Bernie contra el AIPAC, el AIPAC contra Sanders

Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/bernie-contra-el-aipac-el-aipac-contra-sanders                                                                                               Batya Ungar-Sargon                                                                                                           Dana Milbank                                                                                                               14/03/2020

Los dos artículos que publicamos a continuación muestran de modo transparente la deriva extremista del principal grupo de presión proisraelí en los Estados Unidos, el poderoso e influyente AIPAC [American Israel Political Action Committee], un caso insólito que testimonia una descarada interferencia en la política y los asuntos internos del país norteamericano, en contra incluso de Bernie Sanders, uno de los dos candidatos judíos, junto a Michael Bloomberg, en esta campaña presidencial.

Llamará precisamente la atención que, aun dándole la razón a Sanders en su disputa con el AIPAC, estén escritos por dos periodistas que, o bien mantienen sus distancias con Sanders o dejan patente su ojeriza por este, así como una posición política proisraelí en líneas generales. SP

Cómo acabó el AIPAC dándole la razón a Bernie

Batya Ungar-Sargon

Nunca había estado en la misma sala que una persona que hubiera defendido un genocidio hasta el domingo por la tarde [1 de marzo] en el congreso del AIPAC [American Israel Public Affairs Committee]. Con frecuencia se lanzan términos como “apartheid”, “genocidio” y “limpieza étnica” en el contexto del conflicto palestino-israelí, para gran disgusto de los judíos israelíes y quienes les defienden. Pero no se trataba de un defensor de crímenes de guerra israelíes, reales o imaginarios, acogido por la AIPAC. Se trataba de alguien proveniente de un contexto completamente diferente.

En julio de 1995 fueron asesinados en Srebrenica 8.000 musulmanes en lo que el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia consideró genocidio. Bajo el mando de Ratko Mladić, una unidad paramilitar serbia mató a miles y miles de hombres y muchachos. A algunos los quemaron vivos, a muchos los enterraron en fosas comunes. Miles de mujeres y muchachas musulmanas fueron violadas y torturadas. Fue el peor crimen cometido en suelo europeo desde la II Guerra Mundial.

En aquella época, un hombre llamado Aleksandar Vučić oficiaba de ministro de Información serbio. Imponía multas a las periodistas que se oponían al gobierno, y prohibía operar a cadenas de televisión extranjeras. Los medios serbios que supervisaba fueron acusados de justificar atrocidades y demonizar a las minorías étnicas. Luego acabaría justificándolas él mismo.

Sólo unos días después de la matanza de Srebrenica, declaró Vučić en la Asamblea Nacional: “Matad a un serbio y mataremos nosotros a cien musulmanes”:

En el cuarto de siglo transcurrido desde la guerra de Bosnia, y a medida que muchos de los hombres con los que trabajó o a cuyas órdenes sirvió, han sido procesados por crímenes de guerra, Vučić se ha reinventado. Abandonó el Partido Radical Serbio, ultranacionalista, en 2008, participó en la fundación de un partido conservador populista, y lleva desempeñando el cargo de presidente de Serbia desde 2017. Y si bien ha reconocido lo que llama sus “errores políticos”, sigue insistiendo en que sus palabras “se sacaron de contexto” y se mantiene escéptico acerca de si hubo un genocidio o no con el gobierno bajo el que se desempeñó.

La población musulmana de Serbia no parece haberle perdonado; a Vučić le apedrearon durante una conmemoración en Srebrenica en 2015. Pero el perdón le ha llegado desde un lugar inusual: el AIPAC (que no quiso responder a nuestra petición de declaraciones sobre Vučić).

El domingo por la tarde, en el cónclave anual del grupo de presión proisraelí, se dio por bienvenido al estrado al presidente serbio para que se dirigiera a los 18.000 asistentes.

Al AIPAC se le lleva acusando desde hace mucho de deslizarse a la derecha, de ignorar las tribulaciones de los palestinos y la solución de dos estados en favor de una cálida adhesión derechista al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. A veces, la dirección de la entidad parece incluso rendirse inconscientemente a las críticas, como es el caso de un tuit reciente en el que se alababa a los asistentes del AIPAC por ser “norteamericanos de todos los colores”, lo cual incluía a judíos y cristianos, pero no, de forma notoria, a los musulmanes.

Tuit del AIPAC:

Demócratas.

Republicanos.

Judíos.

Cristianos.

Afroamericanos.

Hispanos.

Asiáticos.

Progresistas.

Conservadores.

Veteranos.

Estudiantes.

LGBTQ+.

Norteamericanos de todos los colores.#AIPACProud. pic.twitter.com/B91nzxSKps— AIPAC (@AIPAC) 25 de febrero, 2020

Muy recientemente ha sido el senador Bernie Sanders, de Vermont, repentinamente situado a la cabeza como candidato presidencial de los demócratas, quien ha recogido las críticas al AIPAC. Después de comentarle a un activista que “no tenía objeciones respecto a acudir” al congreso, pareció que Sanders capitulaba ante las opiniones extremistas de su campaña y daba marcha atrás la semana pasada, anunciando por medio de Twitter que no sólo se saltaría la convención sino que se trataba de algo parecido a un boicot. «Me sigue preocupando la tribuna que ofrece el AIPAC a líderes que manifiestan intolerancia y se oponen a derechos básicos de los palestinos”, tuiteó Sanders. “Por esa razón no asistiré a su congreso”.

Tuit de Sanders:

El pueblo israelí tiene derecho a vivir en paz y seguridad. Lo mismo vale para el pueblo palestino. Me sigue preocupando la tribuna que ofrece el AIPAC a líderes que manifiestan intolerancia y se oponen a derechos básicos de los palestinos. Por esa razón, no asistiré a su congreso. 1/2— Bernie Sanders (@BernieSanders) 23 de febrero, 2020

La respuesta del AIPAC ha sido feroz, lo mismo que la de otros líderes judíos que declararon que Sanders iba provocando intencionadamente y no tenía por qué haberse salido de su guión para atizar a los judíos norteamericanos que se sienten representados por el AIPAC. La mayor parte de los demás candidatos se están saltando también el congreso a causa del Supermartes, una excusa perfectamente razonable (el exvicepresidente Joe Biden y la senadora Amy Klobuchar, de Minnesota, hablaron por medio de un video el domingo; según el programa, el antiguo alcalde de la ciudad de Nueva York, Mike Bloomberg estará en persona el domingo).

Otros, como la jefa de redacción del Forward, Jodi Rudoren, han sostenido de modo convincente que Sanders debería haber asistido al congreso y haber contado su verdad.

Pero dos días después de la denuncia de Sanders, el AIPAC parecía decidido a demostrar que estaba en lo cierto, tuiteando acerca de la asistencia de Vučić con el “hashtag” que habían creado como respuesta a Sanders: #AIPACProud [#AIPACOrgullosos] :

CONFIRMADO ✔️: El presidente de la República de #Serbia@avucic hablará en directo en #AIPAC2020. #AIPACProudhttps://t.co/HmvBzGxib8pic.twitter.com/13pKm2Ai1p— AIPAC (@AIPAC) 25 de febrero, 2020

¿Qué hace en el estrado del AIPAC un hombre que todavía no se ha disculpado por un genocidio musulmán que justificó? ¿En qué universo resulta esto equivalente a fortalecer una relación bilateral EE.UU.-Israel? ¿En qué ayuda a los judíos norteamericanos que tratan de verse representados en una atmósfera política cada vez más polarizada que el AIPAC demuestre lo justo de la petulancia de Sanders?

La mayoría de los comentarios de Vučić en la tribuna del AIPAC fueron suficientemente anodinos. Habló de un proyecto de ley de resarcimiento del Holocausto que había apoyado, y de señalar el 75 aniversario de la liberación de Auschwitz, y se comprometió a abrir una “oficina de Estado oficial en Jerusalén con la bandera oficial serbia”. Era como para preguntarse: ¿y por este plato de lentejas ha vendido el AIPAC a los judíos norteamericanos?

Pero no fueron banales todos sus comentarios. “Muchas cosas hay que son un común denominador para serbios y judíos”, dijo Vučić. “Siempre hemos estado juntos a lo largo de la historia”, prosiguió, haciendo de Serbia una excepción respecto a todos los demás que vienen al AIPAC y “quieren halagaros de forma que consigan algún tipo de apoyo político y económico”.

Más allá de la insinuación de que el AIPAC suministra apoyo político y económico a países en apuros, la afirmación de Vučić de que serbios y judíos están juntos en esto — considerando su historial en lo que se refiere a los musulmanes — ha resultado algo espantoso como para que el AIPAC le haya ofrecido una tribuna. Al dejar que Vučić, él y los de su clase, se comparase con los judíos, el AIPAC le ha dado munición a la extrema izquierda para sus perniciosas afirmaciones que comparan a Israel con los supremacistas blancos que perpetran genocidios contra los musulmanes.

Cuando se trata del grupo de presión que defiende una sólida relación de los Estados Unidos con un país que tiene un legítimo problema a la hora de garantizar los derechos civiles de la minoría musulmana, la última persona que habría que tener en el estrado sería alguien con un historial de defensa de un genocidio de musulmanes.

En respuesta al anuncio de Sanders de que boicotearía el congreso, el AIPAC le acusó de insultar a sus mismos colegas y a los millones de norteamericanos que están con Israel”. Pueda que así fuera. Pero también es el caso del AIPAC.

The Forward. 1 de marzo de 2020


Bernie Sanders denominó al AIPAC tribuna de ‘intolerancia’. Y el AIPAC está demostrando que lleva razón

Dana Milbank

Bernie Sanders hizo bien en saltarse [el congreso d]el AIPAC.

El actual favorito para la designación como candidato presidencial sería el primer presidente judío. Vivió algún tiempo en Israel. Pero se negó a dirigirse al congreso anual del AIPAC esta semana, pues, según declaró, el grupo de presión proisraelí se ha convertido en tribuna de quienes “manifiestan intolerancia y se oponen a los derechos básicos de los palestinos”. Añadió que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, es un “racista reaccionario”.

El AIPAC y Netanyahu parecían decididos a demostrar las razones de Sanders.

En la apertura del congreso en Washington el domingo, Netanyahu, dirigiéndose a la entidad vía satélite en víspera de las elecciones israelíes, ridiculizó a los palestinos como “niños mimados de la comunidad internacional”. El público del AIPAC aplaudió. En sus comentarios del domingo, Netanyahu le dijo al AIPAC que seguía adelante con sus planes de anexionarse territorio palestino, una decisión que convertiría en algo prácticamente imposible la solución, largamente acariciada, de dos estados.

Netanyahu había defendido previamente una ley que relegaba el idioma árabe, promovía los asentamientos judíos y declaraba que solamente “el pueblo judío” tiene “derecho a ejercer su autodeterminación nacional” en Israel, algo que los miembros árabes del Parlamento israelí han tachado de “apartheid”. Hasta el AIPAC reconvino a Netanyahu el año pasado por alinearse con un partido ultranacionalista y racista.

Habrá quien pueda discutir si se trata de “intolerancia”, pero el AIPAC se está convirtiendo cada vez más en tribuna del Partido Republicano, y en una tribuna contra cualquiera que se muestre crítico con el tratamiento de los palestinos por parte de Netanyahu

“No queremos a Sanders en el AIPAC”, declaró en el congreso el domingo el embajador de Israel en las Naciones Unidas, Danny Danon. “No le queremos en Israel. Quien quiera que llame racista a nuestro primer ministro es un mentiroso, un idiota o ambas cosas a la vez”.

Netanyahu, al referirse a Sanders y a gente semejante a él como “radicales que tratan de debilitar” los lazos entre los EE.UU. e Israel declaró que “estas acusaciones difamatorias son indignantes”.

El director ejecutivo del AIPAC, Howard Kohr, en otra referencia aparentemente a Sanders, declaró que la “comunidad proisraelí laborará para derrotar a quienes tratan de perjudicar a nuestros amigos”.

Acaso más escandaloso fuera el vicepresidente Pence, que pronunció un discurso descaradamente partidista el lunes proclamando que “el candidato principal del partido de Harry Truman ataca abierta y repetidamente a Israel como Estado racista state” (Sanders le había puesto esa etiqueta a Netanyahu).

“Lo que resulta todavía más inquietante”, continuó Pence, “ es que cuando Bernie Sanders mancilló el nombre de Israel en el debate de la semana pasada, ni un solo candidato se alzó en esa tribuna para desafiarle”. Pence continuó dando a entender que esos demócratas trataban de “encubrir su animosidad hacia Israel bajo el falaz manto de la amistad” y que se “alinean con los enemigos de Israel”, como si apoyar los derechos humanos de los palestinos significara ponerse del lado de los enemigos de Israel. La multitud del AIPAC les aplaudió a los dos.

Entre los demócratas presentes “en ese estrado de debate” a los que condenaba Pence se encontraba Mike Bloomberg, que se dirigió al AIPAC poco antes de Pence. Bloomberg, que es judío, habló en contra del movimiento de boicot, desinversión y sanciones, declaró que no deberían ponerse condiciones a la ayuda militar a Israel y tachó las opiniones de Sanders sobre el AIPAC de “totalmente equivocadas”. Pero Bloomberg habló también de la importancia de una solución de dos estados.

Es de esto de lo que Netanyahu, con la aquiescencia de AIPAC, parece estar apartándose (la administración de Trump apremió a Netanyahu a demorar la anexión, parte del plan de “paz” de Trump, hasta después de las elecciones israelíes). Con la aparente victoria de Netanyahu en las elecciones del lunes, parece probable que la anexión se lleve a cabo enseguida, y que Israel encuentre cada vez más difícil seguir siendo un Estado judío, a menos que suprima los derechos de los palestinos.

Netanyahu esperaba utilizar la anexión para ganar votos en las elecciones del 2 de marzo.

Esto no pinta bien para el AIPAC, que no sólo se encuentra en desacuerdo con los demócratas sino también con la mayoría de los judíos norteamericanos. En lugar de seguir su tradición de representar un sólido y amplio apoyo a Israel, el AIPAC se está convirtiendo en algo tan bipartidista como la Asociación Nacional del Rifle.

Se dice que hasta Netanyahu considera el AIPAC solamente como otro grupo de interés norteamericano de derechas. “Ya no nos hace falta el AIPAC,” le comentó al parecer Netanyahu a uno de sus asesores. “Ya gozamos de bastante apoyo en los Estados Unidos gracias a los evangélicos. Me dejaría tranquilamente de AIPACs si no fuera porque nos hace falta contrarrestar a J Street”, un grupo proisraelí liberal.

No tiene por qué ser así. Antes del discurso de Pence en tenor de campaña, el senador Cory Booker (demócrata por Nueva Jersey) lanzó un llamamiento al AIPAC “para reafirmar la verdad de que el apoyo de Norteamérica a Israel supone un interés común. La asociación de Norteamérica con Israel no ha sido nunca y no debe convertirse jamás en una cuestión de republicanos o demócratas, debe ser una cuestión norteamericana”.

Salpimentando su discurso de términos hebreos y con los nombres de los judíos en el movimiento de derechos civiles, Booker afirmó que defender la dignidad humana y los derechos humanos de los palestinos son “valores judíos”. Se refirió de forma emotiva a un tiempo en el que “los niños musulmanes, los niños cristianos y los niños judíos juntarán las manos y se unirán en un coro de amor porque seremos al fin libres”. Por desgracia, Netanyahu va moviéndose en una dirección distinta. Y el AIPAC va detrás.

The Washington Post, 2 de marzo de 2020

es responsable de opinión de la revista judía The Forward. Antes fue directora editorial de VinePair. Colabora con medios como The Washington Post, Los Angeles Times, The New York Times, Foreign Policy o The Daily Beast.
(1968), columnista del diario The Washington Post, es uno de los periodistas más influyentes en los medios políticos de la capital norteamericana. Célebre por su cobertura de las elecciones presidenciales de George W. Bush en 2000 y 2004, estudió en la Universidad de Yale y trabajó también para The New Republic y The Wall Street Journal.

Fuente:

Varias

Traducción:Lucas Antón

 

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