El Sudamericano
Ideas y Milicia… ¡qué creación!…
No sin razón se alega generalmente por mérito el haberse educado en los colegios: la presunción de haber aprendido es fundada, porque estudiando se aprende.
Pero así como hay hombres, a quienes esta presunción no favorece, así también hay, aunque pocos, que nacieron para educar, y estos empiezan por si-mismos: el mundo es su colegio -su curiosidad les da libros- y su discernimiento les sirve de maestro.
El General Bolívar es de esta especie de hombres -mas quiere pensar que leer, porque en sus sentidos tiene autores– lee para criticar, y no cita sino lo que la razón aprueba, tiene ideas adquiridas y es capaz de combinarlas por consiguiente puede formar planes, por gusto se aplica a este trabajo tiene ideas propias, luego sus planes pueden ser originales: en su conducta se observan unas diferencias que, en general, se estudian poco. Imitar y ADOPTAR, adaptar y CREAR.
El espíritu, del hombre de talento, sabe asimilarse las ideas ajenas; el del limitado se las agrega. El General Bolívar no imita: por el mal que haga, debe culpársele con justicia: sus obras son hijas de su reflexión; pero para juzgarlo es menester entenderlo, u… oírlo, sino, no se penetran sus intenciones…
Piensan algunos diaristas darse importancia, imitando a la Inglaterra…
De las calumnias, que publican impresas, algunos hombres oscuros para darse a luz, deben los patriotas hacer el caso que hace el Libertador y que hacen los hombres de juicio en América y en Europa. Los pueblos del mediodía de América deben ver en Bolívar un padre, y hermanos en sus soldados: no será un ejército de gaceteros el que los defienda si Bolívar y sus compañeros los abandonan…