
Haití No Minustah, Libre y Soberana
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Lettre en français ci-dessous
Puerto Príncipe, 30 de octubre de 2025
Carta abierta al Sr. Secretario General de la OEA
Sr. Albert Ramdin
Asunto: Recordatorio del deber de respetar estrictamente el derecho sagrado del Pueblo haitiano a la autodeterminación y a su soberanía.
Sr. Secretario General:
Como usted ya sabe, Haití es el único país que rompió las cadenas de la esclavitud, derrotó a los esclavistas y estableció, a costa de sangre, la primera República Negra independiente del mundo. Mediante este acto heroico, Haití abrió el camino a la libertad para todos los pueblos oprimidos de la tierra, restauró la dignidad de todos los pueblos negros y, como símbolo de la lucha contra la opresión, realizó su gran contribución a la lucha universal por la libertad y la dignidad humana, como lo destacó el presidente Ibrahim Traoré en uno de sus recientes discursos sobre Haití.
Por haber desafiado al Occidente racista, Haití sigue pagando un alto precio por la legítima y saludable insolencia de un pueblo rebelde que tuvo el coraje de decir NO a la explotación, la opresión y el racismo. Este trato diferencial infligido por las antiguas potencias coloniales, racistas y esclavistas, ahora potencias imperialistas, fue acertadamente destacado por Ricardo Seitenfus, ex representante de la OEA en Haití, cuando escribió: «Desde una perspectiva histórica, Haití ha sido generalmente percibido como una amenaza por una parte del sistema internacional. Esto explica por qué sus relaciones con el mundo se definen por la fuerza y nunca por el diálogo».
Las acciones tanto de las potencias imperialistas como de las organizaciones internacionales y regionales ilustran elocuentemente esta verdad histórica destacada por Seitenfus. Porque el lenguaje de la fuerza es el único utilizado por las potencias imperialistas y sus aliados, así como por muchas organizaciones internacionales o regionales que trabajan, muy a menudo, en nombre de las potencias imperialistas, en particular del gobierno estadounidense.
Señor Secretario General,
Una pregunta nos interpela: ¿Se diferencia la conducta actual de la OEA hacia Haití del patrón colonial mencionado anteriormente? Los hechos hablan por sí solos.
Una hoja de ruta unilateral
¿Acaso no han elaborado ustedes, en violación de nuestro derecho a la soberanía, una hoja de ruta para Haití sin la participación de Haití ni de sus representantes? Y, además, una hoja de ruta en la que no se han tenido realmente en cuenta las prioridades nacionales.
Tal acción, seguida de su respuesta condescendiente a la Embajadora Myrtha Desulmé —entonces Representante Permanente de Haití ante la Organización de los Estados Americanos (OEA)— cuando ella planteó preguntas sobre este asunto, provocó su indignación y justa ira. Ante tal afrenta y semejante negación del derecho del pueblo haitiano a la autodeterminación y la soberanía, la representante haitiana se expresó en estos términos el 29 de julio de 2025:
“El restablecimiento de la seguridad y la autoridad estatal en todo el país sigue siendo una condición indispensable para la implementación de cualquier plan para Haití. Debemos abordar estos problemas sin complacencia ni pretensiones. Sin el restablecimiento de la seguridad, no puede haber buenas elecciones. Sin el restablecimiento de la seguridad, será extremadamente difícil distribuir ayuda humanitaria a quienes más la necesitan sin ser extorsionados, secuestrados o incluso asesinados por las pandillas… La solución duradera debe provenir de los propios haitianos, quienes deben tomar las riendas de su destino y liderar cualquier acción que tome la comunidad internacional”. (www.vantbèfinfo.com)
Una crisis fabricada para el debilitamiento sistemático de Haití.
Esta crisis artificial ha transformado a Haití en:
-Un estado debilitado, empobrecido y desmantelado, sumido deliberadamente en una situación caótica;
-Un territorio con poblaciones desplazadas que huyen de las masacres y el caos;
-Un país que presencia una oleada interminable de refugiados que emprenden travesías suicidas a diario en una búsqueda desesperada de una vida para sus hijos a cualquier precio y en cualquier lugar, pero que se enfrentan a la mayor brutalidad por parte de los poderes hegemónicos que han hecho de nuestro país un lugar inhabitable.
Como se menciona en el trabajo colectivo «Haití: Urgencia de Solidaridad Internacional Activa», se observa que «la injerencia extranjera en los asuntos de Haití, incluyendo la imposición y el control de elecciones, el apoyo a gobiernos corruptos y la indiferencia ante el autoritarismo, se ha convertido en la norma».
Señor Secretario General:
Quisiéramos recordarle que esta terrible crisis, fabricada con el objetivo de debilitar sistemáticamente a Haití, fortalecer su dependencia política y económica o, en el peor de los casos, eliminarlo, no puede tener una solución importada o impuesta de ninguna forma. Para que la solución sea viable, debe ser una Solución Haitiana. Solo puede surgir de una hoja de ruta haitiana o indígena diseñada y desarrollada por los Haitianos, libres de cualquier injerencia extranjera.
De hecho, esto no excluye la colaboración respetuosa de todos los países y organizaciones internacionales y regionales que desean brindar su apoyo y solidaridad activa a Haití, respetando su derecho a la autodeterminación y su soberanía.
Este gesto fraternal de solidaridad concreta es simplemente una reciprocidad, dado que Haití, desde su fundación, siempre ha formado parte de una larga tradición de solidaridad internacional activa y desinteresada, a pesar de la abierta hostilidad de las potencias coloniales y el aislamiento en el que nuestro país siempre se ha visto sometido. Con este espíritu, Haití ha ayudado generosamente a muchos países de América, Europa y África a liberarse de las cadenas de la opresión. Cabe recordar que diversas figuras políticas e intelectuales, entre ellas los presidentes Gustavo Petro, Lula da Silva y Nicolás Maduro; los fallecidos presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez; el premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel; el escritor Eduardo Galeano; y el activista panafricanista Kémi Seba, entre otros, han recordado repetidamente este trascendental acontecimiento a quienes lo hayan olvidado.
Finalmente, como se mencionó anteriormente, esta crisis multidimensional, que amenaza el presente y el futuro de Haití, merece un análisis profundo con miras a encontrar una solución real, una solución haitiana.
Por ello, las organizaciones haitianas, tanto aquí como en la diáspora, están tomando la iniciativa de desarrollar una hoja de ruta nacional con la participación de diferentes organizaciones haitianas. Este enfoque busca, entre otros objetivos, restaurar la soberanía nacional, salvar nuestra dignidad como pueblo y, así, allanar el camino para la construcción de un Haití finalmente soberano, libre y dueño de su destino, como lo ordenaron el padre fundador Jean-Jacques Dessalines el Grande y todos nuestros valientes antepasados.
Señor Secretario General,
En esta difícil y compleja tarea, Haití necesitará el respetuoso apoyo de todos los países y de todas las organizaciones internacionales y regionales, incluida la OEA.
Agradeciéndole de antemano su respetuoso apoyo, le saludamos atentamente, Señor Secretario General.
Siguen las firmas:
Josué Mérilien, Secretario General, Central Unitaria de Trabajadora/es de los Sectores público y privado de Haití (CUTRASEPH)
Camille Chalmers, Director ejecutivo, Plataforma haitiana de Acción por un Desarrollo Alternativo (PAPDA)
Henry Boisrolin, Coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina
Smil Eddyson Damas, Presidente del Club Cultural Haitiano KONBIT
Fuente: Texto recibido de sus autores
