Censura artística: la viga y la paja

Fuente: https://www.cubainformacion.tv/especiales/20240110/106954/106954-censura-artistica-la-viga-y-la-paja 10.01.24

El director cubano Pavel Giraud recorre festivales internacionales con su documental “El Caso Padilla” que, con imágenes sustraídas de manera ilegal del archivo del ICAIC (el Instituto de Cine de Cuba), revive el caso del poeta Heberto Padilla. ¿Y saben qué titulares de prensa genera hoy un suceso que ocurrió hace 53 años? “Mientras esté ese régimen, seguirá habiendo Padillas en Cuba”.

n Quintanar de la Orden (provincia de Toledo), el ayuntamiento retira la obra de teatro “Qué difícil es”, porque los actores aparecen en calzoncillos (1). En Valdemorillo (Madrid), es cancelada “Orlando”, de Virginia Woolf, por su contenido acerca de la identidad de género (2). En Talayuela (Cáceres), la obra “El señorputa o la degradación del ser” (3), y en Toledo, “La infamia” (4), ambas acerca de la violencia machista, son censuradas por las autoridades locales. En Bezana (Cantabria), la película de Disney “Buzz Lightyear” es suprimida del cine de verano, por contener un beso entre dos mujeres (5).

Es la misma corriente de moralidad censora que en EEUU, en el condado de Orange (Florida), ha retirado de las escuelas 673 libros por sus «referencias sexuales» o contenido LGTBI (6), en cumplimiento de las leyes del gobernador Ron DeSantis (7). El estado de La Florida, centro internacional de la “lucha por la libertad” para Cuba (8), acumula el 40 % de los casos de censura de libros en centros escolares de todo EEUU (9).

Las autoridades municipales españolas explican en sus medios el porqué de su política de cancelación: no son actos de “censura”, afirman, sino para la “protección de los menores” (10), el “respeto del gusto del público” (11) o el “ahorro de presupuesto” (12). Pero ¿se imaginan uno solo de estos casos en algún festival de teatro o de cine… de Cuba? Entonces sí: la palabra “censura”, colocada en titulares, se añadiría al glosario obligatorio para toda noticia cultural sobre la Isla: “represión”, “control”, “silenciamiento”, “régimen…” (13).

Para la gran prensa española, la censura artística en su territorio o no existe o es producto fugaz del extremismo provinciano. En Cuba, sin embargo, es un ingrediente per se que pende sobre toda producción artística y que no es necesario mostrar ni probar. ¿Si el diario El País nos recuerda los 30 años de “Fresa y chocolate”, película crítica que jamás fue “censurada”, sobre qué nos habla? ¡Sobre censura! (14). Si el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana ofrece un gran espacio de proyección y difusión del cine independiente y crítico, frente a la censura de mercado, ¿qué noticia nos llega? Que ha habido dos películas cubanas que no fueron seleccionadas (15). Y lo que en el festival de otro país es una selección, en Cuba es “censura”. ¿Lo han entendido, verdad?

También están los “vividores de la censura”. El director cubano Pavel Giraud recorre festivales internacionales con su documental “El Caso Padilla” que, con imágenes sustraídas de manera ilegal del archivo del ICAIC (el Instituto de Cine de Cuba), revive el caso de Heberto Padilla. En 1971, acusado de contrarrevolucionario, este poeta cubano realizó una esperpéntica retractación pública (16) que, para no pocos testigos de la época -como Mario Benedetti o Eduardo Galeano- fue una vulgar puesta en escena para acusar de “estalinismo” a la Revolución cubana y lesionar su apoyo entre intelectuales progresistas (17). En todo caso, ¿saben qué titulares de prensa genera hoy un suceso que ocurrió hace 53 años (18)? “Mientras esté ese régimen, seguirá habiendo Padillas en Cuba” (19).

Pero regresemos a la censura de hoy… en tierras españolas. Donde la denuncia del franquismo sigue siendo una temática altamente censurada. En Briviesca (Burgos), se cancela la obra de teatro “El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca”, sobre la vida de un maestro republicano fusilado (20). En Fanzara (Castellón), el ayuntamiento va a ejercer una “censura previa” sobre los murales pintados en el Festival anual MIAU de arte urbano y muralismo (21), para evitar obras como la que, el pasado año, recordó la represión franquista (22). Por cierto, el ayuntamiento de Castronuño (Valladolid) ha sido aún más directo: ha borrado con pintura blanca el mural del artista Manuel Sierra con el mismo mensaje de homenaje a las víctimas del fascismo (23).

Para acabar, recordemos que se cumplen 1.060 días del encarcelamiento del cantante catalán Pablo Hasel, por las letras de varias de sus canciones, y que aún estará en prisión otros cuatro años (24). ¿Por qué no leemos noticias con un competo glosario sobre “censura”, “represión” o “régimen”? ¿Por qué Amnistía Internacional no ha nombrado a Hasel “preso de conciencia”? Porque no es cubano, como Maykel Osorbo (25), el rapero que pidió, en un mensaje público, dirigido al entonces presidente Donald Trump, el bloqueo naval de su país y una invasión militar (26). Y aunque Trump no cumplió exactamente con sus dos peticiones, multiplicó el sufrimiento de millones de personas en la Isla aprobando más de doscientas nuevas medidas de guerra económica (27).

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