidas, además de centralizar las actividades de carácter coercitivo en los propios organismos de control popular ¡Abajo el control militar y represivo de nuestros territorios!.
- Por la Liberación de todas las presas/os políticas/os Chilenos y Mapuche. Cárcel para quienes atentaron u mandaron a atentar contra las vidas del pueblo, incluidos todos los responsables del actual desastre sanitario. Exigimos el Inmediato cambio de medidas cautelares de los presos y presas mapuche y de la Rebelión de prisión preventiva a arresto domiciliario, como medida de carácter urgente frente a las nulas condiciones del sistema penitenciario para evitar los brotes de covid-19 al interior de las cárceles.
6.- El actual escenario nos llama a la acción más enérgica y la lucha frontal contra este régimen podrido. El capitalismo ya no tiene más soluciones para los pueblos que el hambre, las guerras y las enfermedades. Debemos dar pasos concretos hacia su superación en el actual período, por medio de la constitución de un Gobierno de Las y Los Trabajadores sobre la base de los organismos populares, que tenga en sus manos el poder y la legitimidad necesarias para implementar estas medidas extremas de control y planificación. Este gigantesco desafío nos coloca a las y los revolucionarios frente a la perspectiva histórica de asumir con humildad y responsabilidad nuestras tareas, teniendo en consideración que nuestra actual dispersión y exiguas fuerzas no pueden ser una excusa para no posicionarnos con claridad y determinación frente al actual carácter que asume la lucha de clases. La búsqueda de acuerdos, sobre la base de coincidencias fundamentales respecto del qué hacer concreto frente a las actuales condiciones debe ser el primer paso para avanzar hacia la construcción de acuerdos mayores, en el entendido de que bregar por el camino de la necesaria unidad se nos impone como una de las tareas urgentes ante la actual situación política. El escenario actual, nos llama a transitar con urgencia el camino de la resistencia hacia el poder. En la lucha concreta por nuestras demandas más sentidas se encuentra el escenario real para afrontar con determinación dicha transición, en la perspectiva de destruir el actual régimen y apostar por su superación mediante los mecanismos de la lucha de clases.
¡Comités de Emergencia para combatir la pandemia y echar abajo a Piñera!
Frente a las cuarentenas de hambre, muerte y represión:
¡Sueldo Total y Cuarentena General bajo Control Popular!
Pan, Salud y Trabajo. ¡Frente Único de Emergencia para enfrentar la crisis!
¡Por un Programa de Emergencia del movimiento popular para organizar la lucha!
¡Insumos y Sistema Único de Salud bajo Control Obrero YA!
¡Frente Único, Programa de Emergencia, Huelga General!
¡Es momento de golpear duramente a los capitalistas!
¡Fuera Piñera! ¡Abajo el parlamento corrupto!
¡Por un Gobierno de Las y Los Trabajadores!