Boric y Milei participan en ejercicios militares con el Comando Sur de EEUU

Rafael Azul

El Gobierno pseudoizquierdista de Gabriel Boric en Chile y el Gobierno fascistizante de Javier Milei en Argentina cerraron filas al participar en ejercicios militares esta semana que forman parte de los preparativos de guerra del imperialismo estadounidense y la Alianza Atlántica. Ambos regímenes están completamente comprometidos con apoyar la guerra de la OTAN en Ucrania contra Rusia. 

Tropas en fila frente a lanzacohetes LAR-160, hecho en Israel, del ejército chileno durante los ejercicios militares Southern Phoenix 24 [Photo: Ejército de Chile]

Los ejércitos de Chile, Argentina y Estados Unidos comenzaron los ejercicios militares en Tarapacá, en el norte de Chile, el miércoles 28 de agosto. 

Varios centenares de soldados, miembros de las Fuerzas Armadas chilenas y argentinas, junto con tropas estadounidenses pertenecientes a la 11ª División Aerotransportada, la 75ª Brigada de Artillería de Campaña, la 1ª Brigada de Asistencia a las Fuerzas de Seguridad y la Guardia Nacional del Ejército de Texas participan actualmente en esta operación denominada “Southern Phoenix”. Los ensayos de guerra se planificaron originalmente en abril en una conferencia celebrada en Iquique entre el presidente Boric, el Comando Sur de EE.UU. y el ejército chileno.

Ahora se les unen sus homólogos argentinos. En las maniobras, de 10 días de duración, se utilizará armamento avanzado y pesado estadounidense, como el Sistema de Artillería de Alta Movilidad M142 (HIMARS), un sistema de cohetes de precisión capaz de disparar cohetes a una distancia de hasta 80 kilómetros.

La Operación Phoenix original, creada por la CIA en 1967 para la guerra de Vietnam, era un programa de asesinatos de civiles muy parecido a su homóloga sudamericana, la Operación Cóndor, en la década de 1970. El hecho de que este ejercicio militar lleve ahora un nombre similar no es una coincidencia y revela, en parte, el papel que el imperialismo estadounidense prevé para sus socios menores latinoamericanos. Esto fue claro en una “conferencia sobre defensa” de dos días que tuvo lugar en Santiago la semana pasada.

El 27 de agosto, un día antes de que comenzaran los ejercicios militares, los líderes militares sudamericanos se reunieron en Santiago, la capital de Chile, con representantes del Comando Sur de Estados Unidos en la conferencia SOUTHDEC 24 para discutir cómo cooperar ante las “amenazas regionales a la democracia”, en palabras de un informe del Comando Sur de Estados Unidos.

Este año, SOUTHDEC 24 contó con representantes militares de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam y Uruguay. También estuvieron presentes oficiales de Canadá, Francia y Reino Unido, todos ellos miembros destacados de la OTAN. Aunque no son socios de pleno derecho, varios países latinoamericanos mantienen relaciones de trabajo con la alianza liderada por Estados Unidos, entre ellos Chile, Brasil y Argentina, mientras que Colombia es un “socio global”.

También participaron líderes de la Guardia Nacional de Connecticut, Florida, Georgia, Kentucky, Nueva York, Carolina del Sur y Texas. Las guardias nacionales de estos estados tienen “asociaciones estatales” con Gobiernos sudamericanos. También asistieron representantes de la Junta Interamericana de Defensa, el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad (WHINSEC), el Centro William J. Perry, el Colegio Interamericano de Defensa y el Mando Espacial de Estados Unidos.

Al frente de la delegación estadounidense estaban la general del Ejército Laura Richardson, comandante del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM), y el general de las Fuerzas Aéreas, Charles C. Brown, jefe del Estado Mayor Conjunto.

Tanto Brown como Richardson aprovecharon su presencia en la conferencia para mantener reuniones privadas con la ministra de Defensa de Chile, Maya Fernández Allende, y el jefe militar, el vicealmirante Pablo Niemann.

Venezuela

SOUTHDEC 24 se centró en “Aprovechar las nuevas tecnologías para la defensa común de la soberanía hemisférica”.

El sitio web del Comando Sur describió la conferencia de dos días de la siguiente manera: “Durante los paneles, diálogos, sesiones informativas, mesas redondas y reuniones bilaterales, los líderes discutieron formas de colaboración para aprovechar las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, y fortalecer la colaboración en el espacio, para hacer frente a las amenazas que se desarrollan en América del Sur y el hemisferio occidental”.

En su discurso de inauguración, la General Richardson apuntó sus cañones contra Venezuela:

“La democracia y sus valores fundamentales siguen siendo objeto de ataques en todo el mundo. Y no tenemos que mirar más allá de Venezuela, donde Nicolás Maduro sigue socavando la voluntad democrática del pueblo venezolano –habiendo provocado ya la huida de 7,5 millones de venezolanos—, aumentando la migración irregular en toda América del Sur y Central”.

Y añadió: “SOUTHDEC es una oportunidad para unirnos y asegurarnos de que seguimos concentrados en trabajar en todos los ámbitos y fronteras para garantizar un hemisferio occidental libre, seguro y próspero”.

La conferencia es el último paso de Washington para alinear a las fuerzas armadas de los países que asistieron al SOUTHDEC detrás de los esfuerzos en curso para derrocar al Gobierno del presidente Nicolás Maduro en Venezuela, que actualmente se enfocan en las afirmaciones de que la oposición financiada por Estados Unidos y dirigida por María Corina Machado, una fascista y “activo” de la CIA, y su doble, el diplomático retirado Edmundo González, ganó las elecciones del 28 de julio.

Al mismo tiempo, se está incitando a las sustanciales fuerzas armadas de América Latina a prepararse para una guerra en el Pacífico contra China.

La 11ª División Aerotransportada del Ejército de los Estados Unidos se unió a los ejercicios militares Southern Phoenix. Se trata de una división dedicada específicamente a la región del Indo-Pacífico y al Ártico, y tiene capacidad para proyectar tropas rápidamente por el Ártico, Europa y el Indo-Pacífico, según el comunicado del Comando Sur.

La estrecha relación entre los ejércitos chileno y argentino y las Fuerzas Armadas estadounidenses se remonta a décadas atrás, incluso durante las dictaduras fascistas del general Augusto Pinochet en Chile y del general Rafael Videla en Argentina. En Chile, esos lazos continuaron sin fisuras tras el régimen de Pinochet y se están renovando en Argentina con el Gobierno fascistizante de Milei, que intenta renovar el legado de la junta militar asesina que gobernó el país entre 1976 y 1983.

En mayo y junio de este año, la Armada de Chile participó en los ejercicios en el Indo-Pacífico llamados “RIMPAC24”, liderados por Estados Unidos, junto con personal y buques de otros 28 países [Alemania, Brasil, Colombia, México, Perú, Ecuador, Canadá, Australia, Bélgica, Brunéi, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Israel, India, Indonesia, Italia, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Países Bajos, Reino Unido, República de Corea, República de Filipinas, Singapur, Sri Lanka, Tailandia y Tonga]. El lema de este ejercicio naval fue “Socios: integrados y preparados”.

Por primera vez en la historia del RIMPAC, un miembro de la Armada chilena, el comodoro Alberto Guerrero, actuó como comandante adjunto de la Fuerza de Tareas de Mando del ejercicio, trabajando en el centro de mando junto a oficiales de Estados Unidos, Japón, Canadá y Australia.

Boric, elegido en 2021 tras la salvaje represión de las manifestaciones masivas en 2019, y apoyado por la pseudoizquierda morenista y el Partido Comunista estalinista, ha traicionado todas sus promesas de reformas democráticas y sociales. En 2023, impulsó medidas draconianas de Estado policial contra los trabajadores y los inmigrantes, que hasta ahora han sido más extremas que las impuestas por su “socio” Milei al otro lado de los Andes.

A principios de este año abrazó calurosamente en Suiza al dictador ucraniano Volodímir Zelenski. Aunque es crítico del genocidio de Gaza, Boric no se opuso a que la Armada chilena se asociara con Israel en RIMPAC24.

El presidente Boric y Milei aún no han estrechado lazos. Milei denuncia a Boric y a otros líderes nominalmente de “izquierda” de todo el mundo. Sin embargo, los llamados izquierdistas Boric, Andrés Manuel López Obrador en México, Lula da Silva en Brasil y otros en América Latina se han alineado con el imperialismo estadounidense así como los ultraderechistas y fascistas como Milei, Zelenski y Netanyahu.

Tanto Boric como Milei están militarizando sus propias sociedades en colaboración con el Comando Sur de Estados Unidos y reforzando sus asociaciones militares con el imperialismo estadounidense, lo que tiene implicaciones para América Latina, la guerra de la OTAN contra Rusia, la brutal guerra en Oriente Próximo y las provocaciones navales contra China.

La militarización de Chile, Argentina y América Latina, y la creciente influencia del Comando Sur de EE.UU. son claros signos de una tercera guerra mundial en ciernes, que amenaza con destruir la civilización humana. Al mismo tiempo, las estrechas relaciones que se están forjando entre el Pentágono y los mandos militares latinoamericanos están creando las bases para una nueva oleada de golpes de Estado respaldados por EE.UU., siempre que Washington los considere necesarios.

Es imperativo que la clase obrera de ambos lados de la cordillera de los Andes y de toda América se una en la lucha para detener la guerra y la amenaza de la dictadura mediante la lucha por una revolución socialista mundial.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 2 de septiembre de 2024)

https://www.wsws.org/es/articles/2024/09/04/xgsg-s04.html?pk_campaign=wsws-newsletter&pk_kwd=wsws-daily-newsletter

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