mpr21 Redacción
Burkina Faso se prepara para explotar plenamente su potencial aurífero en un contexto en el que la producción de oro ha experimentado un descenso en los últimos años, en gran parte debido a la inseguridad que ha obligado al cierre de varias minas. Actualmente, la mayoría de las operaciones mineras del país están bajo control de empresas extranjeras, principalmente canadienses y australianas.
La nueva junta militar de Burkina Faso quiere explotar directamente las vastas reservas de oro del país. En una emisión de radio nacional el pasado fin de semana, el capitán Ibrahim Traoré expresó su deseo de reducir el dominio de las multinacionales extranjeras en el sector minero, afirmando que Burkina Faso tenía la capacidad de gestionar la extracción de sus recursos naturales.
Desde que llegó al poder en 2022, ha apoyado especialmente un aumento del control sobre las industrias extractivas, con énfasis en la reapropiación de los recursos del país. “Todas las minas de oro están actualmente en nuestra agenda. No entiendo por qué sabemos cómo explotar el oro y por qué debemos dejar que las multinacionales vengan a explotar nuestro oro. Lo haremos nosotros mismos”, afirmó el capitán Traoré.
Esta ambición es parte del deseo más amplio de Burkina Faso de captar una mayor proporción de los ingresos de la explotación del oro, un recurso crucial para la economía nacional. El reciente acuerdo tripartito con Endeavour Mining y Lilium Mining muestra el compromiso del Estado con la reforma del sector, colaborando con socios y fortaleciendo su papel en la gestión de la riqueza mineral.
La estrategia debería, en última instancia, permitir al país beneficiarse de su sector aurífero y, al mismo tiempo, estimular el desarrollo local y la creación de empleo, dentro de un marco que favorezca la soberanía sobre sus recursos naturales.