Fuente: https://www.wsws.org/es/articles/2023/12/28/pers-d28.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws Andre Damon 28.12.23
“Tuve una larga conversación con Netanyahu hoy”, dijo el presidente estadounidense Joe Biden el viernes, mientras dejaba Washington para pasar la Navidad en Camp David. Cuando le pidieron que describiera la llamada, Biden solo ofreció una oración: “No solicité un alto al fuego”.
En otras palabras, Biden le dio al Gobierno israelí su respaldo no solo para que continúe, sino para que intensifique el genocidio en Gaza durante el fin de semana navideño.
La llamada fue el preludio de una masacre. En la víspera de Navidad, Israel bombardeó el campamento Maghazi, una de las áreas más densamente pobladas de la Franja de Gaza. Al menos 70 personas murieron. “Lo que ocurre en el campamento de Maghazi es una masacre que se está perpetrando en una cuadra residencial y densamente poblada”, dijo el vocero del Ministerio de Salud de Gaza, Ashraf al-Qudra.
El implacable bombardeo continuó en Navidad, matando a cientos de personas, en su mayoría mujeres y niños.
Esta matanza masiva estuvo acompañada de declaraciones demostrando la intención genocida y de la difusión deliberada por parte del ejército israelí de imágenes impactantes de cientos de detenidos siendo reunidos sin ropa y con los ojos vendados.
La llamada entre los dos viejos criminales de guerra, Biden y Netanyahu, no fue la excepción sino la norma. Cada decisión importante tomada por Israel se hace con el conocimiento previo y el pleno apoyo del Gobierno de Estados Unidos. Cada nueva atrocidad va precedida de una reunión de alto nivel con Washington, ya sea por teléfono o a través del desfile aparentemente interminable de funcionarios estadounidenses que viajan a Tel Aviv.
Las tropas israelíes, financiadas con miles de millones de dólares estadounidenses, lanzan bombas de fabricación estadounidense desde aviones de fabricación estadounidense sobre objetivos civiles designados por aviones espía estadounidenses que sobrevuelan Gaza, en coordinación con oficiales estadounidenses.
El Gobierno de Biden, que está intentando provocar una guerra en Oriente Próximo dirigida contra Irán, ha decidido que la “solución final” de la cuestión palestina es un objetivo estratégico vital para la dominación estadounidense en Oriente Próximo.
El lunes, el Euro-Med Human Rights Monitor presentó ante la Corte Penal Internacional pruebas documentales de decenas de casos de ejecuciones sumarias masivas de civiles por parte del ejército israelí. El informe se refería a lo que está ocurriendo como “ejecuciones sobre el terreno”, “liquidaciones físicas” y “operaciones de asesinato a gran escala”.
Estas palabras recuerdan a los nefastos Einsatzgruppen de las SS de la Alemania nazi, responsables de la detención y exterminio masivo de judíos durante el Holocausto.
El monitor estimó que 28.000 personas han sido asesinadas desde el comienzo del genocidio, y que el 70 por ciento de las víctimas son mujeres y niños. Informó que “las muertes palestinas constituyen la mayor tasa de víctimas civiles en todo el mundo en el siglo XXI”.
El ejército israelí ha difundido imágenes de la detención masiva de cientos de prisioneros, desnudados, con los ojos vendados y obligados a arrodillarse a la intemperie en calles y centros de detención masiva. Euro-Med Monitor señaló que las mujeres y las niñas, detenidas en zonas separadas, están siendo despojadas de sus velos, golpeadas y obligadas a ver cómo desnudan a los hombres.
El monitor escribió: “El ejército israelí ha publicado deliberadamente imágenes y fotos espeluznantes que muestran a detenidos palestinos, tanto civiles hombres como mujeres, en condiciones humillantes, en un intento de deshumanizar a los palestinos y privarlos de su dignidad”. Durante su detención, “se les obliga a responder a preguntas desnudos, esposados y con los ojos vendados, y son amenazados o torturados por soldados israelíes que les exigen que faciliten información sobre facciones palestinas. Algunos de ellos son finalmente liberados, mientras que otros son asesinados”.
La publicación de estas imágenes por parte de las FDI se produce en un momento en que las autoridades israelíes exigen cada vez más explícitamente la limpieza étnica de Gaza. En un discurso en el Parlamento el lunes, Netanyahu declaró: “En cuanto a la inmigración voluntaria… estamos trabajando en ello. Esta es la dirección en la que vamos”.
Al hacer estas declaraciones, Netanyahu está empleando el cinismo homicida del que fueron pioneros los nazis. En la jerga de la “banalidad del mal” preferida por Netanyahu, una vez que Gaza sea inhabitable, la población se marchará “voluntariamente”.
Mientras tanto, la prensa israelí aboga abiertamente por el desplazamiento de la población de Gaza a la península del Sinaí. El lunes, el Jerusalem Post publicó un artículo de opinión en el que declaraba que “el traslado a la península del Sinaí es la solución para los palestinos de Gaza”. Pide que se arrasen totalmente las estructuras dañadas, lo que abarca casi toda Gaza: “Más bien, las estructuras dañadas y destruidas deben ser derribadas por completo”.
La península del Sinaí, en cambio, representa “uno de los lugares más adecuados de la Tierra para proporcionar a la población de Gaza esperanza y un futuro pacífico”. Esto, según el artículo de opinión, es la “solución del Sinaí”, haciéndose eco del lenguaje de la “solución final” utilizado por la Alemania nazi para describir el Holocausto.
En respuesta a estas y otras declaraciones similares, Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, escribió: “El desplazamiento forzoso es un CRIMEN, procesable según el Estatuto de Roma. Sus artífices serán investigados/enjuiciados por la Corte Penal Internacional y otros tribunales”.
El Gobierno israelí está cometiendo sistemática y deliberadamente crímenes de guerra a una escala sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial. Pero es un hecho innegable que cualquier juicio por crímenes de guerra incluirá por ley no solo a Netanyahu y al ministro de Defensa Yoav Gallant, sino también al presidente estadounidense Joe Biden, al secretario de Estado, Antony Blinken, y al secretario de Defensa, Lloyd Austin.
El Gobierno de Biden ha afirmado categóricamente que no existe un límite o “línea roja” para los tipos de crímenes que permitirá que Israel lleve a cabo contra los palestinos. La semana pasada, se le preguntó al secretario de Estado, Antony Blinken: “¿Existe una línea roja para usted?” con respecto a cuántas personas puede masacrar Israel. A esto, Blinken respondió que Estados Unidos tiene “la intención de que esto se lleve a término”.
Estados Unidos ha vetado dos resoluciones de la ONU que pedían un alto al fuego y ha proporcionado a Israel 10.000 toneladas de material militar, cargadas por 20 barcos y 244 aviones de transporte, según un informe del Canal 12 israelí.
El imperialismo estadounidense considera que el genocidio de Gaza es inseparable de su ofensiva militar más amplia en todo Oriente Próximo.
El lunes, Israel llevó a cabo un ataque aéreo ilegal contra Siria, matando al general iraní de más alto rango en el país. Esa misma noche, Estados Unidos llevó a cabo sus propios ataques en Irak, con la intención de “degradar las capacidades de las milicias alineadas con Irán”, según declaró el secretario de Defensa, Lloyd Austin. A esto se añadió una amenaza: “Estamos comprometidos y plenamente preparados para tomar otras medidas necesarias para proteger a nuestro pueblo y nuestras instalaciones”.
El imperialismo norteamericano, viéndose en lo que llama una “década decisiva” para asegurar su dominio global, intenta colocar de nuevo los grilletes coloniales a las masas de Oriente Próximo. El genocidio de los palestinos es un paso crítico para la campaña del imperialismo mundial para subyugar el globo por medios militares.
Por esta razón, la lucha contra el genocidio en Gaza necesita ser una lucha contra el Gobierno de Biden y todos los Gobiernos imperialistas, incluyendo los de Reino Unido, Alemania, Francia e Italia, que están financiando, protegiendo o facilitándolo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 26 de diciembre de 2023)