El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, denunció este miércoles ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas las consecuencias del bloqueo recrudecido aplicado por el Gobierno de los EE.UU. contra la nación caribeña, en particular los daños causados por presiones de todo tipo para cortar la llegada de combustibles e implosionar la economía.

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Durante los debates correspondientes a este miércoles, Rodríguez Parrilla afirmó que esa política de máxima presión, que incluye sanciones e intimidación contra productores, transportadores y aseguradores, es violatoria del derecho internacional, de la Carta de las Naciones Unidas y califica como delito de genocidio.

Reveló que durante 2023 la Casa Blanca sancionó a 53 buques y 27 compañías para impedir el suministro regular de combustibles a la nación caribeña. Desde el inicio del mandato de Joe Biden, se registran 1.064 negativas de bancos extranjeros a prestar servicios a entidades cubanas ante el miedo a multas estadounidenses.

Informó que Cuba pierde más de 250 millones de dólares durante 18 días de bloqueo de EE.UU., que bastarían para brindar mantenimientos a las infraestructuras que permiten producir electricidad y, con ello, garantizar servicios vitales a la población cubana y evitar apagones.

Como ejemplo de las nocivas consecuencias de la persecución de Washington a las importaciones de combustibles, citó la reciente desconexión que sufrió el sistema electroenergético nacional por carencia de esos productos, evento que dejó el país a oscuras durante cinco días y lo obligó a garantizar únicamente los servicios más indispensables.

Subrayó que lo «singular y extraordinario respecto a Cuba, es el empeño deliberado de EEUU en asfixiar la economía nacional, sabotear y poner obstáculos significativos para impedir nuestro crecimiento y desarrollo».

Dejen a Cuba vivir en paz, demandó el Canciller del país caribeño ante el plenario, que minutos después sometió a votación la resolución que exige al Gobierno de los EE.UU. poner fin al bloqueo, la cual fue aprobada con 187 votos a favor, dos en contra (Estados Unidos e Israel) y una abstención (Moldavia).

Además, exigió a EE.UU. que saque a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, donde la colocó de manera injusta y sesgada el expresidente Donald Trump nueve días ante del término de su mandato, y que ha mantenido durante su gestión el actual inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden.

El canciller de Cuba catalogó al bloqueo estadounidense como «el sistema de medidas coercitivas unilaterales más abarcador, integral y prolongado que se ha aplicado a lo largo de la historia contra país alguno».

Afirmó que a través de esa política criminal, «el imperialismo advierte al mundo entero que toda nación que se atreva a defender con firmeza su soberanía y construir su propio futuro, pagará un precio por su rebeldía».

 

Subrayó que el Gobierno de los EE.UU., en una expresión de máxima perversidad, escaló las medidas del bloqueo de una manera extrema durante la pandemia de Covid-19, «llegando al extremo de obstaculizar la compra de oxígeno y ventiladores pulmonares».

Detalló que, a consecuencia del bloqueo de Washington, se constatan negativos impactos en servicios básicos que brinda el Estado cubano como parte de sus políticas de justicia y equidad, como son la electricidad, salud, educación, abasto de agua, servicios comunales, transporte público, la producción de alimentos y de medicamentos.

Rodríguez Parrilla exigió a EE.UU., además, que excluya a Cuba de la lista de países patrocinadores de terrorismo y cuestionó con qué moral puede ese país medir el desempeño de otros en ese ámbito.

 

 

El informe presentado por la Cancillería cubana sobre los impactos del bloqueo detalló que entre marzo de 2023 y el 29 de febrero de 2024 el bloqueo ocasionó a Cuba pérdidas ascendentes a 5056.8 millones.

Al presentar un balance de los daños que ocasiones esta política agresiva a Cuba, el canciller Rodríguez Parrilla puntualizó que deja afectaciones mensuales aproximadas de más de 421 millones de dólares, más de 13.8 millones diarios, así como una cifra superior a los 575.683 dólares en daños por cada hora.

Cuba ejerce derecho a réplica

Al hacer uso del derecho a réplica, el director general de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior de la Cancillería cubana, Ernesto Soberón Guzmán, respondió a alegaciones expuestas por representantes de EE.UU. ante el plenario.

Recordó que solo en 2023 ocurrieron en EE.UU. más de 650 tiroteos masivos y murieron más de 43.000 personas a causa de la violencia armada (promedio de 183 muertes al día).

Cuestionó qué modelo de derechos humanos defiende un país en el que menores de edad pueden ser llevados a tribunales y ser condenados como adultos, incluso a la pena de cadena perpetua. Denunció el uso de fuerza letal por la Policía contra la población afronorteamericana, que hace frente a mayor riesgo de muerte por esa causa que otros grupos poblacionales.

Si a EE.UU. le interesara realmente la democracia y el cuidado de los DD.HH. en Cuba, levantarían el bloqueo, que es una violación flagrante de los DD.HH. del pueblo cubano, exigió Soberón. Por último, el funcionario cubano agradeció a todos los Estados y pueblos que repetidamente han respaldado la demanda de La Habana de que Washington ponga fin a esa política genocida.

Poco antes, un representante de EE.UU. defendió el bloqueo. Expresó que su país apoya al pueblo cubano y que esa política genocida busca ayudar a fomentar la democracia.

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